Un jurado popular de Guaymallén, Mendoza, encontró culpable en la tarde del jueves a Karen Oviedo (32) -apodada como la “envenenadora de Guaymallén”- por el asesinato de su pareja Rolando Aquino (47) en febrero de 2022 y a su hijastro Elías Aquino (9) en julio de 2019. Según se desprende de la investigación, Oviedo les suministró a ambos una dosis letal de un anticongelante conocido como etilenglicol que, en su versión pura e ingerido y/o inyectado en bajas dosis, es letal.
Según reconstruyó Los Andes, tanto la fiscalía de Homicidios como la querella oficial habían solicitado durante la jornada que la mujer fuese considerada culpable por el delito de homicidio agravado y homicidio simple. Por el contrario, el abogado defensor Oscar Torres pidió a los 12 integrantes del jurado que la consideren inocente ya que “no había pruebas solidas que demuestren su culpabilidad”. Insistió además en que “la acusada es la verdadera víctima”.
Finalizados los últimos alegados de ambas partes, el tribunal optó por dictaminar la máxima condena: prisión perpetua. El encargado de comunicar la sentencia a Oviedo fue el juez técnico del debate, Diego Lusverti, quien acotó -según el diario local-: “Era la única pena posible de acuerdo con los delitos que le endilgaban”. Se la hizo responsable de haber cometido entonces “homicidio agravado por el vínculo” y “homicidio simple”.
Karen Oviedo junto a su pareja, Rolando Aquino (Karen Leylen Oviedo Facebook/)
Un breve repaso por el caso de la “envenenadora de Guaymallén”
El hecho comenzó a ser investigado el 7 de febrero de 2021 cuando Aquino padre, pareja de la imputada, ingresó a la Clínica Santa María por una intoxicación severa y, tras permanecer internado unos días, murió el 9 de ese mes. En ese contexto, se le tomó declaración a Oviedo, quien generó dudas en los investigadores.
En consecuencia, procedieron a ordenarse una serie de pericias. En su declaración, la mujer aseguró, en aquel momento, que Aquino estaba tomando un medicamento por un problema en la piel, pero cuando los pesquisas le pidieron que entregue el fármaco, reveló que “una empleada lo había tirado”.
De las pericias y declaraciones realizadas, la fiscal de Homicidios, Claudia Ríos, dispuso la detención de Oviedo, ya que, se comprobó que le suministró etilenglicol a su pareja a través de un vaso mezclado con jugo de naranja haciéndolo pasar por el remedio para el tratamiento de la piel.
Días después, los investigadores dieron además con la pista principal del delito: encontraron una búsqueda en el celular de la mujer que indagaba sobre “cómo matar con veneno”. De esta manera, fue posible vincularla directamente con el segundo de los homicidios.
En los meses posteriores, se procedieron a llevar a cabo averiguaciones además sobre la muerte de Elías, el hijastro de Rolando que había fallecido dos años antes por una presunta “trombosis cerebral”. Tras un nuevo peritaje del teléfono de la acusada y la revisión del historial clínico del pequeño, se toparon con que el cuadro de su muerte era compatible con la intoxicación por metanol o etilenglicol al igual que el de su padre.