El Barça arrancó un trabajadísimo y merecido empate en la pista del Jaén Paraíso Interior (2-2) en un sensacional encuentro ante un repleto Olivo Arena que solo deslucieron los colegiados con un arbitraje difícil de asimilar que protestó todo el mundo. De esta forma, el equipo de Jesús Velasco sigue líder con 56 puntos, uno más que el Mallorca Palma Futsal que ha jugado un partido más.
Vigente campeón de la Copa de España (por tercera vez), el equipo de Dani Rodríguez volvió a demostrar que es uno de los mejores equipos del panorama actual con un bloque muy intenso y compensado y con un equilibrio que le llevó a aguantar casi toda la segunda parte sin excesivos problemas pese a no tener apenas el balón.
Como viene sucediendo a lo largo de la temporada sin que se consiga poner remedio, el partido no empezó bien para los intereses azulgranas. De hecho, empezó fatal en seis minutos el equipo de Jesús Velasco se vio dos goles por debajo y con un problema de faltas que pudo costar un disgusto en la primera parte.
Al borde del 3′, un disparo de César rozó en Dyego y despistó a Dídac en el 1-0. Los visitantes seguían fuera del partido y César chutó raso cerca del poste justo antes del 2-0, obra de un Mati Rosa que pasó el reconocimiento médico y firmó con el Barça y nunca llegó a debutar. El argentino presionó y acertó a estirar la pierna para que el pase de Sergio Lozano se colase en la portería de un Dídac que esperaba un envío adelantado.
La reacción blaugrana llegó por fin de la mano de Matheus, quien menos de un minuto después realizó una sensacional jugada por la derecha con una ‘pisadita’ para driblar a Espindola y establecer el 2-1. Segundos más tarde pudo llegar el empate en un misil de Sergio Lozano que se estrelló en el larguero. Y partir de ahí, fase de dominio alterno mientras se acumulaban las faltas en el casillero catalán.
Pito chutó dos veces a la madera en la primera parte
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A 7:52 del descanso, los colegiados señalaron una falta a Ferrao más una acumulativa de Sergio González que debería sonrojar a más de uno. El resultado fue un doble-penalti que Chino estrelló en un poste y la pelota se fue fuera tras rozar el otro palo vertical. Para entonces, Attos seguía sin amarilla y ya la habían visto Pito y Ferrao.
Dirigido a la perfección por Dani Rodríguez, el cuadro jiennense aprovechó su ventaja en faltas (solo llevaba dos) para elevar la línea de presión y Alan Brandi obligó a emplearse a fondo a Dídac. Pito disparó dos veces a la madera y acto seguido el meta barcelonista desvió a córner con la cabeza un disparo de Chino tras un alucinante control en el aire.
Nefastos, a los colegiados se les congeló el pito en una clara falta de Ferrao sobre Brandi en el 19′ que era bastante más clara que al menos dos de las señaladas anteriormente. Pese a ello, aún hubo tiempo para otro doble penalti que volvió a intentar Chino y que esta vez desbarató Dídac estirando la mano con maestría en posición de cruz.
El partido regresó otra vez fatal para el Barça. Dídac se fue de excursión cuando no debía, Sergio González agarró de la camiseta a Espindola con Antonio ya en zona defensiva. Pese a ello, el reciente cambio de normativa condenó al de Montcada a una roja directa que sí era correcta. Al menos, el equipo se defendió a la perfección en inferioridad con un gran Dídac y aguantó el 2-1. Incluso pudo empatar Pito en esos dos minutos.
Adolfo intenta un disparo ante la presencia de Attos
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El partido entró en una fase muy táctica que beneficiaba a los locales con más posesión visitante pero sin claridad que rompieron Ferrao a la media vuelta y su gran amigo Marcenio con un disparo que detuvo Espindola con apuros. Y en la otra portería al paso por el 30′ Dídac realizó dos grandes intervenciones seguidas, la segunda de categoría a disparo de Renato.
Ferrao envió al poste un chut a la media vuelta en el 31′ y ya iban cuatro golpes contra la madera para los de Jesús Velasco. Por cierto, diete faltas azulgranas en la primera parte y solo una en los primeros 13 minutos de la segunda… Cosas del fútbol sala que cuesta entenderlas. O no tanto. El partido se calentó ante la incapacidad de los árbitros para controlarlo con una larguísima pitada de la mejor afición de España, que casi llenó el Olivo Arena un lunes. Para rendirse ante ellos.
El festival de tarjetas era lamentable y Velasco decidió por dar la camiseta de portero a Matheus a cuatro minutos del final, pero el entramado defensivo local habría que mostrarlo en las escuelas de entrenadores. Con un sistema de ayudas perfectamente engranado, el Jaén frenó la circulación visitante. Eso sí, a 2:02 señalaron la quinta falta local en acumulación y una inexistente sexta a Míchel. ¿Compensación? ¿Alguien lo duda?
Ferrao aprovechó el ‘diez metros’ para establecer un 2-2 a 1:57 del final que hacía más justicia. Sin embargo, no había terminado aún el show arbitral y Pito vio una segunda amarilla difícil de explicar con 47 segundos por delante. A falta de pocos segundos, Chino se llevó por delante a Sergio Lozano, pero los árbitros se hicieron los suecos y señalaron el final. Escándalo que solo salvaron los jugadores de ambos equipos estrechándose la mano pese a las protestas. ¡Qué pena, porque fue un partidazo!