“Yo soy el único que vivió la historia y puedo hablar con libertad de lo que quiero”, destaca el argentino Roberto Devorik. Para quienes siguieron de cerca The Crown, la Corona británica tiene a un testigo argentino y muy cercano: Devorik, consejero y amigo de lady Diana Spencer quien analiza la última temporada de The Crown, la muerte de la reina Isabel II y el documental “Harry y Meghan”.
¿Cómo conociste a Lady Di?
Por 1980, yo era dueño de once tiendas en Londres –Gianni Versace, Misson, Gianfranco Ferré- y recibí un llamado urgente de la directora de la Vogue británica, Beatrix Miller. Quería que conociera a alguien. Entré a su oficina y vi a esta chica, como una estudiante, con pollera escocesa, medias tres cuartos, mocasines y un suéter de cuello alto que me miraba de arriba para abajo pues era altísima. Revoleaba los ojos, con su famosa mirada. La mantuvieron tan en secreto que no la conocía, esto fue seis meses antes de que se comprometiera. Me pidieron que la ayudara con a conseguirle cosas para el ajuar de su boda con Carlos –llama “Carlos”, al actual rey Carlos III-. No tuve nada que ver con el vestido –se ataja Devorik-, nunca me gustó. Años después, mientras estuvimos en un hotel en New York invitados por Dior a la gala del MET (una visita que fue furor), pasaron un documental con el traje de novia. “Qué lástima que en ése momento no lo agarraron las polillas y lo redujeron, parezco una jugadora de fútbol americano”, me dijo. Pero, en aquella época ella no podía opinar, no tenía idea.
Se convirtió en leyenda, han hecho películas, series sobre ella, “la princesa del pueblo”…
Sí, pero estaba muy lejos de ser plebeya. Nunca lo fue. Era una aristócrata y a los de la realeza los educan distinto, aunque Diana –pronuncia Diana- fue educada normal, en un colegio y en una mansión en el campo y, cuando llegó a la ciudad vivió en un departamento con tres amigas. Era institutriz –au pair, algo común en las chicas bien en Europa-, pero no limpiaba para la hermana como se dice en The Crown.
¿Sabía dónde se metía al casarse con el futuro rey?
No, pero le tocó la desgracia de no tener una familia en su infancia y por eso ella siempre soñó con tener un hogar, marido, hijos. Es por eso que luchó tanto para mantener ése matrimonio. Quería una familia unida y el cuento no le salió. Se desilusionó.
Yo soy monárquico a la manera de los países nórdicos, donde quedan los royals que son realmente son necesarios, el resto son parásitos elegantes. La Reina, viéndosela venir los voló a todos, porque se tiene que acabar porque el mundo está cambiando. (Fabián Marelli/)
La Reina y mitos y verdades en The Crown
Diana se convirtió en leyenda. Nuevas generaciones pudieron saber de ella por distintas vías -películas como “The Queen” con Helen Mirren o “Spencer” con Kirsten Stewart- aunque pocos la conocían realmente. Roberto Devorik fue uno de ellos y su hogar en Buenos Aires (vive entre Argentina y Europa) está repleto de recuerdos. “Diana era mi amiga. Y, como toda persona que no tuvo familia, ella le tenía miedo a las pérdidas, temía que la dejáramos de lado. Por eso nos dividía por grupos. Había dos o tres que estábamos siempre, pero nunca nos invitaba al Palacio juntos. Dividía, como una cómoda con varios cajones, en cada cajón tenía a sus amigos preferidos”, señala.
¿Qué cosas te contaba Diana?
Recuerdo cuando Diana venía furiosa con la Reina y me decía “La vieja esta no me entiende” -decía old lady, que en inglés suena distinto, como ‘señora mayor’-. Y yo le decía “Nunca te va a entender por qué es la jefa de la Iglesia, la jefa de la Corona y la madre del futuro rey, entonces nunca te va a poder decir lo que querés escuchar”. Diana estaba muy sola. Como su círculo íntimo, nos enterábamos las cosas antes que el resto. La noche antes de que anunciara la separación (el día previo a su viaje a la Argentina), me dijo: “para que vayas sabiendo, desde mañana soy libre y vamos a poder viajar más. Cuando llegues a Buenos Aires ya van a tener la noticia pero te pido que no abras la boca”. Así fue, en Ezeiza todos lo preguntaron y la respuesta fue: “no comments”. Saber las cosas antes era una ventaja. Yo, del accidente y de la muerte de Diana me la enteré una hora y media antes que el resto. Su mayordomo nos llamó a Lucía Flecha de Lima, a lady Boker y a mí. Yo tenía un número especial del Palacio, porque a Diana le habían puesto micrófonos en una época. Sí, tenía micrófonos como mostró The Crown. Lamento que serie se haya hecho sin asesoramiento de quienes realmente estuvimos al lado de ella. Algunas cosas son reales pero otras están mal explicadas, muy de novela. ¿La Reina atendiendo ella el teléfono? Nunca. ¿El secretario despedido saliendo por la puerta grande? Los oficinistas van por el costado.
“Yo tenía un número especial del Palacio, porque a Diana le habían puesto micrófonos en una época. Sí, tenía micrófonos como mostró The Crown”.
Habitue en Kensington Palace, Devork describe: “el apartamento de Diana tenía un hall de recepción, un living, después un comedor igual que el mío para 12 personas y la oficina de Carlos (ahí vivió hasta que se separaron y él se fue a St. James Palace). Después escaleras – donde ella se tiró una vez que se quería suicidarse- te llevaban a un living divino con una chimenea y a un escritorio (de ella). Pasabas a la suite del dormitorio de ellos y arriba está la habitación de los chicos. Cada uno tenía sus sirvientes. “a veces había pelea porque según Michael, Diana le quería siempre robar las mucamas que ya había entrenado”. (Fabián Marelli/)
Diana y la reina Isabel II no terminaron bien
Pero con todo, yo siempre le tuve mucho respeto a la Reina y lo sigo teniendo. Lástima que, en su enorme libro lleno de verdades, tuvo un capítulo malo. Cuando falleció Diana en 1997, el primer ministro Tony Blair tuvo que ir a hablar con ella porque la gente estaba en contra suyo. El cuerpo de Lady Di pasó tres días en una morgue porque la Familia Real no podía decidir. Se manoseó toda la situación. Recuerdo que yo estaba por viajar a St. Tropez y lady Sarah McCorquodale, hermana de Diana, me dijo: ‘te pido que te quedes, porque va a haber un funeral’. No fue de Estado, fue público, y el más grande la historia. Estuve furioso con la Familia Real, pero me quedé por pedido de la familia Spencer. Aquellos días (retratados en la película con Helen Mirren), la Reina cometió un grave error.
Y, ¿cómo se llevaba Lady Di con el duque de Edimburgo?
Al principio estaba chocho con ella, pero con los escándalos se convirtió en su enemigo mortal. Ella le tenía una bronca tremenda y al ver cómo caminaba detrás de su cuerpo en el funeral, pensé que Diana se estaría revolcando en el cajón. Lo detestaba.
Una escena de la quinta temporada de The Crown. “Cometí el error de decirle a Diana “olvidate de esta chica. Con lo espléndida que sos vos, esto se acaba acá”. Como vidente me moriría de hambre”. (Gentileza Netflix/)
¿Miraste las películas sobre ella?
Vi todas, y estoy seguro de que la Reina vio la de Helen Mirren, las otras no. Spencer, la del chileno (Pablo) Larraín es un desastre. Dio a entender que Diana tenía tendencias lesbianas, una ridiculez. La película es una falta de respeto a la historia y a una íntima amiga mía. The Crown tiene momentos excelentes, pero está mal el reparto. Princess Margaret era petisa, petacona y con pechos grandes. Éste príncipe Carlos parece un jugador de fútbol americano, resexy y nada que ver. Lo mejor que tiene la quinta temporada son los gestos de su Lady Di, sobre todo cuando la enfocan de perfil. Están muy bien logrados.
En la última temporada se reivindican amores
Es excelente la parte de princess Margaret con Peter Twonsend. Se volvieron a ver, él fue el amor de su vida. La princesa nos lo dijo a mi madre y a mí, que tenía una gran simpatía por Diana porque ella misma había sufrido por no reaccionar y lo había pagado toda su vida. También el de Ana que, separada, le dijo a la madre ‘yo me voy a casar’ y lo hizo con sir Timothy Lawrence en Escocia.
Roberto Devorik y Lady Di con el legendario “vestido de la venganza” después de la separación. ““Para que vayas sabiendo, desde mañana soy libre y vamos a poder viajar más”. (Fabián Marelli/)
La escena recreada en la quinta temporada de The Crown. (Gentileza Netflix/)
También saltan los audios con las conversaciones íntimas entre Carlos y Camilla. ¿Cómo lo vivó Diana?
Lo supimos antes, yo estaba en Londres y ella me dijo: “tanto me criticaron con Hewitt, esperá lo que vas a leer mañana”. Fue humillante, pero ella nunca se regocijó con eso. Días después, en un almuerzo en casa, una actriz muy conocida con muy poco tino le dijo: “cómo te pudiste enamorar de un tipo tan poco agraciado, con esas orejas, con esa cara y ése gesto de antipatía que tiene”. Nos quedamos duros. Diana la miró y le dijo: “la persona que usted está describiendo es el padre de mis hijos, mi marido –por entonces seguía siendo su marido- y el futuro rey de Inglaterra así que cambiemos de tema”. Diana nunca se regocijó. Sí, le pareció fantástico que lo hubieran publicado para que se supiera lo que ella estaba viviendo. Yo no respeto la soberbia de Carlos. Cuando lo nombraron rey, teniendo a su hijo William -el futuro rey- detrás, señaló que quería agradecer a la mujer que tenía ahora a su lado –la misma de la tohallita higiénica de las grabaciones- que lo había acompañado durante tantos años. Con William atrás, el hijo de Diana. Fue una falta de tino, muy de él. La maquinaria de la Corona está activando cambios porque quiere sobrevivir, pero la coronación que Carlos soñó no la va a poder ser. Pompa y circunstancia, sí, pero no tendrá la magnitud que esperaba.
Viendo The Crown 5, ¿por qué nadie habla de Andrew Parker Bowles, el exmarido de Camilla?
Son pocos los que quedamos que abrimos la boca y ellos viven ahí, es su mundo. Es una versión de Diana, con la diferencia que ella nunca aceptó ser la tercera en el matrimonio y Parker-Bowles lo dejó pasar. Ni abrió la boca cuando Camilla se quiso divorciar. Ya lo vimos cuando Carlos se presentó como rey: errático, caprichoso. Un pibe frustrado toda su vida y Camilla lo manejó, siempre. La semana antes de casarse me vi Diana me contó que le había dicho a Carlos que lo mataba si la veía a Camilla en St. Paul. Lo de la amante lo sabíamos todos. Ella entró en la catedral y, bajo el tul fue mirando, buscando la Camila y la encontró. Yo, inclusive, cometí el error de decirle “olvidate de esta chica. Con lo espléndida que sos vos, esto se acaba acá”. Como vidente me moriría de hambre.
“Carlos era un calzonudo que no tuvo las agallas decirle a los padres ‘con ésta mujer no me voy a casar. Hagan cambiar la Constitución para que pueda casarme con una divorciada'”. (Gentileza Netflix/)
¿Qué sentís al ver que Carlos y Camilla terminaron casados y reyes?
Que me muestra que cobarde e infantil a los 38 años fue Carlos. Yo a esa edad tenía una empresa, hice plata, viajaba por el mundo y tenía responsabilidades. Él era el hijo de mummy y papa, un calzonudo que no tuvo las agallas decirle a los padres ‘con ésta mujer no me voy a casar. Hagan – lo hicieron más tarde- cambiar la Constitución para que pueda casarme con una divorciada. Si lo pudieron hacer 30 años después, por qué no lo hicieron en el momento justo y así no le arruinaban la vida a una pobre chica, Diana. En la serie lo muestran como un futuro rey moderno y sustentable. Ya hace 20 años, cuando se peleaba con Diana se iba a la casa de campo y ella me decía ‘se fue porque le va a hablar con las plantas en vez de hablar conmigo de los problemas’. Un pibe raro. Ella dijo en la entrevista con “Panorama” que no lo veía para ser el rey de Inglaterra. Pero no son los personajes los que están mal sino la institución. Es la maquinaria tremenda, un dinosaurio la Corona.
¿Qué cosas no cambian?
La Familia Real ha sido y es antisemita. Y lo dijo Diana.
Devorik y sus recuerdos del programa del funeral de su amiga, la princesa de Gales. “La reina quiso dejar todo ordenado. Lo de Camilla reina consorte. Y, al primer aniversario de la muerte de su marido, la Reina -que no se había mostrado casi nada por el Covid- apareció en la capilla de Windsor del brazo de su hijo, el príncipe Andrés. Lo cual muestra que ella pagó de su bolsillo los 14 millones de libras para salvarlo del escándalo y posiblemente ser condenado a la cárcel. No pudo intervenir más, pero puso orden”. (Fabián Marelli/)
En el documental de Harry y Meghan hablan del escándalo del broche Blackamoor y hace poco debió renunciar la madrina del príncipe William…
Estoy seguro de que Marie-Christine no lo hizo a propósito, que lo usó por la historia de quien se lo regaló. La princesa Michael de Kent me contó que ése broche se lo regaló Wallis Simpson cuando la visitó en París -tenía unas alhajas extraordinarias-. No hubo mala intención. Yo digo que son racistas porque, cuando Diana se separó de Carlos, yo vi el documento del divorcio -era más gordo que la Biblia con todo lo que le exigían para darle los millones de libras que le dieron- y le dije “Dios mío, cómo te apretaron”. Y ella me dijo “Y además detestaron que hubiera elegido una firma de abogados judía”. Y, lo ocurrido con la madrina de William en estos días es lo mismo: seguro lo dijo, pero no es el staff, es la idiosincrasia. Igual que cuando cuestionaron el color de piel del bebé de Harry y Meghan. Si fue Carlos, si fue Camilla, no lo se. Pudo haber sido Ana o el príncipe Andrés -que no muy inteligente-, pero no hay que enfocarse en los personajes sino en el todo. Por todo esto grave que está pasando, es que la Reina viendo que se iba (aparentemente tenía un cáncer en la espalda) quiso poner la casa en orden antes de morirse. Porque el error de la familia real inglesa siempre fue la mala comunicación.
¿Qué cosas dejó ordenadas?
Lo de Camilla reina consorte. Y, al primer aniversario de la muerte de su marido, la Reina -que no se había mostrado casi nada por el Covid- apareció en la capilla de Windsor del brazo de su hijo, el príncipe Andrés. Lo cual muestra que ella pagó de su bolsillo los 14 millones de libras para salvarlo del escándalo y posiblemente ser condenado a la cárcel. No pudo intervenir más, pero puso orden. A Kate y a William los acercó.
Los príncipes de Kent, presentes en las fotos de la casa de Devorik. En la serie “Harry y Meghan” destacan el escándalo por el broche Blackmoor usado cuando la princesa se presentó con Meghan. “Estoy seguro de que Marie-Christine no lo hizo a propósito, que lo usó por la historia de quien se lo regaló. La princesa Michael de Kent me contó que ése broche se lo regaló Wallis Simpson cuando la visitó en París -tenía unas alhajas extraordinarias-. No hubo mala intención”. (Fabián Marelli/)
Meghan y Harry, el documental
Un documental acaba de revolver heridas entre la realeza británica, “Harry y Meghan” en Netflix parece haber creado una grieta muy difícil de juntar. Más que el libro “Harry & Meghan, en libertad” y más que la entrevista con Oprah. “Sí, lo vi. Me lo mandaron antes”, desliza Roberto Devorik quien acaba de llegar de Londres y va camino a pasar fin de año en Uruguay. “Me dio mucha lástima por Harry, porque yo lo conozco desde que nació. Él dice que no puede recordar a su madre y no se va a acordar de mí tampoco, era muy chico. A William lo tuve a upa y a Harry jugando conmigo con unos juguetitos.
Devorik en su casa en Buenos Aires recuerda los apartamentos privados en el Palacio de Kensington. “Estaban los de la princesa Margarita, el de la duquesa de Gloucester y, dabas la vuelta y está el jardín con el cottage, la casita. Ése cottage se lo prestaron a Harry y a Meghan”. El mismo que mostraron en el documental “Harry y Meghan”. (Gentileza Netflix/)
¿Es verdad que Lady Di hubiera querido que sus chicos se criaran en los Estados Unidos?
De ninguna manera. Ella quería que fueran lo que son: príncipes reales tal y como era ella. Le quisieron sacar los chicos y el período de las fiestas tuvo que negociarlo: quedaron con Navidad en Sandringham y Año Nuevo con ella. Diana pensó en vivir al sur de Francia o a los Estados Unidos pero jamás en desterrar a sus hijos en Estados Unidos. Jamás de los jamases, como jamás que me digan que ella nunca estuvo enamorada de Carlos fue el amor de su vida, lo que pasa que como ella me dijo: “A los 30 años estoy llena de energía de ganas de vivir, de amar a alguien y tuve mis amantes, lógicamente. Si él, desde el momento que entra a la iglesia, tenía amantes y me lo mintió”. Además me lo dijo el único hombre que realmente le movió el piso después de Carlos fue el doctor Hasnat Kahn. Dodi fue un amor de verano que usó de anzuelo para ver si lo reconquistaba a Kahn.
Roberto Devorik y las tarjetas de Navidad enviadas por la princesa de Gales y sus hijos. “El padre ayudó al distanciamiento entre William y Harry pero, con lo que han sufrido estos dos, ni el poder del padre los va a poder separar”. (Fabián Marelli/)
Meghan se dice víctima en esto, ¿es así?
No se si es hipocresía o estupidez. Ella se compara a Diana en su en su martirización, con su marido al lado, viviendo en una mansión en California y cobrando 100 millones de dólares por hacer un mediocre documental para Netflix a donde las lágrimas están bien estudiadas y los pulóveres de cashmere también. Se rajó de donde no quería estar. Fijate que dice que la institución (la Corona) “no solo me había arrojado a los lobos, me entregó como carnada”. Yo le contestaría: ¿quién te entró en la Iglesia cuando tu padre te hizo el corte de manga? El futuro rey de Inglaterra, que no es santo de me devoción. Algo de corazón tiene al ofrecerse para entrar a esta chica sola y en medio de tantas habladurías. Si eso fue tirarte a los lobos, lo que le hicieron a Diana fue una trituradora. Dice que no diferenciaba a Harry y a William… ¡Todo el mundo los diferenciaba a Harry y a William!
¿Cómo ves la grieta en la relación entre Harry y William?
El padre ayudó al distanciamiento pero, con lo que han sufrido estos dos, ni el poder del padre los va a poder separar. Aunque William tiene el carisma, la simpatía de la madre y la disciplina de su abuela, una lucha interna tremenda. Porque en morir la Reina, Carlos no le permitió a William llevar en el avión a su hermano. Lo dejó con Ana y el príncipe Eduardo y tampoco lo quiso ver la noche anterior al funeral. Harry se rebeló y valoro es que dijo basta y me voy con todo. Lo que está mal es que se deje llevar por esta mujer. Él con sus dolores y ella que le mete el cuchillito para hacer plata. Ahora va a venir el libro, que a mi juicio va a ser mucho peor.
Escenas de “Harry & Meghan”, el documental que cuenta la versión de los Duques de Sussex. “Meghan se compara a Diana en su en su martirización, con su marido al lado, viviendo en una mansión en California y cobrando 100 millones de dólares por hacer un mediocre documental para Netflix a donde las lágrimas están bien estudiadas y los pulóveres de cashmere también. Se rajó de donde no quería estar”. (Gentileza Netflix/)
¿Les sacarías los títulos?
Si tuvieron la mala onda, como si se criollo, la poca inteligencia de sacárselos a Diana, a ellos deberían habérselos sacado. Pero que no lo hicieron porque la Reina no quería eso. Diana no estaría contenta con esta chica. Estaría muy contenta con la otra. Eso que Harry dice en el documental que “otros eligen por quienes mejor encajaban”, se equivocó. Porque si fuera así, la madre de Kate era azafata y su familia burguesa hizo fortuna abriendo su negocio en el garage. Sí, a Diana le gustaría Kate. Ella es admirable, nunca metió la pata y eso en este ámbito es muy difícil y ésta chica lo ha llevado al máximo de la perfección. Harry le tiene miedo a la maquinaria a la Corona que persiguió a Diana y por eso dice que protegen al hermano y no a él. Lo que él no dice (y yo conocí a la madre más que él, porque él era un nenito) es que ella era consciente de usar a la prensa. La prensa abusaba de ella a veces y ahí ella se calentaba, pero ella usó a la prensa y se dio cuenta que Carlos tenía todo un ejército atrás, ella necesitaba el suyo. Ella sabía, me decía. “Dejá, que saque la foto que con eso vive un mes o un año”. La tenía clara Diana.
¿Cómo ves el futuro de la Corona británica?
El terror de esta gente es que el pueblo los raje. Yo esperaba que éste hombre –Carlos- tuviera el raciocinio de pasarle el batón a su hijo y a esta chica. Todos esperábamos eso y no haberlo hecho fue un golpe bajo. Fijate el Primer Ministro de Canadá, su edad. La del rey de España, el de Holanda …. Carlos tiene mi edad, no está para mandar. Creo que Escocia en cualquier momento se independiza y que el Commonwealth no va a durar. No hay fuerza.
“No son los personajes los que están mal sino la institución. Es la maquinaria tremenda, un dinosaurio la Corona”. Diana, Harry, William y el príncipe Carlos en The Crown. (Gentileza Netflix/)