En el campo base de la Selección hay tiempo para todo. Para el cuerpo técnico, tan importante es que los futbolistas se empleen a fondo en las sesiones de entrenamiento como que tengan luego tiempo para el ocio, fundamental para desconectar, fomentar el buen ambiente y el compañerismo. De eso abunda en este equipo, muy unido y listo para la batalla de octavos de final ante Marruecos (martes 6 de diciembre, 16 horas) después de superar la fase de grupos.
Toda la plantilla es consciente de la exigencia de este Mundial y de las dificultades del próximo partido, pero es importante que el jugador encuentre momentos para relajarse. Por eso, la Real Federación Española de Fútbol pensó en todos los detalles y habilitó una sala de juegos en la Universidad de Catar para hacer más ameno el día a día del grupo.
Ahí las risas están garantizadas y los jugadores tienen muchísimas ofertas para distraerse. Se juega muchísimo al tenis de mesa, al futbolín, al billar y a los dardos. Hay quien prefiere los videojuegos y en la sala también hay una mesa de juego de hockey de aire. Para seguir los partidos, se ha habilitado un gran espacio con un proyector y el equipo no pierde detalle de los otros duelos del torneo.
La Selección se siente como en casa en la Universidad de Catar, con lugares espaciosos y confortables además de la mencionada sala de juegos. Sin ir más lejos, hay una amplia terraza junto al comedor para poder estar ahí tranquilamente charlando o tomando un café. Para una concentración larga como la del Mundial, es imprescindible encontrar un equilibrio entre la exigencia propia de la competición y la diversión.