Al menos 40 personas murieron y otras 4 resultaron heridas este domingo al caer un autobús por un barranco e incendiarse después en la provincia de Baluchistán, en el sur de Pakistán, en el peor peor accidente de este tipo en cerca de una década.
“El autobús se estrelló contra un guardarraíl después de tomar una curva cerrada, cayó boca abajo a un barranco de 15 metros y se incendió”, dijo a EFE el comisario adjunto de la ciudad de Bela, Hamza Ajum.
Según la fuente, el autobús viajaba desde la ciudad oriental de Quetta hasta la sureña Karachi con 44 pasajeros a bordo, de los cuales solo sobrevivieron cuatro.
El suceso tuvo lugar hacia las 3.30 hora local (10.30 del sábado GMT) en el distrito de Lasbela, de acuerdo con el funcionario local, que explicó que el incendio se produjo porque el autobús transportaba diésel en el techo. Al despeñarse, el combustible prendió y las llamas envolvieron el vehículo.
“Casi todos los cuerpos están quemados hasta tal punto que no pueden ser identificados”, dijo Anjum, por lo que han sido trasladados a Karachi para realizar pruebas de ADN mientras que los cuatro heridos recibieron tratamiento en la ciudad de Lasbella.
La fuente señaló que las labores de rescate se vieron dificultadas por la falta de visibilidad.
El de hoy es el accidente de autobús más grave en Pakistán desde que, en enero de 2015, 62 personas fallecieron en la colisión de un autobús repleto de pasajeros con un camión cisterna que transportaba gasolina en el sur del país.
El pasado octubre, veinte personas murieron, entre ellas 12 niños, después de que el autobús en el que viajaban se incendiara en el sur de Pakistán.
Pakistán cuenta con uno de los índices de accidentes de tráfico más elevados del mundo debido al pésimo estado de sus carreteras, a las deficiencias de los vehículos y a que los transportes públicos suelen circular sobrecargados de pasajeros.
Según datos del Gobierno paquistaní, alrededor de 30.000 personas mueren anualmente en accidentes de tráfico en el país.