El no de Isabel Díaz Ayuso a Ciudadanos va mucho más allá del veto a Begoña Villacís tras su coqueteo con el PP hace unas semanas. La presidenta del PP de Madrid ha dejado claro a todos los candidatos a las alcaldías de los 179 municipios de la región que no quiere a “a nadie de Ciudadanos” en la lista que les acompañe en las elecciones municipales del 28 de mayo salvo excepciones que estén muy justificadas. Este viernes los alcaldables tuvieron que presentar a la dirección del PP de Madrid un borrador de la gente que les acompañará en la papeleta.
El control de las listas no se limita solo a los posibles nombres que provengan de la formación naranja, sino que existe una profunda “preocupación” entre algunos dirigentes locales por la renovación que se exige en las mismas y la advertencia que ha hecho la dirección madrileña de que serán ellos quienes configuren la lista final.
La inquietud que se revela internamente apunta a que el equipo que dirige la formación regional quiere “controlar demasiado los municipios” y colocar a personas de su confianza por lo que pueda pasar en el futuro. El equipo al frente de las listas está formado por ‘pesos pesados’ del entorno de Ayuso: Alfonso Serrano, Ana Millán, José Antonio Sánchez y Carlos Díaz-Pache.
Veto a Ciudadanos con una excepción
Alberto Núñez Feijóo ha metido en la nevera los fichajes de Ciudadanos para las próximas elecciones generales tras la crisis provocada por Villacís en su propio partido al hablar de la posibilidad de que los naranjas formaran una corriente interna dentro del PP. Génova, eso sí, no ha dado carpetazo a que se puedan producir incorporaciones tras la cita de mayo. El veto, sin embargo, es total en el PP de Ayuso. Y consciente de la molestia que podía ocasionar para la presidenta madrileña, el líder nacional dio orden de parar las declaraciones públicas que hablaban de “puertas abiertas”.
La dirigente madrileña solo hará una excepción si el candidato a la alcaldía solicita incorporar a alguien que sea “muy, muy relevante a nivel municipal”, según la información facilitada por fuentes populares. Con esta salvedad, Ayuso se guarda la posibilidad de dar entrada a alguien que pueda realmente movilizar al electorado y arrastrar el voto y que haya hecho durante esta última legislatura un trabajo notable en el municipio, pero cierra la puerta a cuadros que simplemente quieran mantenerse en la actividad política aprovechando las siglas del PP.
Esta excepción podría servir, por ejemplo, para incorporar a las listas del Ayuntamiento de Madrid a Pepe Aniorte, actual delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, que según sus propios compañeros ha realizado un buen trabajo en su área y cubre un perfil del que el PP carece en la ciudad.
Ayuso siempre ha defendido en público que la candidatura al Ayuntamiento la hará mano a mano con José Luis Martínez Almeida, aunque es previsible que la capacidad del alcalde para imponerse sea limitada porque aún perdura en el recuerdo de la dirección regional el papel del alcalde en la guerra interna del PP.
Feijóo tiene potestad para intervenir en la elaboración de la lista de la capital y Almeida, aunque ya no forma parte del comité de dirección de Génova, mantiene relaciones buenas con algunos dirigentes de la cúpula como Elías Bendodo. El alcalde aspira a tener mando en plaza en lo que tiene que ver con su equipo, pero tanto en Génova como en el propio entorno de Almeida nadie niega el poder total que ya atesora Ayuso.
Afiliación obligada al PP
En cualquier caso, tanto para Aniorte como para cualquier otro candidato que provenga de Ciudadanos en cualquiera de los municipios madrileños, podría quedar un escalón más para acceder a los equipos del PP, ya que el alcance de la censura de Ayuso a los naranjas queda patente en otra de las exigencias que ha impuesto en el partido: la conversión a sus filas.
Algunos candidatos aseguran que la orden pasa por que “todos los miembros de la lista se afilien al PP“, algo que no ha sucedido nunca hasta ahora. Ni Cristina Cifuentes ni Esperanza Aguirre exigieron nunca la afiliación para conformar las listas de los municipios y, de hecho, Alberto Ruiz Gallardón tuvo a cargos independientes en sus sucesivos gobiernos en la Comunidad y el Ayuntamiento.
La propia Ayuso tampoco lo exigió, al menos públicamente, cuando volvió a nombrar a Marta Rivera de la Cruz como consejera de Cultura tras las elecciones de 2021, aunque es cierto que la exdiputada naranja rompió su carné de Ciudadanos cuando saltó por los aires el Gobierno de coalición del que formaba parte y durante varias semanas aseguró que no tenía intención de afiliarse a ningún otro partido.
Renovación obligada
Que Ayuso impondría su mano de hierro en la nominación de los candidatos a la alcaldía de los 179 municipios de Madrid no sorprendió a nadie. Todos los que se presentarán a alcaldes, los nuevos y los que repiten, lo hacen porque ella así lo ha querido. Así, prácticamente todos los afines a Pablo Casado han quedado fuera de las cabezas de lista, pero la exigencia de renovación va mucho allá y esto está provocando “mucho malestar” en algunos candidatos designados.
Sobre todo, porque es justo lo contrario de lo que está sucediendo en el PP nacional. Tras un periodo en el que Génova intentó controlar cada paso que daban los dirigentes autonómicos y colocar en los municipios y cuadros medios de las regiones a sus afines, algo que sucedió con Teodoro García Egea al frente de la Secretaría General y Casado en la Presidencia, la llegada de Feijóo supuso un cambio de actitud y un “dejar hacer” que se ha mantenido hasta hoy. El presidente del PP, en línea con lo que él defendía cuando estaba en Galicia, ha dejado a sus barones organizar sus respetivas formaciones regionales y también las listas para las próximas elecciones. Ayuso ha cogido ese guante pero no para repetirlo en cascada con sus alcaldes y alcaldables, sino para imponerse y hacer un partido a su medida.
La dirección del partido ha pedido a todas las formaciones locales que presenten este viernes previo a la Semana Santa un borrador de lista en el que la renovación debe alcanzar “al menos a un tercio de los concejales actuales que lleven más de 4 años“, en línea con el mensaje que han lanzado desde la dirección en las últimas semanas de que se ven “obligados a renovar”. Además, la advertencia ha sido que el listado se presente “en orden pero sin confirmar números”, de forma que el PP de Madrid se reserva la potestad de “modificarla e incorporar gente”, según señalan en la formación. El único número que les piden es el dos que quieran incorporar, pero también con una condición y siempre abierto a que desde la dirección puedan imponer a otro: debe ser alguien con “buena reputación en el municipio”.
En el PP madrileño quieren agotar los tiempos para presentar sus listas, también la que concurrirá a la Asamblea de Madrid. El plazo para presentarlas empieza a correr el 19 de abril y a partir de ahí tienen hasta cinco días más. El borrador que han solicitado a sus equipos será revisado durante estos próximos días de Semana Santa, de forma que el próximo lunes 10 de abril estén listas y los comités locales empiecen a aprobarlos formalmente “tal y como se envían desde Génova”, que puede ser igual o distinta a la que proponen los candidatos a las alcaldías.