Minuto 9 del Inglaterra-Estados Unidos jugado la noche del viernes en el estadio Al Bayt de Jor. Harry Kane finaliza uno de las escasas jugadas de ataque trazadas por los británicos, pero su remate desde la frontal no tiene el éxito esperado. De repente, salta a la vista, aparece en el fondo una bandera de Euskadi, una ikurriña, rematada con el escudo del Athletic, cumpliendo la ley no escrita de que, allá donde vayas, siempre te encontrarás a algún seguidor del conjunto rojiblanco exhibiendo sus colores por el mundo.
En los minutos posteriores a la escena, el móvil de Mikel Medina se llena de mensajes de amigos y conocidos que saben que está en Doha con motivo del Mundial. “Ya me conocen, si es que la llevo a todos lados. Con el Athletic he viajado 23 veces por Europa, he ido a Moscú, a Lviv, a Suecia… Y a Qatar también nos la hemos traído”, explica la mañana siguiente junto al crucero en el que está pasando el Mundial junto a otro amigo.
Mikel es de Arrankudiaga, un pequeño pueblo al sur de Bilbao. Su amigo y él van a pasar diez días a Qatar, desde el miércoles hasta el viernes que viene, en los que van a ver diez partidos. Con ambos han viajado en el avión tres banderas: la que ya ha visto todo el mundo y otras dos, una formada a su vez por dos ikurriñas, una bandera del Athletic y otra del equipo de su pueblo; y la otra en homenaje a un amigo que falleció en un accidente de avioneta.
“Las otras dos no nos las dejan meter en los campos porque son demasiado grandes. El límite es dos metros por uno y medio y ambas lo superan por mucho. Pero esta, sí. El primer día nos dijeron como que no se podían poner escudos de equipos de fútbol, pero es que todo el mundo lo hace. Al final nos dejaron. En el de Inglaterra llegamos muy pronto al estadio, pero aun así casi no había sitio. La metimos en un hueco en el que no se veía demasiado bien, pero oye, mira…“, narra.
Eco del Athletic
El propio Athletic, en sus redes sociales, dio cuenta del momento en el que el club bilbaíno se coló en el Mundial de Qatar. Y dice Mikel que no es la primera vez que les pasa: “Piensa que nosotros hemos ido a muchos desplazamientos con el equipo y en alguno de ellos solo estábamos unos cuántos. Algo ‘conocidillos’ ya somos”.
Mikel y su amigo (que prefiere no aparecer en el reportaje) llevan años pensando el viaje a Qatar: “Llevamos cuatro años ahorrando, 60 euros fijos al mes para esto. La idea era ir al de 2026 [en México, Canadá y EEUU], pero dijimos, ‘¿qué hostias? ¡Si este es el Mundial de los Mundiales! Está todo a mano aquí, puedes ir a dos partidos en un día’. Así que nos vinimos”.
En febrero se apuntaron a ciegas, con los grupos todavía sin sortear y por tanto los partidos sin asignar, en el sorteo de entradas de la FIFA. Les tocaron diez de las que pidieron (entre ellas, para Argentina-México, España-Alemania, Portugal-Uruguay y Croacia-Bélgica, nada mal) y a partir de ahí comenzaron a preparar el resto del viaje: alojamiento, hotel y la Hayya, el visado especial para el Mundial.
“Miramos alojamientos y uno de los primeros que nos apareció fue el crucero. Y dijimos, ‘pues venga’. Al final, está céntrico, a buen precio para lo que había y tampoco es que pasemos mucho tiempo aquí. Dormir y el buffet. Bueno, y por las mañana un rato de piscina y jacuzzi. Y hasta gimnasio”, explica.
190 euros/noche
Entre los dos pagan por una habitación doble, “con vistas a un patio interior”, 190 euros por noche. Y eso en un crucero “de Segunda A”. “El que está al lado es el de nivel Champions, que ahí dice este que están alojadas las mujeres y las novias de los jugadores de Inglaterra, no sé. Y te encuentras cada barco por aquí…”. Un rápido paseo por la terminal de cruceros de Doha, muy cerca del estadio 974, da fe de que es así.
En total, la estancia de diez días en Doha les va a salir “por entre 3.000 y 3.500 euros”. Habrían gastado más, porque intentaron comprar entradas para más partidos y exprimir así su viaje, “pero fuimos al ‘ticketing center’ y nos dijeron que se habían vendido todas las entradas. Que luego en los campos ves huecos vacíos, pero imagino que serán reservadas al público local o a patrocinadores, no sé…”.
El viernes regresarán a Bilbao y empezarán a pensar en su siguiente viaje. El primero fue a un Juventus-Athletic de Champions en 1998. Siempre con su bandera con la ikurriña, limpia y preparada para lucir impecable en la televisión. Estén atentos, porque es posible que la vean más veces de aquí al viernes.