La Corte Internacional de Justicia (CIJ), la más alta jurisdicción del sistema de Naciones Unidas, presentará este jueves en La Haya su veredicto sobre la disputa entre Chile y Bolivia por el uso de las aguas del río Silala.
El Silala es un río que nace en bofedales (humedales de altura) en el departamento boliviano de Potosí y en su trayecto atraviesa la frontera con Chile, pero el uso de sus aguas es motivo de una controversia que se arrastra desde 2016.
El caso llegó a la CIJ en 2016, cuando Chile pidió a esa corte que declare al Silala formalmente como un curso de agua internacional, sujeto a normas específicas, para garantizar sus derechos sobre el uso de ese recurso hídrico en su territorio.
Bolivia respondió en 2018 con una contrademanda ante la CIJ para pedir a la corte que le reconozca sus derechos sobre el flujo artificial del río, por el sistema de canales construidos para reunir agua de manantiales, y exigió que Chile pague una indemnización por uso de esos recursos.
– Argumentos sobre la mesa –
Las últimas audiencias por el caso del Silala se realizaron en abril de este año, cuando las partes formularon sus alegatos y tuvieron oportunidad de interpelarse mutuamente.
En esas audiencias, el agente (principal representante) de Bolivia ante la CIJ, el diplomático Roberto Calzadilla, pidió a la CIJ que declare la soberanía boliviana sobre el “flujo artificial” de las aguas del Silala en su territorio, y que “Chile no posee derechos adquiridos” sobre ese flujo de agua.
Para la delegación de Bolivia, los canales construidos sobre el Silala en su territorio aumentaron artificialmente el caudal, y por ello Chile no puede alegar derechos adquiridos para su acceso a esas aguas.
Por su parte, la agente de Chile, Ximena Fuentes, pidió a la CIJ que rechace los argumentos de Bolivia y alegó que la exposición boliviana carece de base legal al hacer una diferencia entre causes naturales y artificiales.
Chile insiste en la validez del derecho consuetudinario (normas no escritas pero cuya aplicación se tornó habitual por su repetición en el tiempo) en el caso de las aguas del Silala, que considera un curso de agua internacional.
Fuentes también había pedido a la CIJ que exprese que Bolivia está obligada a tomar medidas para evitar la contaminación de las aguas, así como a cooperar y “notificar oportunamente a Chile” sobre medidas que puedan tener “un efecto adversos en recursos acuíferos compartidos”.
– Fallo “bueno para ambas partes” –
El desmonte en territorio boliviano de los canales -que afectaron los bofedales de la región- tendría un impacto importante en el caudal del Silala.
Por ello, el canciller boliviano, Rogelio Mayta, adelantó ya en abril que su país espera “claridad” en el fallo de la CIJ.
“Nosotros hemos manifestado que queremos mantener y reponer ese ecosistema [los bofedales], seriamente dañado por estos canales”, pero con ello “Chile podría acusarnos” en una demanda, dijo el jefe de la diplomacia boliviana.
Por ello, “nosotros hemos pedido a la Corte que haya claridad” en el fallo, agregó.
Por su parte, Fuentes (quien ahora es viceministra de Relaciones Exteriores) dijo el martes que espera de la CIJ “obtener certeza jurídica (…) sobre el carácter internacional de este río compartido”.
“Creemos que el fallo va a ser bueno. Bueno para ambas partes. No sólo para Chile, nos va a permitir colaborar y cooperar en una materia muy importante que son los recursos hídricos”, expresó Fuentes en Santiago.
Por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores de Chile, Antonia Urrejola, expresó su esperanza de que el fallo de la CIJ “abra una oportunidad para seguir trabajando con Bolivia en una agenda positiva”.
Las relaciones diplomáticas entre los dos países están rotas desde 1978, cuando fracasó el último intento de negociar un acceso de Bolivia al océano Pacífico.
El fallo de la CIJ será definitivo sin posibilidad de apelación.
Ahg/zm