El empuje del Arsenal no fue suficiente para obrar el milagro. Tras un primer cuarto de hora digno del museo de los horrores y llegando al final del tiempo reglamentario con dos goles de desventaja, el equipo dirigido por Mikel Arteta se quedó a las puertas de culminar la remontada ante el Southampton. Los tantos de Odegaard y Saka maquillaron ligeramente la dantesca actuación del líder ante el colista y, tras tres tropiezos consecutivos, el aliento del Manchester City cada vez se siente más cercano.
Apenas habían transcurrido 30 segundos cuando el Emirates quedó enmudecido. Ramsdale protagonizó un error incomprensible en salida de balón que Alcaraz, muy atento en la frontal del área, se encargó de aprovechar. El argentino aceptó de buen grado el regalo del guardameta para definir a las mil maravillas e inaugurar las hostilidades.
Los ‘gunners’, heridos de orgullo, se volcaron en busca empate como si encarasen la recta final del partido. La posesión y las ocasiones cayeron de su lado, y el Southampton se resignó a defenderse como pudo. O, mejor dicho, a esperar su oportunidad, porque tan solo necesitó una llegada más para apuntar el segundo en el marcador. Este llevó la firma de Walcott, que aprovechó un envío quirúrgico de Alcaraz para ganarle la espalda a Gabriel y batir a Ramsdale con un disparo cruzado.
Una sensación de incomprensión generalizada flotaba en el ambiente. Ninguno de los once jugadores sobre el césped entendían qué había pasado en el fatídico primer cuarto de hora, por lo que Zinchenko conjuró a los suyos en el círculo central antes de reanudar el juego. Era necesario poner un punto de serenidad para darle la vuelta al partido.
Tras el cónclave ‘gunner’, los dos mayores talentos del equipo dieron un paso al frente. Saka galopó hasta pisar área, donde se deshizo de su par antes de servir un envío desde la línea de cal. El destinatario no era otro que Martinelli, que supo estar en el momento para volver a meter al Arsenal en el partido. Tras el gol, el frenético ritmo decayó hasta el final de la primera parte.
El hambre del Arsenal y la inoportuna lesión de Alcaraz hicieron que el campo se inclinase a favor de los ‘gunners’. El primer cuarto de hora tras el paso por vestuarios fue un auténtico monólogo de los de Arteta, pero seguía faltando acierto en el último tercio. Y si de algo iban sobrados los ‘saints’ en este partido era, precisamente, de acierto.
Siguiendo una estrategia similar a la de la primera parte, el Southampton se blindó ante las acometidas ‘gunners’ y supo esperar su momento. Esta vez llegó desde el balón parado, donde Caleta-Car aprovechó un servicio de esquina para aparecer en el segundo palo y, libre de marca, cabecear a placer al fondo de la red.
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La reacción del Arsenal llegó tarde, pero lo hizo con tanta energía que se llevó por delante todo lo que tenía a su paso. Odegaard, con un zapatazo marca de la casa, se encargó de devolver la ilusión a falta de dos minutos para finalizar el tiempo reglamentario, y Saka no tardaría en igualar la contienda. Trossard acarició la épica en el descuento, pero su disparo, igual que la ilusión de los ‘gunners’, se estrelló contra la madera.