EEUU muestra su "satisfacción" por la "rápida sucesión" de las muertes de líderes de Estado Islámico

La Casa Blanca ha mostrado su “satisfacción” por la “rápida sucesión” de las muertes de los últimos líderes de Estado Islámico, después de que el grupo yihadista confirmara el miércoles la muerte de su dirigente, Abú al Hasán al Hashemi al Quraishi, y nombrara inmediatamente después a su sucesor.

“Nos satisface ver la eliminación de los líderes de Estado Islámico en esta rápida sucesión. Estados Unidos sigue comprometido a hacer frente a la amenaza global de Estado Islámico y está preparado a trabajar con los socios internacionales que comparten este mismo objetivo”, ha dicho la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.

Así, ha recalcado que Washington seguirá trabajando tras estos “éxitos a nivel antiterrorista” y ha prometido “mantener la presión” sobre el grupo yihadista, al tiempo que ha negado que la muerte del líder de Estado Islámico haya sido causada por “una acción estadounidense”. “Puedo confirmarlo”, ha remachado.

El portavoz del Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM), Joe Buccino, indicó en un comunicado publicado el miércoles que Abú al Hasán murió a mediados de octubre durante una operación del Ejército Libre Sirio (ELS) –respaldado por Turquía– en la provincia siria de Daraa (sur), en lo que describió como “otro golpe” al grupo terrorista.

El líder de Estado Islámico ha muerto menos de un año después de ser nombrado para el cargo en sustitución de Abú Ibrahim al Hashimi al Quraishi, muerto durante una operación llevada a cabo por las fuerzas especiales estadounidenses en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria.

El anterior dirigente yihadista, Abú Bakr al Baghdadi, murió en 2019 en una operación estadounidense en esta misma zona del país árabe. Desde entonces, los líderes de Estado Islámico han mantenido un perfil muy bajo y, de hecho, ninguno de los dos últimos ha realizado comparecencias en público o declaraciones.

 

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