En la prensa de Portugal ya sonaban tambores de cambios una vez se echara la persiana a este Mundial. Todo apuntaba a que sería el último gran servicio de Cristiano Ronaldo a su selección, aquella a la que había logrado encumbrar a lo más alto del fútbol durante el verano de 2016 con la conquista de la Eurocopa.
Sin el crack de Madeira, se abriría un nuevo escenario, uno donde había que buscar nuevos líderes. Sin embargo, Portugal ha encontrado ya el camino para vivir sin Cristiano. Y lo ha hecho antes de hora. Concretamente, en unos octavos de final del Mundial.
Fernando Santos sorprendió a propios y extraños y, tras ‘criticar’ la actitud de Cristiano en el último encuentro de la fase de grupos, decidió que había llegado el momento de sentarlo a su lado y dejar paso a una ‘NextGen’ y a un Gonçalo Ramos que se merendaron a Suiza. La suplencia de Ronaldo y la titularidad del jovencísimo delantero del Benfica. El símbolo del cambio en Portugal. De Cristiano a la nueva generación, que ha llegado para quedarse.
Jóvenes que ya son cracks
Los titulares Joao Félix (23 años), Diogo Costa (23), Dalot (23) y el propio Gonçalo Ramos (21) representaron ante el combinado helvético a la nueva hornada de cracks portugueses que están llamados a liderar a la Portugal del presente y del futuro.
Una hornada que se une a los que salieron en la segunda mitad (Vitinha, Rúben Neves y Rafa Leao) y a los que no jugaron o están fuera del Mundial por lesión (António Silva, Matheus Nunes y Nuno Mendes). Un elenco tremendo de futbolistas que no superan los 25 años y que se complementan a la perfección con la experiencia de la anterior hornada: Rúben Dias (25), Bruno Fernandes (28), Cancelo (28), Bernardo Silva (28) y Guerreiro (28).
El resultado de esa simbiosis fue el duelo ante Suiza, donde funcionaron como equipo a la perfección y demostraron que Portugal es una seria candidata a llevarse este Mundial. Lo es, en parte, por el talento diferencial que tiene arriba. Y si estamos hablando de la generación que acaba de llegar, ante la selección helvética hubo dos jugadores que destacaron por encima del resto: Gonçalo Ramos y Joao Félix.
El primero no necesita demasiadas explicaciones: su ‘hat trick’ habla por sí solo. El jovencísimo ‘9’ del Benfica anotó el primero por la escuadra, demostró su instinto en el segundo yendo al primer palo para poner la puntera y exhibió clase en el tercero picando el balón ante la salida de Sommer. Tres goles para confirmar que Portugal tiene calidad de sobras muchísimo más allá de Cristiano Ronaldo.
Joao Félix, nuevo líder en ataque
Y Joao Félix tampoco necesita demasiadas definiciones. El atacante del Atlético, con dos asistencias, volvió a demostrar que cuando tiene el balón cerca del área y juega con libertad es un jugador diferencial. El ‘menino de ouro’ partió desde la izquierda, pero se movió por dentro cuando y cómo quiso. Combinativo, rápido en el regate y con esa pizca de ‘duende’ que el Atlético no ha sabido sacarle. Un Mundial para demostrar que sigue siendo una estrella. Un Mundial donde Portugal ha confirmado que tiene estrellas de sobras y que no necesita a Cristiano. La ‘NextGen’ está aquí. Y ha llegado para quedarse.