“Les presentamos lo que serían los primeros rostros del tarteso”. Han sido las palabras con las que la codirectora de la investigación en el yacimiento de Casas del Turuñuelo, Esther Rodríguez, ha presentado este martes lo que se considera un hito de la cultura tartésica. “Es la primera vez que le ponemos un rostro, aunque sea un rostro idealizado, y la primera vez que vemos las arracadas o las diademas que portaban”, ha subrayado.
El hallazgo, que se ha presentado en el yacimiento, es el más importante de la quinta campaña de excavaciones que arrancó el pasado mes de febrero y uno de los más relevantes desde que se inició la investigación en 2015. Son fragmentos de cinco cabezas: dos de mujeres coronadas “bastante bien conservadas”, otra de un guerrero y otras dos figuras con menos piezas de momento, pero que se cree que pertenecen a un hombre y una mujer; todas en piedra y creadas en el siglo V a.C. Se cree que las piezas formaban parte de un relieve, “y como es tradicional en el mundo clásico, cuentan una historia que aún no podemos contar“, ha puntualizado también Sebastián Celestino, director de la investigación.
Los investigadores reconocen que el hallazgo cambia la lectura que se ha hecho hasta ahora desde la historia del arte. “Asimilábamos sus divinidades a piedras sagradas. Es la primera vez que le ponemos un rostro y la primera vez que vemos, por ejemplo, cómo portaban su orfebrería“, ha señalado Rodríguez.
También ha reclamado que estas piezas complican la interpretación sobre el uso del edificio, que siempre se ha considerado que era relevante pero no como espacio religioso.