Allana una casa con su bebé en brazos e intenta apuñalar a su ex en Zaragoza mientras le exige una manutención

Hace un año que habían roto una relación de la que nació una bebé que ahora tiene tan solo seis meses. Una ruptura que una vecina de Zaragoza no aceptó y por la que exigía al padre de la menor que le diera una manutención. Este jueves decidió dar un paso más y acudió a la vivienda en la que residía el joven, se coló en ella y trató de apuñalarle con un cuchillo. Un arma que dejó clavada en la puerta de la habitación en el que la víctima se encerró para tratar de ponerse a salvo. Ella acabó detenida.

La llamada de alerta la dio un compañero de piso del exnovio de la arrestada. No dudó en marcar el 091 cuando escuchó unos gritos a las 07.39 horas. Él estaba en el baño, pero al salir del mismo vio a una mujer en estado muy ebrio y que en una mano llevaba a la menor y en la otra un cuchillo de grandes dimensiones. Rápidamente se trasladaron hasta allí tres patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que pronto se encontraron con la sospechosa.

Bajaba de forma brusca por las escaleras del edificio situado en el número 3 de la calle Santa Rita de Casia, en el barrio de Delicias. Iba bajo los efectos del alcohol, con la bebé en el carro, con un cuchillo en el bolsillo y las manos ensangrentadas. Inmediatamente fue detenida, pese a no querer decirles nada de lo que había ocurrido en el interior del domicilio. 

“Te voy a joder la vida, te voy a hacer la vida imposible”

Mientras unos agentes estaban con ella, identificada como L. A. A., de 43 años y de origen guatemalteco; otros asistieron a la expareja de la arrestada. Este hombre les contó, según pudo saber El Periódico de Aragón, del grupo Prensa Ibérica, que estaba durmiendo tranquilamente cuando, de forma sorpresiva, ella se abalanzó sobre él, mientras le gritaba: “Te voy a joder la vida, te voy a hacer la vida imposible”.

No solo le amenazó, sino que también le arañó y golpeó la cara. Por suerte, este joven no estaba solo y pidió ayuda al compañero de piso que acudió a la habitación y entre ambos pudieron tirarla al suelo. Uno se marchó por las escaleras y el otro se encerró en una habitación con pestillo.

Ella fue tras él y llegó a acuchillar en varias ocasiones la puerta de dicha habitación, dejando el arma clavada en la madera al ver que era imposible derribarla. Antes de abandonar la casa y ser detenida, le robó el teléfono móvil.

Por todo ello, el Cuerpo Nacional de Policía le leyó sus derechos como detenida por un delito de allanamiento de morada, otro de violencia doméstica, uno de robo con violencia y amenazas graves.

El juez de guardia, tras ser asistida por la abogada Carmen Sánchez Herrero, la dejó en libertad provisional con orden de alejamiento por 100 metros.

 

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