Amelia Valcárcel: “Cientos de niñas se envenenan con hormonas por la ley Trans”

“Salgan alarmados”. El aviso lo suelta Nagore de Arquer, que cuando era una adolescente dio marcha atrás en el proceso para cambiar de sexo. Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, lleno hasta la bandera, en la presentación del libro “Mamá, soy trans. Una guía para familias de adolescentes con conflictos de género”, obra de la que es coautora junto al catedrático de Psicología Marino Pérez Álvarez y el profesor titular de Psicología en la Universidad de Oviedo José Errasti. El acto fue presentado por Amelia Valcárcel, filósofa e histórica feminista y socialista que ha denunciado haber sido relevada del Consejo de Estado, del que formaba parte desde 2006, por su activismo contra la ley trans. Una oposición en la que ayer insistió con fuerza en Oviedo. Incluso le lanzó varios dardos al Ejecutivo de Pedro Sánchez. “Un pacto de Gobierno no justifica lo que hemos hecho”, aseguró, dando a entender que la norma había sido un peaje que los socialistas han tenido que pagar para mantener viva la coalición con Unidas Podemos.

Valcárcel afirmó que la ley y su desarrollo posterior está provocando un efecto muy nocivo sobre la salud de cientos de jóvenes españolas. “Ahora mismo hay muchas niñas que se están envenenando con hormonas”, señaló. Y peor aun: muchas se están sometiendo a operaciones quirúrgicas que incluyen mastectomías que son irreversibles y que tienen unas consecuencias “desastrosas” para su salud física y psicológica. Y apuntó, sin citarlo, directamente hacia Podemos y, más en concreto, hacia quienes redactaron la ley trans. “No pasarían un test de salud mental de los sencillitos”, aseguró.

Sobre el libro, Valcárcel recordó los numerosos problemas que los autores habían tenido en la presentación del primer volumen: “Nadie nace en un cuerpo equivocado”. Sufrieron numerosos actos de boicot en sus presentaciones por parte del colectivo transexual, al que la catedrática de Filosofía calificó como “una minoría con nula capacidad de diálogo”. Del libro aseguró que es un volumen de “heteroayuda” para padres a los que se les presenta este problema.

Marino Pérez se encargó de hacer un resumen de los principales consejos que recoge esta publicación. “En la naturaleza hay dos sexos, ni tres ni cuatro, ni puntos intermedios. Lo que sí que hay es una variedad de orientaciones sexuales”, dijo. Sobre la transexualidad (el cambio de sexo) aseguró directamente que se trata de una “moda” que las redes sociales se han encargado de agigantar.

El público asistente a la presentación. | Luisma Murias

“La ideología ‘queer’ se ha colado en las instituciones con unas ideas que son retrógradas y que han impuesto un pensamiento ‘cuqui’”, destacó.

En una línea muy similar se expresó José Errasti. Y dio algunos consejos prácticos sobre la forma en la que se debe actuar cuando una familia se enfrenta a este tipo de situaciones, que suelen provocar un tremendo “shock” inicial. Hay que aplicar una serie de principios como el de la prudencia, el respeto o la comprensión. “Si nuestro hijo nos plantea algo así, no es que se haya vuelto loco”, afirmó. Y apuntilló, tras enfatizar que el sexo de las especies es binario, que “no se puede cambiar de sexo; si se ha nacido hombre se morirá siendo hombre”.

La otra coautora, cuya vivencia ha sido fundamental en el libro, Nagore de Arquer alertó del peligro de las redes sociales, que tienen una influencia decisiva sobre la personalidad de las adolescentes. Tirando de datos aseguró que hay estudios que demuestran que, contra lo que dicen los colectivos trans, la salud mental de quienes cambian de sexo no mejora. Todo lo contrario, va a peor.

En el turno de preguntas, trabajadores de la administración asturiana, docentes, juristas y madres expresaron sin tapujos su miedo a tener que enfrentarse a este tipo de situaciones. Una profesora, de hecho, relató los problemas que había tenido con la dirección de su escuela a la hora de hacer un informe sobre una niña de solo 7 años de la que, en una preevaluación, se puso de relieve que podía tener disforia de género. «Como madre estoy aterrada», aseguró otra de las asistentes a la presentación.

 

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