En palabras de la National Geographic Explorer Paula Kahumbu, sobre una foto reciente de Charlie Hamilton James en la que aparecía una jirafa muerta por la sequía, “nada puede prepararte para la vista y el olor de tantos ñus, cebras, elefantes, jirafas, vacas y ovejas muertas que ensucian el árido paisaje del condado de Kajiado, en el sur de Kenia. Estas muertes catastróficas se producen después de 18 meses sin lluvia, resultado de tres temporadas de lluvia fallidas. La escasez de precipitaciones no es nueva, pero es la primera vez que se registran pérdidas tan extremas. Los factores que interactúan, como el cambio climático y el exceso de ganado, han hecho que la tierra sea mucho menos productiva y mucho más vulnerable a impactos como la sequía. Aunque hay agua para beber, no hay ni una brizna de hierba. Las lluvias de la última semana han mejorado ligeramente las condiciones, pero a menos que persistan, el problema seguirá empeorando”.
Tal y como apuntaba un comunicado reciente del Servicio de Vida Silvestre de Kenia, se ha registrado la muerte de 205 elefantes, más de 500 ñus, 381 cebras comunes, 49 cebras de Grevy, más de 50 búfalos y 12 jirafas en los últimos nueve meses. Una auténtica catástrofe natural sin precedentes.
Según el mismo informe, los ecosistemas más afectados incluyen varios parques nacionales, las reservas y las áreas de conservación de gran importancia tanto turística como natural, tales como Tsavo, Amboseli y Laikipia-Samburu
Por suerte, según explica el fotógrafo de naturaleza y colaborador de National Geographic España, Antonio Liébana, han comenzado las lluvias en varias zonas del país, como en la Reserva Natural Masai Mara y se espera que se mantengan en los próximos días.
Poblaciones en peligro
Evidentemente las poblaciones que viven en la zona también están sufriendo el azote de la sequía. Como informaba recientemente la ONU en un comunicado, “En algunas áreas, más del 90% de las fuentes de agua se han secado y, a medida que fallan las cosechas y las familias pierden su ganado, que, para muchos, es su única fuente de ingresos, más de cuatro millones de personas luchan contra el hambre aguda”. Además, según estiman desde la organización internacional, “se estima que 134.000 mujeres están actualmente embarazadas o amamantando en las regiones de Kenia afectadas por la sequía; muchos están ahora desnutridos y anémicos, condiciones que pueden poner en peligro la vida”.
El cambio climático está afectando a personas y fauna de manera devastadora, sin embargo, los estados no parecen ponerse de acuerdo sobre las medidas que se deben tomar a nivel global para frenar el gran problema ambiental del siglo XXI, como ha puesto de manifiesto la última cumbre COP27, en la que apenas se han conseguido acuerdos.