BEIJING (AP) — China informó el sábado que casi 60.000 personas murieron de COVID-19 desde principios de diciembre, la cifra concreta de un brote sin precedentes que fue palpable debido a la saturación de hospitales y crematorios, aun cuando el gobierno dio poca información durante semanas sobre el estado de la pandemia.
El total quizá es todavía muy inferior a la cifra real, aunque el gobierno señaló que al parecer ya había pasado el “pico de emergencia” del brote más reciente.
La cifra incluyó 5.503 muertes por insuficiencia respiratoria causada por el coronavirus y otras 54.435 provocadas por otras dolencias combinadas con el COVID-19 desde el 8 de diciembre, anunció la Comisión Nacional de Salud. Señaló que esas “muertes relacionadas al COVID” ocurrieron en hospitales, lo que implicó que quienes fallecieron en casa no fueron incluidos en los registros.
El informe más que duplicó la cifra oficial de decesos por COVID-19 en China, elevándola a 10.775 desde que la enfermedad fue detectada por primera vez a finales de 2019 en la ciudad de Wuhan, en el centro de China.
China ha contado solamente las muertes por neumonía o falla respiratoria en su cuenta oficial de decesos por COVID-19, una clasificación estrecha que excluye muchos fallecimientos que se atribuirían a la enfermedad en gran parte del mundo.
El gobierno chino dejó de ofrecer datos sobre contagios y muertes por el coronavirus después de levantar abruptamente sus estrictos controles pandémicos a principios de diciembre a pesar del repunte de las infecciones que comenzó en octubre y que llenó los hospitales de pacientes con fiebre y problemas para respirar.
Los hospitales en Beijing y el resto del país se han visto rebasados por el número de pacientes y las casas funerarias y los crematorios han tenido dificultades para dar salida al alto número de muertos.
La Organización Mundial de la Salud y otros gobiernos pidieron más información a Beijing luego de los reportes de las autoridades municipales y provinciales sugiriesen que cientos de millones de personas podrían haber contraído el virus.
El número de infecciones al parecer va a la baja a la vista del descenso en el número de pacientes que acuden a las clínicas de fiebre, dijo Jiao Yahui, funcionario de la Comisión Nacional de Salud.
La cifra de visitas diarias a este tipo de centros alcanzó su máximo de 2,9 millones personas el 23 de diciembre, y el jueves había bajado 83% a 477.000, agregó Jiao.
“Estos datos muestran que el pico de emergencia nacional ha pasado”, afirmó Jiao en una conferencia de prensa.
Si es verdad que China ya superó su pico de infecciones es difícil de evaluar, dijo el médico Dale Bratzler, director para el COVID en la Universidad de Oklahoma y jefe de control de calidad en el hospital de la universidad.
Estados Unidos, Corea del Sur y otros países exigen de nuevo ahora que los viajeros procedentes de China presenten una prueba negativa al coronavirus, entre otros controles. Beijing respondió a la medida el miércoles suspendiendo la emisión de nuevas visas a viajeros procedentes de Corea del Sur y Japón.
En el punto álgido de la pandemia, China mantuvo la tasa de contagios y de mortalidad por debajo de la de Estados Unidos y otras naciones gracias a su estricto protocolo de “cero COVID”, que pretendía aislar cada positivo. Esto cerró los accesos a muchas ciudades, confinó a millones de personas en sus casas y provocó protestas.
La media de edad de los fallecidos desde el 8 de diciembre fue de 80,3 años y el 90,1% tenían 65 años o más, según la Comisión de Salud. Además, más del 90% de los muertos padecían cáncer, enfermedades cardíacas o pulmonares o problemas de riñón, añadió.