Una vez que pasan las primeras lluvias de la primavera, los campos y praderas se llenan de multitud de colores gracias a la aparición de miles de flores silvestres. Esta será una oportunidad fantástica para sacar partido a la gran variedad de especies que tapizan el campo. Sin embargo, no solo se pueden ver flores en primavera. Dependiendo de la especie, la floración puede ser en otras épocas del año.
Antes de empezar a realizar fotos de flores es importante saber qué se quiere fotografiar y saber cuál es la mejor localización para conseguir la foto perfecta. Ya sea en praderas soleadas o en riberas sombrías, será posible encontrar flores. Todo dependerá de la especie de flor que se quiere fotografiar.
Luz, viento y color
El viento es uno de los grandes enemigos de este tipo de fotografía en exteriores, por lo que será conveniente analizar la cantidad de viento que hay y así poder programar o cambiar el horario de la sesión. Las mejores horas para este tipo de fotografías suelen ser a primera hora de la mañana, con las primeras luces y la última hora de la tarde, antes del atardecer, cuando la calidad lumínica todavía es buena.
La luz ideal para la fotografía de flora es una luz difusa de un día nublado. La meta es conseguir una luz uniforme con buena calidad de luz en la imagen. Si no hay mucho viento, será posible fotografiar con luz natural con el apoyo de un reflector. El reflector puede ser de pequeño tamaño, unos 40-50 cm de diámetro. Se colocará normalmente en la dirección opuesta a la dirección de la luz, para poder reflejarla en las zonas más oscuras de la imagen.
Equipo para fotografiar flores
El equipo recomendado para esta disciplina es una cámara, a poder ser de formato completo, y una lente macro, pues gracias a esta lente será posible acercarse al máximo al nuestro sujeto y conseguir un foco óptimo a distancias muy cortas con muy buena calidad.
La iluminación artificial también será necesaria en la mayoría de los casos, ya que incluso en días nublados con luz difusa, las flores empezaran a tambalearse con el viento. Esta falta de luz unido al viento puede obligar a usar un tiempo de apertura del diafragma mayor, menos de 1/125, por lo que es posible que la imagen no salga completamente nítida. Por ello, será necesario, como norma general, utilizar un flash con el reflector colocado en el cabezal para mitigar sombras molestas y conseguir una velocidad de obturación lo suficientemente elevada como para congelar la flor elegida y así asegurar la toma.
Utilizando un solo flash, recurriremos a un reflector para compensar la luz, aunque lo más efectivo, es una segunda unidad o incluso una tercera para provocar una luz de contra y siluetear el sujeto.
Trípode obligatorio
El uso del trípode será prácticamente obligatorio, incluso usando luz artificial, pues de este modo se podrá asegurar el encuadre además de mejorar la comodidad del fotógrafo y la posibilidad de realizar pruebas con garantías. Lo ideal es un trípode estable en el que se puedan bajar las patas al máximo y desplegarlas más de lo normal. También será de gran ayuda si el trípode elegido se puede invertir la columna central para que la cámara esté a ras de suelo.
Gracias a esta versatilidad se podrá fotografiar de distintas maneras el mismo sujeto, aportando un punto de creatividad.
Es interesante no obsesionarse con conseguir solamente imágenes de plantas nítidas y bien iluminadas. Será interesante buscar más allá y trabajar desenfoques creativos y contraluces que se salgan de lo habitual. Trabajar al límite de la velocidad, casi al borde de la trepidación y ser pacientes con el viento será muy interesante.
Trucos para fotografiar flores
Fotografiar cuando hay poco viento.Utilizar reflectores para rebotar la luz natural.Los días nublados serán idóneos.Llevar siempre un trípode estable y que se pueda abrir a la altura del sujeto.