Cruje la cadena de la soja y se compromete el ingreso de divisas para 2023

Hasta octubre de 2022 la molienda acumulada de soja durante el presente año calendario llegaba a los 32,50 millones de toneladas, cifra muy similar a la del mismo período de 2020, que fue de 32,27 millones de toneladas. En cambio, si la comparación se hace con igual segmento de 2021, un año atrás, con 36,50 millones de toneladas, la diferencia comienza a ser mucho más significativa. Las proyecciones para todo 2022 arrojan una molienda de 39,10 millones de toneladas, contra los 36 millones de 2020 y los 42,40 millones de 2021.

La pregunta del millón, que pasará con la molienda de soja durante 2023, considerando la crítica situación climática que están atravesando los cultivos de soja, el atraso en las siembras de la soja de primera con su impacto en menores rindes y los 5 millones de hectáreas que todavía quedan por ser sembrados, entrando en los últimos días de diciembre.

En un reciente comunicado Acsoja advierte sobre la crítica situación que vive toda la cadena de la soja, pero sin dar detalles de los números. Vamos a tratar de ponerle esos números a la coyuntura actual de la cadena de la oleaginosa.

En primer lugar, la superficie final de siembra es muy difícil que alcance las primeras proyecciones. Asumamos que se van a sembrar 15 millones de hectáreas, cifra muy optimista considerando que faltan sembrar todavía 5 millones de hectáreas. Consideremos un porcentaje de abandono y hectáreas sin cosechar del 8% y un rinde promedio de 2500 kilos por hectárea.

La escalada del dólar blue puede agravar el faltante de insumos críticos para el campo

Con estas cifras teóricas, optimistas, se llegaría a un volumen de producción de soja de 35 millones de toneladas. De ser correcto este número estaríamos en la peor cosecha de soja de los últimos 14 años. En una segunda hipótesis consideramos que se siembran finalmente 14 millones de hectáreas y en ese caso la producción potencial llegaría a 32 millones de hectáreas.

Cuentas en riesgo

Ya se trate de la primera o de la segunda hipótesis, la situación por venir será realmente muy crítica, afectando en la línea de flotación a la agroindustria procesadora de soja, principal fuente de ingreso de divisas para el país.

La menor producción tendrá impacto directo en el menor volumen de procesamiento de soja y pondrá en serio riesgo el futuro ingreso de divisas durante 2023. Con un primer análisis preliminar, considerando la hipótesis más optimista de 35 millones de toneladas de producción de soja, el ingreso de divisas solamente en el complejo oleaginoso, incluyendo soja poroto, aceite y harina, se vería reducido en 9670 millones de dólares.

Si consideramos también la caída en la producción y en los saldos exportables de trigo y de maíz, el ingreso de divisas correspondiente a granos y a carnes para 2023 se verá reducido en 17.600 millones de dólares, pasando de 49.200 millones en 2022 a 31.500 millones de dólares proyectados para todo 2023.

En términos de capacidad operativa para la molienda de soja, la caída de la producción implicará un menor volumen de grano procesado y la posibilidad de llegar a tener una capacidad ociosa superior al 60%. En ese escenario hay un serio riesgo de que en 2023 muchas empresas aceiteras se vean imposibilitadas de procesar soja por falta de oferta y que deban cerrar plantas, con el consecuente impacto social por la caída del empleo.

El autor es presidente de Pablo Adreani y Asociados

 

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