Ayuso prepara un viaje con “alto contenido político” a Israel

La proyección internacional de Isabel Díaz Ayuso continuará este próximo fin de semana con un viaje a Israel, donde hace menos de dos meses se conformó un Gobierno de coalición con partidos de la ultraderecha y ultraortodoxos. La visita de la presidenta de la Comunidad de Madrid (el próximo domingo y lunes) se va a producir a escasos meses de las elecciones autonómicas. Desde la Puerta del Sol explican que la intención de atraer inversiones a la región, el mismo objetivo de los distintos viajes que ha realizado a lo largo de la legislatura.

La agenda exterior de la presidenta madrileña contrasta con la de sus homólogos regionales, que no han concentrado tantos viajes al extranjero en tan poco tiempo como Ayuso (ha estado recientemente en Estados Unidos, Francia, Italia y Bélgica). Esa proyección presidencial que estos viajes le conceden, aunque no se reúna con los más altos representantes de los países que visita, se ve como una ventaja frente a sus contrincantes políticos en la Comunidad.

Según el Gobierno regional, en Israel será “recibida” para una “reunión institucional” por el presidente Isaac Herzog – el jefe del Estado israelí, si bien su cargo es más protocolario que ejecutivo, pues el máximo actor político es el primer ministro Benjamin Netanyahu. La embajada de Israel en España confirma que se verá con el presidente, y que Ayuso participará en un gran evento de start-ups tecnológicas para obtener financiación, el Ourcrowd. De momento no se han dado detalles de los “otros políticos” a los que, según la Puerta del Sol, va a ver la española. En el Gobierno formado por Netanyahu el pasado 21 de diciembre hay ministros de los partidos extremistas judíos y ultraconservadores que piden la expansión de las colonias israelíes en el territorio palestino de Cisjordania.

En la Comunidad de Madrid insisten en que la agenda de Ayuso está aún abierta y no confirman su asistencia al evento tecnológico, pero sí que el viaje tiene por objeto, además de la parte política, potenciar las “relaciones empresariales y comerciales relacionadas con el sector de la tecnología, la digitalización y la seguridad” y que mantendrá reuniones con empresarios del país para “mostrar la gran capacidad de la Comunidad de Madrid para atraer inversiones y proyectos”.

Este viaje de Ayuso se produce precisamente apenas 15 días después de su visita a Lisboa, donde firmó un acuerdo de colaboración con el alcalde de la ciudad, y se suma a los ya realizados a los otros cuatro países mencionados en este último año, todos ellos, resumen desde la comunidad, para “promover inversiones en la región”. Si el efecto de estos acuerdos o campañas de promoción que protagoniza la presidenta no se traducen aún en cifras y proyectos concretos, remarcan en la Comunidad cuando se les pregunta por este asunto, es porque estas actuaciones tienen “resultados a largo plazo”. Lo que sí apuntan ahora para justificar la agenda exterior de Ayuso es que “la Comunidad de Madrid suma actualmente hasta el 7,5% del total de la inversión extranjera que llega a España“. Israel, de momento, no se encuentra entre los principales inversores de la región.

Este viaje se lleva organizando tiempo, según confirman en la Puerta del Sol, y coincide con que hace solo una semana la presidenta hizo su último guiño a la comunidad judía en la Comunidad de Madrid en un acto de homenaje a las víctimas del holocausto en la Asamblea de Madrid, un acto que se repite cada año y en el que es habitual que participe la Presidencia de la Comunidad.

Menos habitual es la proposición de ley que impulsó el PP en la misma cámara regional para instar al Congreso de los Diputados a prohibir que entidades que puedan ser sospechosas de antisemitismo reciban dinero público, sea en forma de subvención o de contrato con la Administración. La iniciativa fue duramente criticada por activistas judíos por parecer destinada a limitar la financiación de las ONG que ayudan a los palestinos de los Territorios Ocupados. Propone modificar la Ley General de Subvenciones, la Ley de Contratos del Sector Público y la Ley Orgánica reguladora del Derecho de Asociación para excluir de las licitaciones a aquellas empresas o ONG que sean consideradas antisemitas. La definición de antisemitismo incluida en el texto ha sido criticada por organizaciones de defensa de los derechos palestinos y por activistas judíos por vetar críticas legítimas al Estado de Israel.

El texto fue debatido por sus señorías del Congreso el pasado 4 de octubre. Allí recibió el apoyo del PSOE para que continuara su tramitación en comisión, a pesar de que en la Asamblea los socialistas se abstuvieron, igual que hizo Más Madrid, bajo el argumento de que resultaba demasiado restrictiva porque solo ponía el foco en el antisemitismo y no en la discriminación de otros colectivos por razón de sexo, raza, religión u opinión. El portavoz socialista. siguiendo esta línea, matizó durante el debate en el hemiciclo que su intención era ampliar el contenido de la propuesta y aseveró que “no se puede confundir antisemitismo con la crítica a un Gobierno”. Aunque la iniciativa superó el primer trámite y no fue rechazada, todo apunta a que seguirá dormida en la comisión, porque no parece que izquierda y derecha vayan a ponerse de acuerdo de forma inmediata en el contenido concreto que debería tener la proposición. 

 

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