El extraño dragón azul reaparece en aguas de Alicante tres siglos después

Los dragones existen. Y además han vuelto al Mediterráneo. Después de trescientos años sin noticias, la aparición de varios ejemplares de dragón azul (Glaucus atlanticus) en playas de Torrevieja, Orihuela y Guardamar del Segura es calificada por biólogos y naturalistas como excepcional.

“Es un extraordinario hallazgo que acrecienta el halo de misterio sobre la presencia en nuestras costas de este pequeño invertebrado marino”, explican Juan Antonio Pujol, Raquel López Esclápez y Nicolás Ubero, autores de un artículo que ha devuelto esta rara especie a las páginas científicas a través de la revista ‘Mediterranean Marine Science’ y de ‘Quercus’.

Ejemplares hallados en la playa de Las Estacas en 2021. | Miguel Guillén

Rara sí, pero no desconocida. De extraña apariencia y enigmática belleza, los dragones azules son moluscos similares a las babosas de mar. Los investigadores los describen como invertebrados de pequeño tamaño, apenas tres centímetros de longitud, “con seis expansiones corporales laterales muy ramificadas y una singular coloración azul marino en el vientre y plateada en el dorso que les otorga un perfecto camuflaje en la superficie del mar, ya que viven flotando boca arriba en la capa superficial del mar”.

Urticantes

Están presentes en océanos tropicales y subtropicales y en su dieta tienen preferencia las medusas. Bueno, por ser exactos desde el punto de vista científico cnidarios hidrozoos como la temida carabela portuguesa. Más habitual es su aparición en aguas atlánticas del archipiélago canario donde su presencia suele poner en alerta a los bañistas.

Pese a ello para los biólogos no es tan fiero el dragón como lo pintan: “Son capaces de concentrar en sus tejidos las células urticantes características de las especies que consume, por lo que habitualmente son percibidos, incorrectamente, como uno de los nudibranquios más venenosos del planeta por figurar entre sus presas la carabela portuguesa”, matizan.

Lo extraordinario del caso es que después de tres siglos sin noticias de estos extraños seres marinos en el Mediterráneo, en el verano de 2021 se recogieron varios ejemplares que quedaron varados en playas torrevejenses, de Orihuela y Guardamar. Pujol, López Esclápez y Ubero relatan en primera persona en su artículo este “descubrimiento”.

“Transcurría un día normal de playa el 19 de agosto de 2021, el verano en el que se recuperó la normalidad después de la pandemia, cuando unos bañistas alertaron a los servicios de socorrismo de la cala de Las Estacas, en Orihuela, de la presencia de tres extraños organismos en la orilla del mar”.

“Excepcional”

“Dos días después ocurrió lo mismo en la playa de La Mata, en Torrevieja, con la aparición de tres ejemplares más. Los coordinadores de socorrismo nos contactaron y, al recibir las fotografías y vídeos supimos que nos encontrábamos ante un hecho excepcional”.

Los seis dragones azules hallados en Orihuela y Torrevieja fueron hallados vivos, aunque acabaron muriendo a las pocas horas. Las citas de los biólogos acaban de ser incorporadas al Banco de Datos de Biodiversidad de la Comunidad Valenciana que subrayan además la colaboración de los coordinadores de socorrismo de los tres municipios costeros tres como “fundamental”, para que el hallazgo hay podido documentarse oficialmente. Como ocurre con otras especies de origen tropical “ocasionalmente entran en el Mediterráneo aprovechando la corriente atlántica superficial del estrecho de Gibraltar”.

Esta corriente es la que permite además compensar las pérdidas que se producen en el Mediterráneo por evaporación en un proceso que se prolonga durante siglos. Y que para el caso de las costas del Mar de Alborán, Murcia y Alicante permite también contar con mayor presencia de otras especies como los veleros (Velella vellella) y su depredador, el caracol marino violeta.

Una historia que se remonta al siglo XVIII

La primera vez que se documentó la existencia de este pequeño ser azul marino fue en 1705 -según explican los investigadores-, en una comunicación enviada nada menos que a la Royal Society de Londres por uno de los más destacados científicos de la primera mitad del Siglo de las Luces, Johann Philip Breyne. “Los ejemplares habían sido recogidos al sur de Ibiza durante su viaje a España embarcado en una fragata inglesa que, junto a la flota anglo-holandesa, estuvo anclada en la bahía de Altea para hacer aguada, en el contexto de la Guerra de Sucesión española”.

Y desde entonces, aunque otras referencias al dragón azul han habido con carácter general, nunca ha habido nuevas localizaciones. Por eso consideran que este hallazgo de varios ejemplares de dragón marino azul “constituye la segunda cita publicada con localización geográfica para esta especie en el mar Mediterráneo -después de trescientos años- y la primera para la costa peninsular”.

 

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