Alemania o mirarse al espejo

Animal herido…

Alemania no ha podido empezar con una victoria. El pasado miércoles sufrió una derrota inesperada pero no improbable. Japón es una buena selección. Además, esa derrota llegó con un patrón parecido al de Argentina. Primera parte esperada con gol. Segunda parte imprevista con dos goles del rival. Ninguna de las dos selecciones supo sobreponerse a los golpes. Y es que el fútbol es el deporte rey, pero también el que genera más incertidumbre. Y manejar esa incertidumbre es lo que te acerca a la victoria final, porque de momento solo han perdido un partido. Un partido que en un torneo corto puede significar mucho. Porque no es lo mismo ganar dos partidos y perder el último, que perder el primer partido y ganar dos.

El resultado final es el mismo, pero no las emociones que se generan para avanzar después de la derrota. Y eso los convierte en más peligrosos, o no. Lo podremos decir al final del partido. Está claro que la manera de afrontar un encuentro del calibre del que se va a dar el domingo es diferente para ambas selecciones. Luis Enrique está preocupado de que los halagos relajen a sus jugadores. Pero no creo que eso suceda contra Alemania. Al contrario, creo que afrontar un partido así con cierta ventaja te permite tener una activación cercana a la óptima. En cambio Alemania juega su primera final. Y aquí si que lo podemos llamar final, porque una derrota te envía para casa. Aún así, creo que existen muchas similitudes y algunas diferencias entre ambas selecciones.

Alemania o mirarse al espejo

Creo que por allá donde ha pasado Pep Guardiola ha dejado una impronta tan potente respecto al juego, que incluso las selecciones nacionales de esos países se ven influidas irremediablemente por el estilo. Es solo una sensación, aunque creo que podría llegar a demostrarlo con hechos. Entiendo que eso pasa porque gana. Y cuando ganas es normal que se busque lo mismo. Solo que esa búsqueda se debe hacer desde el convencimiento y no solo desde el mero hecho de copiar por copiar.

Sabiendo que copiar lo que sucede en el campo es tan difícil como ver un coche y pretender fabricarlo igual. Como mucho se va a parecer lo que ves por fuera, pero difícilmente tendrás un interior parecido.

La realidad es que el segundo partido al que se va a enfrentar la selección española tiene tintes de algo parecido a mirarse al espejo. También se pueden encontrar muchas similitudes con el enfrentamiento entre el FC Barcelona y el Bayern de Múnich en Champions. España juega como el FC Barcelona en muchos aspectos y Alemania como el Bayern en otros tantos. De hecho, ambos equipos aportan muchos jugadores a sus respectivas selecciones. En el caso de Alemania, además, tiene cinco del Borussia Dortmund que es un equipo que practica un estilo de fútbol parecido.

Mismas objetivos, mismas expectativas, mismos estilos

Alemania llega al Mundial con el objetivo de ganarlo. No puede ser de otra manera, es una selección grande del viejo continente que ya ha ganado. Y eso te convierte automáticamente en una selección obligada a volver a ganar. Lo mismo le sucede a España. Haber probado las mieles de la victoria es maravilloso, pero a la vez marca el mínimo exigible para los que vengan después.

Alemania genera expectativas por el nivel de sus jugadores, la fuerza de su liga y la historia que la avala. Por eso nadie espera menos que avanzar en la fase de grupos para ir después superando eliminatorias hasta conquistar un puesto en la final. Es lo que se le va a exigir a la selección española. Quizás de una manera menos vehemente que en pasadas ediciones. Tenemos una selección renovada y joven, pero eso no puede ser una excusa. Si están en Catar es porque son los mejores jugadores posibles para cumplir con las expectativas. Y sabemos que la pelota no mira el carnet de identidad de los jugadores una vez empieza a rodar.

Y los estilos están muy definidos y son prácticamente calcados en la idea, aunque no en la ejecución. Cuando dos equipos con una idea muy similar se enfrentan, prevalece el que tiene más calidad individual para aplicar los conceptos y el que menos errores comete. Es una cuestión de velocidad de ejecución y de fiabilidad. Por ejemplo, todo el mundo sabía que cuando Messi estaba en el FC Barcelona, cogía el balón a unos metros de la frontal, y se orientaba hacia su lado izquierdo, al mismo tiempo Jordi Alba arrancaba desde una posición atrasada atacando el espacio a la espalda de la defensa. Entonces era casi seguro que Messi daría un pase elevado e increíblemente preciso a Jordi Alba que se convertiría en una ocasión. Todo el mundo lo sabía pero era casi imposible de parar. El momento, la precisión, el hecho de atacar un espacio y la velocidad de ejecución hacía imposible para las defensas detener esta acción. Eso mismo es lo que sucede cuando te enfrentas a alguien que hace lo mismo que tú casi de manera simétrica. Sabes lo que va a hacer pero es difícil de parar. Porque su talento, su calidad y su velocidad de ejecución no te permiten detenerlo… o sí.  Pero eso también depende del talento, calidad y velocidad de ejecución de tus jugadores en defensa.

Las similitudes

Alemania inicia de manera controlada desde su portero para avanzar juntos por el terreno de juego hasta encerrarte en tu área. España también lo hace. Alemania presiona cuando pierde el balón porque su estructura de ataque equilibrada se lo permite. España también lo hace. Alemania presiona alto cuando tratas de iniciar desde tu portero de manera controlada. España también lo hace. Alemania trabaja con un bloque junto y estrecho que somete a presión constante al poseedor del balón para que no piense demasiado. España también lo hace. Alemania tiene una contra rápida y precisa con jugadores que tienen calidad en la conducción y en el uno contra uno. España también lo hace.

Las diferencias en defensa

Alemania juega un 4-2-3-1 o un 5-3-2. España un 4-3-3 clásico con extremos abiertos. Y esto no es una diferencia menor, porque los sistemas implican una ocupación de espacios concreta. Tanto en defensa como en ataque. El sistema de los alemanes en defensa ocupa las posiciones del sistema de ataque de los españoles con una superioridad numérica de ambos en la línea defensiva. El punta alemán se encarga de los dos centrales españoles. Los defensas alemanes deben controlar a los tres atacantes españoles. Si Alemania opta por el 5-3-2, seguramente los hombres libres del equipo español serán los laterales. Algo que, en caso de mantener a los extremos abiertos, será irrelevante para conseguir ventajas en ataque por los espacios que ocuparán los laterales. Veremos cómo se soluciona esta contraposición de estructuras que no sería beneficiosa para España.

En caso de optar por presionar, los alemanes deberán gestionar desde el sistema que elijan, quien salta para igualar a los centrales de España y como se equilibra ese salto por detrás. Lo lógico es hacerlo con un jugador de la línea de medios. Y el espacio que este deje se puede equilibrar con un compañero de la misma línea o uno de la línea defensiva. Si hablamos de campo rival, es probable que, dependiendo del resultado, veamos situaciones de uno contra uno.

Las diferencias en ataque

Hablando del ataque hay una diferencia crucial que pone a Alemania entre una de las mejores atacando a equipos con un bloque bajo. Es decir, cuando la defensa rival se posiciona cerca de su área acumulando muchos jugadores por detrás del balón. Y es que, aunque España quiera presionar lejos de su portería, se va a ver obligada en momentos a replegarse. Es aquí donde aparece la gestión de riesgos. Si sabes que no te vas a imponer claramente a un rival, aparece el miedo a perder. Ese miedo te lleva a no correr riesgos. Y estar juntos con ayudas cercanas para reducir espacios y aumentar la densidad de jugadores, se interpreta como una manera de minimizar riesgos por los jugadores. No estoy diciendo que lo sea, digo que es lo que pasa. Porque ante un marcador igualado, o ganando, lo natural es no querer regalar opciones al rival o proteger el marcador favorable.

Cuando Alemania ataca a rivales encerrados, pone una estructura que varía ligeramente, pero que deja siempre por detrás del balón entre 4 y 5 jugadores, y por delante del balón ocupando espacios entre líneas y toda la amplitud del campo entre 5 y 6 jugadores. Su talento individual para no perder el balón por parte de los que están detrás del balón en busca del momento justo para progresar, y la capacidad para atacar espacios de los que están por delante del balón, es muy difícil de parar. Porque marcar jugadores que reciben el balón donde se encuentran justo antes del pase es más fácil que marcar jugadores que van a recibir en un espacio.

En la creación de juego ofensivo tienen todos los mecanismos y capacidad para salir de las presiones altas rivales, pero tienen algo que es todavía más peligroso. No necesitan nada más que hacerle llegar el balón a uno de sus atacantes, para que se desate una acción vertical y vertiginosa hacia la portería rival. Si esto además viene acompañado de una presión de La Roja en situaciones de uno contra uno en campo rival, solo queda encomendarse al talento individual defensivo de nuestros jugadores. Esto puede suceder en algún momento del partido por diversas razones: elección de toma de riesgos del seleccionador independientemente del resultado, o situación obligada por el marcador desfavorable. Es una cuestión de elección voluntaria u obligada. Veremos qué sucede durante el partido.

Jugar con el marcador

Cuando España juegue contra Alemania ya sabremos el resultado del Japón contra Costa Rica. Y eso nos puede dar pistas para ver los riesgos a tomar. Una evaluación que quizás no se debe hacer para todo el partido, pero que puede ser crucial en los últimos minutos. Una victoria de Japón la clasifica, y nos dejaría una última jornada contra un rival ya clasificado. El empate nos serviría en parte. Dependería de la diferencia de goles en el último partido si no somos capaces de ganar a Japón. Así que es un resultado que no debes buscar, pero que nos puede valer. No dudo de que el planteamiento será el de ir a ganar. No lo entendería de otra manera. Si buscas ganar, puedes conseguirlo, pero también empatar o perder. Si buscas empatar como mejor resultado, el gran riesgo es la derrota. Por eso, sin ninguna duda, a por el partido desde el minuto uno.

 

Generated by Feedzy