Los preparativos de movilidad y seguridad para los partidos del Barça en Montjuïc ya están en marcha. Ayuntamiento de Barcelona y FC Barcelona se reunieron hace una semana en la primera de una serie de reuniones operativas, coordinadas por la Guardia Urbana, para concretar el dispositivo que facilitará la asistencia a la afición blaugrana al estadio Lluís Companys mientras dure la reforma del Camp Nou. Como ha avanzado El Periódico, del grupo Prensa Ibérica, solo un millar de vehículos privados podrán llegar a pie de estadio. Otro elemento clave son las lanzaderas, que empiezan a tomar forma.
El consistorio ha calculado qué disponibilidad de vehículos tiene para ofrecer este traslado exprés. Tiene ya experiencia, porque desde hace años los asistentes a conciertos de masas en el Palau Sant Jordi disponen de buses directos desde plaza España, a fin de reducir vehículos propios y no saturar tanto las escaleras mecánicas para peatones. Según recientes cálculos municipales, la ciudad contará con 17 autobuses de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) para ejercer de lanzaderas los días de partido.
“Tendremos 17 vehículos, que se distribuirán de la forma más óptima”, adelanta Manuel Valdés, gerente de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona. Aunque inicialmente consistorio y club estudiaron tres rutas, ahora apuestan por habilitar solo dos: una saldría desde el recinto ferial de Maria Cristina (de Rius i Taulet, en concreto) y subiría por las avenidas de Francesc Ferrer i Guàrdia y de l’Estadi; mientras que la otra saldría del parking de la Fira de l’Hospitalet de Llobregat y ascendería por la calle Foc.
La tercera que se estudió habría conectado el estadio con el World Trade Center y el Moll de la Fusta a través de la carretera de Miramar, que tiene una curva muy cerrada y un túnel con un solo carril por sentido. “Hemos determinado entre todos que no era lo ideal”, explica Valdés.
¿Suficiente flota?
Las reuniones operativas toman como base el plan de movilidad que el consistorio encargó a la consultora Doymo. Este documento, al que ha tenido acceso este diario, ofrece un predimensionamiento del servicio de lanzadoras: con dos puntos de salida y una ocupación media de 120 pasajeros por expedición, serían necesarios 41 viajes desde cada recinto ferial. “Es un número inicial, veremos cómo se concreta”, advierte Valdés.
Los dos puntos de inicio están llamados a ejercer de ‘park and ride’. El plan de Doymo recuenta unas 1.900 plazas de parking alrededor de la Fira de Maria Cristina y 1.000 más en el Paral·lel. En la Fira de l’Hospitalet habría espacio para 4.500 vehículos privados, ampliable con las 3.000 plazas del centro comercial Gran Vía 2, situado a un kilómetro. Aunque solo hubiera un ocupante por coche, serían más de 10.000 almas a trasladar y 86 trayectos.
Los 17 vehículos disponibles se antojan justos, a no ser que parte de la afición se desplazara con mucha antelación. Unos sencillos cálculos lo ilustran. El trayecto por la calle Foc dura casi 10 minutos (20 ir y volver), la mitad desde Maria Cristina (10 ir y volver). Así, con ocho vehículos por punto de partida y la ocupación media que prevé Doymo, harían falta más de 5 viajes por bus. En Foc esta ratio supone dos horas de operativo subida y dos de bajada, mientras que en Maria Cristina sería suficiente una hora por cada uno. Todo un reto para las costumbres del socio blaugrana, que además en la cima de Montjuïc no dispondrá de la restauración y comercio que amenizan las esperas alrededor del Camp Nou.
