Los Schumacher se revuelven contra la entrevista por Inteligencia Artificial al expiloto

“Michael Schumacher: la primera entrevista”, era el título de portada de ‘die Aktuelle’, una de tantas revistas del mercado alemán donde se mezcla prensa del corazón y cotilleos sobre las monarquías europeas. Que el siete veces campeón del mundo de Fórmula 1 -cinco de ellas, con Ferrari- hubiera elegido a un medio de esas características para volver a la vida pública era más que improbable. De Schumacher no ha trascendido ni una sola imagen desde que en diciembre de 2013 sufrió un accidente de esquí en Méribel, en los Alpes.

Ya entonces, su esposa Corinna y su manager, Sabine Kehm, orquestaron una férrea tenaza informativa en torno al ídolo, que quedó en coma inducido en un hospital de Grenoble mientras medios de todo el mundo trataban de “apropiarse” de cualquier información sobre su estado. El circo mediático no pudo romper el cerco familiar. Ni entonces ni cuando Schumacher salió del coma y fue trasladado a su chalet suizo de Gland y luego a su residencia familiar.

De eso hará pronto diez años y el silencio en torno al ídolo se mantuvo. Hasta que la Inteligencia Artificial, IA, trató de romperlo por la vía de una publicación ajena a la denominada prensa seria o de cierta calidad. La “primera entrevista” anunciada en la portada como “sensación mundial”, con un subtítulo en letra más menuda en que se advierte de que ésta suena “engañosamente cierta”, consiste en unos párrafos generados por la IA. Al margen de la sensación o no de realidad, su publicación sustenta las alertas lanzadas desde diferentes ámbitos sobre lo que puede dar de sí su uso incontrolado.

Sin imágenes

Los Schumacher, por lo pronto, han anunciado que se querellarán contra un medio que obviamente se ha saltado muchas reglas. La tenacidad con que Corinna Schumacher y Sabine Kehm se han aplicado en estos casi diez años a preservar al “kaiser” alemán de la Fórmula 1 de miradas indiscretas no deja margen de duda. La familia exige respeto a la esfera privada y control absoluto sobre la situación del excampeón del mundo.

Corinna, en una imagen de archivo, junto al piloto alemán Michael Schumacher. |

Así ha sido incluso en el momento en que Mick Schumacher empezó a seguir los pasos de su padre en los circuitos, cuando dio el salto a la Fórmula 1 o cuando ingresó como “auxiliar” en Ferrari. El hijo del ídolo se ha referido en alguna ocasión al estado de Michael con frases alusivas al “apoyo” o “inspiración” que representa para él la figura de su padre, sin revelar ni un detalle sobre su evolución, si puede comunicarse con él o de qué forma.

Hay una cuenta oficial de Michael Schumacher en Twitter, administrada por la familia y con 385.000 seguidores, consagrada a recordar sus éxitos. E incluso una serie en Netflix volcada a su culto. Ofrecen, en cualquier caso, imágenes del pasado y la carrera del piloto, que se había retirado de los circuitos un año antes del trágico accidente en la estación de esquí francesa.

El engaño

En los días y semanas siguientes, fueron varios los intentos de sucesivos paparazzis para captar imágenes del ídolo en coma. Uno incluso trató de irrumpir en la UVI disfrazado de cura, pero fue interceptado. La revista mencionada recurrió ahora a la IA para jugar al engaño, a través de una frase entre ridícula y absurda, por evidente, a modo de señuelo para una entrevista “fake”: “Mi vida ha cambiado totalmente”.

No es el primer revuelo que se genera en Alemania a raíz de la IA. Hace unos días trascendió el caso del fotógrafo Boris Eldagsen, quien renunció al prestigioso premio Sony World tras admitir que la imagen ganadora se había generado por IA. Su renuncia se consideró ejemplar. La revista “die Aktuelle” ahora mismo se ha convertido en paradigma de malas prácticas.

 

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