El Barça hizo el pasado verano siete fichajes: Raphinha, Lewandowski, Kessie, Marcos Alonso, Kounde, Bellerín y Christensen. También llegó Pablo Torre, aunque con ficha del Barça Atlètic. De todos ellos, obviamente, sobresale el rendimiento de Lewy, aunque también la aportación imprescindible de Raphinha o Kounde.
Con la excepción de Héctor Bellerín, cuerpo técnico y dirección deportiva están contentos del trabajo realizado, aunque, de forma especial, se sienten muy satisfechos de la incorporación de Christensen, al que ven como el fichaje perfecto. El central danés llegó libre procedente del Chelsea y, más allá de su rendimiento, ha encajado como un guante en el sistema del técnico y, además, se ha integrado a la perfección en el vestuario, donde se ha ganado el respeto de sus compañeros gracias a su trabajo constante y profesionalidad sin fisuras.
Mantiene una gran relación con futbolistas como Ter Stegen o Frenkie de Jong que va más allá del día a día en la Ciutat Esportiva, pero los elogios a su integración a todos los niveles le llegan desde todos los rincones del vestuario. Christensen se los ha ganado a todos.
