Detener a las estrellas no bastará para ganar el mundial

Por Mitch Phillips

DOHA, 17 dic (Reuters) – A pesar de las destacadas
actuaciones de Lionel Messi y Kylian Mbappé en Qatar, Argentina
y Francia pueden crear peligro en todo el campo, por lo que
frenar a las superestrellas es sólo una batalla en la guerra
final del Mundial del domingo.

En los primeros partidos de la fase de grupos, Mbappé y
Ousmane Dembélé se lanzaron por las bandas, actuando casi como
extremos a la antigua usanza, mientras Olivier Giroud
desempeñaba el papel tradicional de delantero centro y Antoine
Griezmann tenía permiso para campar a sus anchas.

Es probable que ese siga siendo el modelo elegido por Didier
Deschamps, pero como se pudo comprobar en la fase eliminatoria,
las mejores defensores fueron capaces de maniatar un poco a los
hombres de banda, obligándoles a buscar la posesión por dentro y
a mayor profundidad.

Argentina ha alternado tres defensas centrales y una zaga
plana durante el torneo, y se espera que el seleccionador Lionel
Scaloni mantenga esta última opción el domingo.

Inglaterra se apresuró a marcar a Mbappé cada vez que
recogía el balón, y Argentina, probablemente a través de Nahuel
Molina y Rodrigo De Paul, intentará hacer lo mismo.

Sin embargo, como Inglaterra y Croacia descubrieron en su
detrimento, destinar recursos a una zona crea necesariamente
espacios en otras, y no ha habido nadie en el torneo que los
haya encontrado y aprovechado mejor que Griezmann.

Tchouameni y Adrien Rabiot han tenido un gran desempeño en
Doha, y se espera que este último regrese tras perderse la
semifinal por enfermedad.

Trabajadores y disciplinados tácticamente, dejan libertad a
los delanteros, con la seguridad de que normalmente habrá una
pantalla defensiva detrás de ellos en caso que el rival se haga
con la posesión.

La defensa francesa se mostró inestable en ocasiones contra
Inglaterra, pero se adaptó a su tarea y, al igual que contra
Marruecos, no concedió demasiadas ocasiones claras. Los únicos
goles que ha encajado en la fase eliminatoria fueron dos de
penal.

El factor messi

Por supuesto, el domingo se enfrentará a la prueba
definitiva: mantener a raya a Messi. Como quedó demostrado, lo
único que pueden hacer los equipos es tratar de limitar el flujo
de pases hacia él y asegurarse de que están bien concentrados
cuando se anima.

Messi desconcierta a sus rivales con pasajes del partido a
paso de tortuga y cambiando de banda a voluntad mientras sus
compañeros se amoldan a la perfección a su alrededor.

Luego se lanza a gran velocidad, zigzagueando entre los
defensores o arrastrando a varios rivales en espacios reducidos
antes de ceder el balón a un compañero.

Con Mbappé como único jugador al que no se le pide que
defienda, Francia parece vulnerable en su banda izquierda,
aunque el regreso de Rabiot a ese lado del mediocampo podría
contrarrestar parcialmente esa debilidad.

Como en el caso de Francia, Enzo Fernández y Alexis Mac
Allister han proporcionado a Argentina seguridad en el
mediocampo. Los laterales Molina y Marcos Acuña -o posiblemente
Nicolás Tagliafico- serán los encargados de marcar a Mbappé y
los primeros en encarar a Griezmann cuando se desvíe.

Molina regresa tras una sanción y, aunque ha realizado un
buen torneo, Scaloni podría decidir que no es el hombre ideal
para enfrentarse a Mbappé y recurrir a Romero en una revisión
del planteamiento utilizado contra Países Bajos.

Aunque el extraordinario control y la explosividad de
movimientos de Messi siguen siendo, obviamente, el eje del
ataque argentino, la aparición de Julián Álvarez le ha dado una
dimensión extra.

En general, los dos ataques parecen más fuertes que las dos
defensas, lo que, al menos para los neutrales, siempre es
positivo en una final de la Copa Mundial.
(Reporte de Mitch Phillips, editado en español por Daniela
Desantis)

 

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