La guardameta Ann-Katrin Berger, con su actuación en la tanda de penaltis, acabó con el vigente campeón, el Olympique Lyon, y citó al Chelsea con el Barcelona en las semifinales de la Liga de Campeones femenina tras un encuentro que terminó 1-2 con un tanto desde los once metros en el minuto 126 de Maren Mjalde tras la intervención del VAR.
El Chelsea consiguió un milagro que parecía imposible. Estaba en la lona en el minuto 121 después de un choque que se fue a la prórroga y en la que Sara Debritz adelantó al cuadro francés. Todo parecía perdido para el cuadro londinense y en la última jugada sacó petróleo para después erigir como heroína a su portera. Berger, con dos paradas a Wendie Renard y a Lindsey Horan, hizo historia en el club de Stamford Bridge.
Y es que el vigente campeón vivió en el alambre durante toda la eliminatoria. Solo estuvo clasificado durante diez minutos de los 210 totales. La caída por 0-1 en la ida fue un obstáculo importante para las chicas dirigidas por Sonia Bompastor, que necesitaban derribar a uno de los clubes emergentes de Europa. El Chelsea progresa adecuadamente y no quería salirse del camino hacia su segunda final. Su verdugo en 2021, el Barcelona, esperaba al otro lado y había ganas de venganza.
Al Olympique Lyon no le intimidó Stamford Bridge y salió a por todas desde el pitido inicial. Como un torbellino, encerró al Chelsea en su portería durante los diez primeros minutos en los que no empató la eliminatoria de milagro. La falta de puntería penalizó al cuadro francés, que mandó al limbo dos ocasiones clarísimas de Delphine Cascarino y de Signe Bruun. La primera, se encontró con el cuerpo de la guardameta Ann-Katrin Berger; la segunda, sola en el punto de penalti, mandó la pelota al segundo anfiteatro de Stamford Bridge.
Ambas desperdiciaron dos oportunidades que podrían haber sido claves en la eliminatoria. No lo hicieron y el Chelsea, poco a poco, se desperezó y consiguió sacudirse el dominio inicial del equipo de Bompastor. Y, como en la ida, Samantha Keer, que pudo sentenciar en Lyon, volvió a fallar otra ocasión clamorosa. En un mano a mano frente a Christiane Endler, eligió la cara de la guardameta chilena como el destino de su intento de abrir el marcador.
El protagonismo de Endler tuvo continuidad poco después, cuando a los 23 minutos sacó una mano prodigiosa a Lauren James, que se sacó de la chistera un tremendo disparo desde el vértice del área que también se quedó sin el premio del gol. Ese fue el último acercamiento del Chelsea en la primera parte, que aún tuvo que vivir un último susto en su área cuando Bruun, con un derechazo, obligó de nuevo a intervenir a Berger.
Sin goles al descanso, la batalla por las semifinales siguió sin pausa en una segunda parte muy accidentada con parones constantes. La imagen de Melanie Leupolz con la nariz ensangrentada por un golpe, simbolizó el estado de un choque que llegó a los últimos veinte minutos sin noticias en ninguna de las dos áreas.
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En ellos, el Olympique Lyon, en un arranque de orgullo, consiguió empatar gracias a la central Vanessa Gilles, que pasaba por el área cuando Lindsey Horan lanzó un centro desesperado desde la banda derecha que parecía no ir a ningún sitio. Sin embargo, Gilles tocó la pelota con acierto y, con ayuda de Berger, muy blandita, empató la eliminatoria.
El miedo al error no decidió nada en la primera parte de la prórroga y en una jugada aislada, Dabritz, al inicio de la segunda prolongación y tras una asistencia de Ada Hergerber, pareció acabar con la incertidumbre. Sin embargo, aún quedaba una última sorpresa. En el minuto 126, tras la revisión del VAR por un derribo sobre Lauren James, la árbitro Ivana Martincic decretó un penalti que transformó Maren Mjalde. Después, apareció Berger y todo se acabó. El Chelsea estará en semifinales. El Barcelona, espera.
