Cómo tener el césped impecable

El césped, esta superficie densa de plantas, se caracteriza por su alto impacto estético. Es el marco de nuestro jardín, por lo que un césped verde hará que el jardín luzca siempre bien. Para eso, es necesario tomar decisiones correctas y realizar un mantenimiento adecuado.

Lo primero es pensar en un buen suelo, y elegir correctamente, según el clima, las especies. Una vez que nuestras plantas estén instaladas en su lugar definitivo, habrá que proporcionarles determinados cuidados, fundamentales para su buen desarrollo y para lograr el objetivo deseado: tener nuestro espacio verde en buenas condiciones, para disfrutarlo. Es decir, planificar el sistema de riego, mantenerlo libre de malezas, sano y fuerte (mediante fertilización y prevención de plagas) y evitar los problemas más frecuentes.

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Vayamos por partes.

Las especiesLa implantaciónEl riegoEl corteEl mantenimiento Los problemas más comunes

1. LAS ESPECIES DE CÉSPED

Las distintas especies de césped comparten dos condiciones: la perennidad y la persistencia bajo un régimen continuo de cortes bajos.

Pueden dividirse en dos grupos: las de estación fría y las de estación cálida, que encuentran su hábitat en las regiones sur y norte de nuestro país, respectivamente. En el medio, que corresponde a la latitud de la provincia de Buenos Aires, se encuentra la denominada “zona de transición”, donde ninguna de estas especies encuentran condiciones climáticas ideales y deben enfrentar una estación adversa en la cual entran parcial o totalmente en latencia.

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La latencia o dormición es el proceso por el cual las plantas detienen su crecimiento, se ponen amarillentas y acumulan reservas en sus raíces para sobrevivir a una temporada de temperaturas desfavorables.

En el invierno, con la llegada de las primeras heladas, es común que las canchas de golf y los jardines que no fueron resembrados con semillas de invierno se vean descoloridos, con un tono amarronado. En estos casos, el césped de verano está en dormición debido a las bajas temperaturas y rebrotará al llegar la primavera.

Los jardines resembrados con especies de invierno se verán verdes y radiantes cubriendo al césped de verano en latencia.

Especies para regiones templadas y cálidas

Estas son las especies de césped para regiones templadas y cálidas. De arriba abajo y de izquierda a derecha: grama bahiana, kikuyo, gramillón y bermuda.

. BERMUDA

En condiciones de pleno sol, el pasto bermuda (Cynodon dactylon) es la elección ideal como base permanente de un parque o campo deportivo. La bermuda forma una densa red con sus guías o “estolones”, que avanzan lateralmente cubriendo todo el terreno.

La bermuda está naturalmente presente en la mayoría de nuestros suelos, y en la agricultura se la considera una agresiva maleza denominada “gramón”, muy difícil de erradicar.

En nuestros jardines, es la especie más popular y, si se le brindan ciertos cuidados, puede formar un césped de gran calidad. Entre las bermudas, hay comunes, mejoradas e híbridas. La común y las mejoradas o seleccionadas producen semillas que se utilizan para multiplicarlas.

Las mejoradas son superiores por selección genética. Son más densas, tienen hojas más finas, de color verde oscuro, y toleran más el frío.

Las bermudas híbridas resultan del cruzamiento del Cynodon dactylon y el Cynodon transvaalensis, y no producen semillas. Se multiplican a partir de partes vivas de las plantas mediante guías o estolones y panes.

Son las de mayor calidad por su gran densidad, textura fina, intenso color y tolerancia al frío.

. KIKUYO

Es originaria de África y muy popular en Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, en particular en canchas de rugby. No tiene ventajas sobre la bermuda, en condiciones normales, y es considerado estéticamente de menor calidad por sus hojas y estolones más gruesos, de color verde claro. Se puede propagar por semillas y panes.

En condiciones de sombra, la bermuda no prospera y la grama bahiana (Axonopus compressus) es la elección adecuada. La grama es un césped de hojas gruesas, denso y, aunque se lo considera de mediana calidad por estas características, resuelve una situación muy frecuente: los jardines rodeados de árboles y las entradas de residencias.

Otra especie de muy buen comportamiento a la sombra es el gramillón o pasto de San Agustín (Stenotaphrum secundatum), que, como el anterior, se implanta a través de panes o damero.

Especie para regiones frías

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. RYE GRASS

La especie de invierno por excelencia es el rye grass, que puede ser perenne (Lolium perenne) o anual (Lolium multiflorum). Ambos son muy populares para la resiembra otoñal que realizamos sobre la bermuda y el kikuyo.

El rye grass anual no califica estrictamente como césped, ya que no es perenne, pero es el más utilizado en la resiembra por su bajo costo y rápida germinación. Tiene un color verde claro intenso y una moderada tolerancia al pisoteo. En la Argentina, el rye grass anual es forrajero, y en el mundo hay algunas variedades específicas para césped.

El rye grass perenne es la especie utilizada en campos deportivos y parquizaciones de mayor calidad. Hay una gran cantidad de variedades o cultivares con genética real de césped, que se denominan turf-type.

Los rye grasses turf-type fueron seleccionados para expresar las características más deseables en una cobertura de césped: gran densidad de plantas, hojas finas, porte enano, crecimiento lento, color verde oscuro, tolerancia al pisoteo y a las plagas.

Ambos rye grasses se utilizan mucho para la resiembra otoñal y desaparecen cuando llegan las altas temperaturas del verano.

Esto significa que los dos son una cobertura temporal y tienen un comportamiento anual: se resiembran todos los años. Sin embargo, si nos desplazamos hacia el sur del país, donde las temperaturas son más frías y la bermuda desaparece, el ryegrass perenne se comporta como tal y persiste de un año al otro.

Cuando el suelo o el agua de riego presentan cierta salinidad que el ryegrass no tolera, la festuca alta (Festuca arundinacea) es la mejor opción. Además de su tolerancia a condiciones de pH y salinidad adversas, también tiene un mejor comportamiento a la sombra. La contrapartida es un césped de hojas algo más gruesas y cierta tendencia a formar matas si no se siembra a alta densidad.

Otra alternativa menos difundida son las mezclas de festucas finas (Festuca rubra rubra, Festuca rubra conmutata y Festuca ovina), que tienen un aspecto más rústico y, a la vez, una gran belleza y tolerancia a las condiciones climáticas más inclementes.

Estas especies también se comportarán como perennes, por lo cual, una vez implantadas, no necesitarán de resiembras anuales. En el sur es común sembrar trébol blanco junto con otras especies.

El trébol blanco no es una gramínea y, por lo tanto, no es un césped sino un cubresuelos, al igual que la dichondra. Esta combinación depende del gusto del propietario, pero un paisajista consumado preferirá un césped puro a partir de las especies mencionadas

2. LA IMPLANTACIÓN

Una buena nivelación es el primer paso para una exitosa implantación de césped. Si tenemos la oportunidad, también es el momento para instalar un sistema de riego por aspersión.

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El suelo

Siempre se ha considerado que la tierra negra fértil es la opción excluyente para lograr una capa adecuada donde implantar el césped. Esto es un mito.

La tierra no brinda el mejor drenaje y tiene gran cantidad de semillas de malezas que germinarán y contaminarán el césped. Sin embargo, la arena tiene una gran inflitración y brinda a las plantas un excelente soporte gracias a sus grandes poros.

De hecho, las canchas de golf y los campos de deportes modernos son grandes macetas de arena. Una mezcla de arena y tierra será la mejor opción para combinar drenaje y fertilidad. Si la tierra del lugar es buena, puede agregarse una capa de arena de 5 cm y mezclarla con azada y rastrillo.

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Si nos encontramos con tierra muy arcillosa, del tipo greda, deberemos agregar tierra negra y mezclarla con arena en partes iguales.

La arena gruesa es la que ofrece los mejores resultados. Pasar un rodillo luego de terminar el trabajo mejora la calidad de la nivelación.

El agua

La calidad del agua de riego muchas veces determinará la calidad del suelo que tendremos. Si es agua de buena calidad, el suelo mantendrá sus propiedades originales una vez que empecemos a regar.

Sin embargo, si el agua es salina o tiene un pH alto –algo común en el área de Buenos Aires–, el suelo irá salinizándose y elevando su pH, con el consecuente deterioro de las condiciones para el césped.

El pH es la medida de la acidez o alcalinidad, en este caso, del agua o del suelo. Como la escala oscila entre 0 y 14, 7 es un pH neutro, ideal. Las especies de césped prefieren un pH ligeramente ácido, entre 6,5 y 7. Cuando el pH se eleva, por ejemplo, a 8, algunos nutrientes se bloquean en el suelo y las plantas no pueden tomarlos. Es importante conocer el pH de nuestra agua porque puede ser la razón de los problemas de crecimiento del césped y de algunas plantas de nuestro jardín.

La siembra

La implantación de la base del parque se hará con el césped de verano que elijamos, ya sea bermuda, kikuyo, grama bahiana o gramillón. Esa será la base permanente en el futuro.

En el caso de la bermuda, puede hacerse a partir de semillas, estolones o panes (ya sea en forma de damero o como cobertura total). La época de siembra o plantación es de octubre a febrero, mientras que el empanado puede hacerse todo el año.

La siembra de la bermuda es el método más económico pero más laborioso y largo.

Se recomiendan 1,5 kg de bermuda con cáscara, 1 kg de bermuda pelada o 1 kg de kikuyo cada 100 m 2. Lograr una cobertura total del suelo llevará unos tres meses si le brindamos ciertos cuidados, como fertilización, riego y eliminación de malezas. En superficies extensas, el ahorro puede justificar esta elección pero, por lo general, el empanado es la solución instantánea para calmar nuestra ansiedad y disfrutar del jardín en horas.

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Convendrá distribuir mitad de las semillas en un sentido y mitad en sentido cruzado, y pasar luego una rastra tipo alfombra por detrás para que la semilla se incorpore al suelo o al césped preexistente. En la resiembra de ryegrass, ya sea anual o perenne, se recomienda usar 6 kg cada 100 m 2 para obtener un buen resultado (en los campos deportivos se usan 8-10 kg). Hay quienes prefieren “ver las estaciones” en su jardín y les agrada tener el césped de verano amarillo durante el invierno.

En ese caso, es una excelente oportunidad para desmalezarlo y purificarlo. El ryegrass perenne, pese a lo que indica su nombre, desaparece en verano y debe ser resembrado todos los años en la latitud de Buenos Aires y hacia el norte. La plantación por estolones, rizomas o gajos (row-planting) la realizan empresas especializadas.

En general, la densidad es de 1:10, es decir, de la cosecha de 1 m 2 se cubren 10 m 2. Si se solicita doble densidad, es decir, 1:5, los resultados serán más rápidos. El empanado por damero o plugs (cubre el 25-50 % de la superficie) debe hacerse sobre la superficie nivelada y conviene aplicar por debajo de los panes fosfato diamónico a razón de 1 kg por cada 100 m 2 para estimular el crecimiento de las raíces. Los panes miden 40 x 60 cm, por lo cual 1 m 2 se compone de 4 panes. Cuando se hacen dameros, pueden usarse panes enteros o fracciones.

El espaciamiento entre los panes colocados determinará el tiempo que transcurrirá hasta que el césped cubra los espacios vacíos. Este procedimiento no es recomendado aunque es común porque la nivelación del jardín quedará muy comprometida. El damero es una forma de gastar menos en panes, pero puede dejar la superficie desnivelada. Los plugs son partes vegetativas de césped plantadas a intervalos regulares a diferencia del row-planting, que se hace en líneas. Aquellos son prácticos y económicos en superficies reducidas, mientras que el row-planting se utiliza en grandes áreas abiertas.

3. EL RIEGO

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En jardines de dimensiones reducidas, un sencillo sistema de mangueras con acoples rápidos y aspersores rotativos de impacto pueden hacer maravillas. Sin embargo, cuando la superficie aumenta, un buen sistema de riego automático es fundamental.

Se requiere una bomba sumergible que puede compartirse con la pileta. Como la bomba no suele tener caudal suficiente para regar todo el jardín a la vez y hay diferentes necesidades de agua por sectores, los sistemas se dividen en zonas. Una pequeña computadora o controlador permite asignar días y tiempo de riego a cada circuito.

Para el riego del césped se utilizan aspersores a turbina (rotores), que giran lanzando un chorro en un radio de entre 10 y 15 metros. En espacios más reducidos, se instalan toberas tipo spray, cuyo radio es de 3 a 5 metros. Ambos pueden graduarse para regar con el ángulo de cobertura deseado.

No deben mezclarse rotores y toberas en una misma zona de riego, y tampoco aspersores con diferentes ángulos de riego (un aspersor a 90 grados arroja 4 veces más agua que uno que gira a 360 grados). En canteros y huertas, lo mejor es utilizar riego por goteo, ya que las plantas suelen requerir menos cantidad de agua.

Cuando los canteros son grandes y frondosos, se utilizan toberas para lograr la cobertura necesaria. Las toberas llevan boquillas que permiten arrojar el agua con diferentes patrones (circular, rectangular, moño, etc.) para adaptarse exactamente a la forma del área.

Un poco de historia: la necesidad de regar los cultivos llevando el agua a través de conductos existe desde hace miles de años. Los primeros materiales naturales que se emplearon con este fin fueron cañas de diferentes calibres, que, si bien tenían una estructura de tubo, no eran flexibles, lo cual limitaba y complicaba su instalación y manejo. Ideal para tenerla siempre a mano, es práctica y liviana. 21 23.

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4. EL CORTE

Idealmente, el corte debe hacerse de dos a tres veces por semana, pero es probable que nuestro abono de jardinería contemple solo uno. La altura de corte recomendada en jardines es de 40 mm y en campos deportivos, de 25 mm.

Las máquinas más populares son de corte rotativo y deben tener suficiente potencia (más de 4 HP) y sus cuchillas bien afiladas. De lo contrario, la hoja queda desgarrada en vez de recibir un corte neto y el césped toma un color blanquecino.

Las máquinas eléctricas implican cierto riesgo por la humedad del césped y, en general, no tienen la potencia suficiente para realizar un buen corte. Su utilidad está circunscripta a jardines pequeños.

El corte helicoidal se realiza con máquinas más complejas, propias de campos deportivos y canchas de golf. La regla de oro del corte es que nunca se debe remover más de un tercio de la hoja. Como la porción de hoja cortada una vez a la semana será larga, debe recogerse. Hay máquinas modernas con plataformas de reciclado que trituran y muelen el césped al cortarlo, y permiten dejarlo en superficie.

El césped cortado volverá a incorporarse al suelo en forma de materia orgánica. De otra manera, siempre debe recogerse.

Las franjas en el césped son un efecto óptico de las plantas acostadas en sentidos opuestos en máquinas que tienen un rodillo trasero que las plancha.

4. EL MANTENIMIENTO SALUDABLE

FERTILIZACIÓN

Tal vez es la labor más subestimada y, a la vez, más importante del mantenimiento del césped. La correcta y generosa nutrición redunda en una cobertura densa, saludable y del color que todos deseamos. La fertilización debe hacerse cuatro veces al año, al inicio de cada estación.

Entre los fertilizantes agrícolas solubles, se recomienda el fosfato diamónico en otoño, en el momento de la resiembra; el nitrato de potasio en invierno si se re – sembró, y la urea en el semestre cálido. La dosis es de 750 g cada 100 m 2. En locales especializados, pueden encontrarse fertilizantes de liberación lenta, que tienen un efecto prolongado y mejores resultados. Por su menor riesgo de quemado, se usan 1,5 kg cada 100 m 2 . Hay que evitar el triple 15, que contiene cloro en su formulación.

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Un consejo: al igual que las semillas, la fertilización debe hacerse en dos pasadas cruzadas, a 90 grados, para distribuir mejor el producto.

1. Podemos pulverizar superficies grandes con mochilas a las que se adosan barras de 4 picos para realizarlo en forma más rápida.

2. Para pulverizaciones muy puntuales, bastará con una mochila simple, siempre cuidando de lavarla varias veces luego de usarla o de separar una mochila especialmente para el uso de herbicidas.

MALEZAS

Una cobertura de césped densa tendrá menos contaminación de malezas, entre las que se encuentran principalmente las de hoja ancha (lechugitas), el pasto miel y la Poa annua. En el caso del césped bermuda, es habitual controlar malezas de hoja ancha con 2,4-D y dicamba todo el año, el pasto miel con MSMA y el kikuyo con quinclorac en primavera-verano. La maleza más frecuente y difícil de erradicar es la Poa annua, o pastito de invierno, que forma pompones verde claro.

PLAGAS Y ENFERMEDADES

Las plagas más comunes son el grillo topo y las hormigas, que se combaten con fipronil. Las lombrices tienen un efecto benéfico cuando la población es baja, pero cuando se embarra la superficie, deben controlarse con carbaryl. El grillo topo forma una montañita de tierra suelta y debajo se puede encontrar un túnel donde entra el dedo meñique, mientras que las lombrices dejan un barrito de menor volumen sin un túnel visible. Entre las enfermedades más comunes, el Pythium (enfermedad de los almácigos), que ataca el ryegrass recién brotado, se controla con Fosetil Al o propamocarb. Las enfermedades de raíces y base del césped, como la mancha marrón (Rhizoctonia), se pueden controlar con azoxistrobin o triadimefon.

5- LOS PROBLEMAS MÁS COMUNES

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DESGASTE EXCESIVO

Cuando los jardines son de tamaño reducido, y si hay caminos habituales, niños y mascotas, la cobertura de césped se va perdiendo y el suelo se va compactando. Es importante no llegar a esa instancia, en la que se requiere airear o carpir la superficie para luego implantar césped otra vez. La mejor solución es la fertilización frecuente para mantener el césped vigoroso en esas zonas problemáticas.

DRENAJE

Cuando el jardín se encharca fácilmente con lluvias de poca intensidad, es momento de evaluar una aireación y arenado para mejorar el drenaje. Si el problema es recurrente, deben medirse las pendientes para asegurar una escorrentía superficial hacia los costados o hacer zanjas de drenaje en espina de pescado con caños bajo tierra que evacuen el agua.

ZONAS SOMBREADAS RALAS

Esto suele obedecer a la ausencia de una especie que tolere la sombra. El problema es combinar dos especies de aspecto diferente en un mismo jardín, por lo que resulta conveniente ralear primero las ramas para que el sol penetre y, eventualmente, utilizar cubresuelos o chips en estas zonas.

MAL ASPECTO LUEGO DE LOS CORTES

Es muy común ver el césped blanquecino o con defectos en forma de franjas luego de un corte. Esto suele ocurrir como consecuencia de un corte de baja calidad con cuchillas poco afiladas o que no están niveladas y cortan en un extremo a una altura diferente del otro. Es muy importante controlar la calidad del equipo de corte.

Ahora sí, es momento de tener el césped que siempre soñamos. ¡A disfrutarlo!

 

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