El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Joaquín Páez, admitió que este lunes han celebrado una de las comisiones de desembalses más complejas de su historia por la sequía. “La situación es muy mala“, admitió, “los números son francamente muy malos”. Tanto que con la dotación máxima aprobada de riego en metros cúbicos por hectárea, la próxima siembra de arroz no va a poder realizarse. “Administrar la miseria es muy complicado”, sentenció el responsable. Los arroceros ya en 2022 pudieron plantar solo el 30% de su superficie. Si no llueve antes de mayo, no habrá siembra.
El pleno de la Comisión de Desembalse de la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que reparte los recursos hídricos disponibles entre los usarios de la cuenca, acordó iniciar ya la campaña de regadío con un desembalse aprobado de 385 hectómetros cúbicos para el riego. Esta cuenca afecta a un total de 345.000 hectáreas. Esto supone en total un descenso del 36% respecto al volumen desembalsado en la anterior campaña. Se decide adelantar la campaña de regadío “por el bien general”. “Administrar la miseria es muy complejo, queremos que cada gota de agua sirva”, señaló el responsable de la cuenca. La siembra de arroz requiere un manejo de los desembalses que ahora mismo no se puede garantizar.
Sin agua para sembrar
La dotación máxima de 6.000 metros cúbicos de riego por hectárea se quedará en 700 metros cúbicos. Esa asignación para los cultivos de mayor consumo de agua representa una reducción de casi el 90% respecto a la concesión habitual. También se ha acordado que la campaña de regadío termine oficialmente el 30 de septiembre si no cambian las circunstancias. Se podrán adoptar desembalses auxiliares para octubre, fundamentalmente para arboleda, pero solo si llueve. Nadie oculta que la situación es dramática en esta cuenca. “Otras veces en octubre teníamos una reserva para garantizar los últimos cultivos, ahora mismo no podemos comprometernos a ese desembalse, lo haremos si la lluvia aparece”, señaló el responsable de la cuenca,.
Se permitirá un riego extraordinario de 400 metros cúbicos por hectárea para el olivar y el resto de arboleda, que no será posible para herbáceas y arroz. La dotación de 1.283 metros cúbicos por hectárea para el arroz “no es compatible con su cultivo por el momento”. Se ha establecido el compromiso de cambiar la dotación si antes del 15 mayo, fecha de comienzo de la siembra, cambia la situación pluviométrica.
El 5 de marzo fue último día que llovió. En abril no ha caído ni una gota. La Confederación del Guadalquivir lleva cinco años consecutivos desembalsando más de lo que entra de agua. El 80% de la cuenca está en emergencia.
El presidente de la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir aseguró que todas las decisiones se adoptan con criterios técnicos y no hay otro tipo de consideraciones. “Esperábamos que durante los últimos días de Semana Santa iba a llover, lo que podría salvar el ajo y otros cultivos invernales, pero no”, advirtió.
Ya en noviembre de 2021 se declaró el plan de sequía extraordinaria y un plan especial de sequía. Un verano antes ya se había alertado a las diputaciones y empresas de abastecimiento de que la situación podía complicarse como ha ocurrido para que fueran adoptando medidas. La Confederación no tiene competencias directas sobre el consumo humano pero el abastecimiento de lo hogares, de momento y con restricciones puntuales, está garantizado, señalaron desde este organismo.
El arroz en cifras
El “Estudio del impacto económico y social del cultivo del arroz en las Marismas del Guadalquivir como dinamizador de la economía andaluza”, realizado por la Universidad de Sevilla a instancias de la Federación de Arroceros de Sevilla, en colaboración con la Fundación Caja Rural del Sur, pone cifras a la la aportación económica de la industria arrocera, así como sus actividades vinculadas (la cría y comercialización del cangrejo rojo y el turismo gastronómico). Según este estudio representa el 1,9% de los puestos de trabajo (5.037 trabajadores) y el 4,8% de las remuneración de asalariados (103 millones de euros) del sector de la agricultura andaluza. La industria base arrocera supone unos 4.237 empleos. Genera unas ventas anuales de más de 680 millones de euros. Sevilla es la primera provincia española en producción total de arroz, con 36.500 hectáreas cultivadas. Andalucía es la principal región productora, con un 33% de la superficie arrocera en España.