El dato es demoledor: el Chelsea no ha conseguido ganar en ninguno de los cuatro partidos que ha disputado tras el cierre de mercado de fichajes de invierno. No pudo pasar del empate a cero ante el Fulham, volvió a empatar contra el West Ham (1-1) en un choque con un final polémico -no les señalaron un claro penalti por mano-, perdió en Champions con el Borussia Dortmund (1-0), frenados por un estelar Kobel, y han vuelto a sumar una nueva derrota frente al Southampton (0-1), colista de la Premier League.
Esta vez, el verdugo de los de Graham Potter fue James Ward-Prowse. El Chelsea cometió el error de hacer falta en la frontal en el último suspiro del primer tiempo, la especialidad del capitán del cuadro dirigido por el interino Rubén Sellés tras la destitución de Nathan Jones, y el mejor lanzador de libres directos del torneo no falló.
James Ward-Prowse marcó un auténtico golazo de falta directa ante el Chelsea
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Desde entonces, no se movió el marcador. Los ‘blues’ las tuvieron de todos los colores, pero la pelota no entró. Incluso Perraud sacó bajo palos un cabezazo de Sterling, con Bazunu ya batido. En el rechace, fue Roméo Lavia quien bloqueó el balón, otra vez ‘in extremis’.
Un gol en cuatro partidos
El Chelsea lleva un gol en los cuatro partidos disputados tras el cierre del mercado. El equipo de Graham Potter está pagando muy caro el hecho de tener atacantes con ‘mucho gol’ pero no goleadores natos. Es cierto que la suerte no le ha sonreído al cuadro de Londres, que genera muchas ocasiones en cada duelo, pero si el balón no entra, de muy poco sirve.
El Chelsea no encontró manera de perforar la portería defendida por Bazunu
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¿Qué pasará con Graham Potter?
El ex del Brighton asumió el banquillo del Stamford Bridge el 8 de septiembre de 2022. Desde entonces, ha dirigido al Chelsea en 32 partidos. Su balance: 14 victorias, 8 empates y 9 derrotas. Desde el club aseguran que tiene total confianza del propietario, Todd Boehly. Sin embargo, en Londres se oye un run run sobre su posible destitución.
Este batacazo ante el último clasificado de la Premier League ahonda en una crisis que se acentúa cada vez que se piensa en los más de 325 millones de euros gastados en invierno.