Los terrenos sobre los que está desplegada la base militar secreta ‘El Doctor’ de Ciudad Real, propiedad del Ministerio de Defensa, son de uso rústico-agrario, tal y como consta en la Dirección General del Catastro de la Secretaría de Estado de Hacienda. La base, enclavada en dos fincas a ambos lados de la carretera CM-4117, que une Daimiel y Valdepeñas, cuenta en total con 2,3 millones de metros cuadrados, de acuerdo a estos datos oficiales, de los pocos disponibles sobre unas instalaciones que son usadas por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Todas las peticiones de información que se realizan, tanto a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como en el propio Senado para conseguir información sobre la base, son bloqueados. “Lamentamos comunicarle que no podemos ayudarle con la consulta que nos plantea”, responden por correo electrónico fuentes del Ministerio de Defensa cuando se les pregunta por los terrenos, que cuentan con doble vallado coronado por alambre de espino para evitar que nadie acceda.
La única entrada es vigilada permanentemente por la Guardia Civil, cuyos agentes desconocen qué ocurre en el interior de las fincas, una de las cuales, la pequeña, enclavada en el municipio de Daimiel, está llena de antenas; y la otra, la más grande, dentro del término municipal de Manzanares, está trufada de cúmulos de tierra a modo de búnkeres.
Seguridad
Como ocurre en instalaciones sensibles para la seguridad, en muchas aplicaciones de mapas por vía satélite los terrenos están pixelados y no se puede ver qué hay en el interior. Gracias al archivo histórico de la aplicación Google Earth Pro, sin embargo, sí se puede comprobar que la finca más pequeña, que en su momento contaba con un cartel en la entrada que rezaba “Centro de Estudios de Propagación Radioeléctrica”, ha sufrido modificaciones recientemente. Así, de acuerdo a una imagen vía satélite tomada en 2012 en la instalación había una piscina que, sin embargo, ha desaparecido en instantáneas tomadas posteriormente.
Lo que sí son visibles desde el exterior son las antenas desplegadas de todo tipo. Resaltan sobre las demás alrededor de unas diez de más de 20 metros de altura que forman un círculo. Según fuentes militares expertas en telecomunicaciones, se trata de un campo de antenas de interceptación de comunicaciones de alta frecuencia (HF o High Frequency). Eran sistemas habituales para escuchar conversaciones hasta los años 90, antes de la entrada en juego de las comunicaciones vía satélite.
Telecomunicaciones
En los municipios cercanos existen muchas leyendas sobre lo que ocurre en el interior de la base -que es un polvorín, que hay túneles que recorren toda la instalación o que se da allí formación a espías del CNI-, pero sí parece haber bastante consenso en que se trata de una instalación de telecomunicaciones.
La historia de la finca El Doctor se remonta a 1959, cuando un ciudadano alemán llamado Reinhard Gehlen compró los terrenos. Vendió a los lugareños que lo hacía para plantar algodón, algo confirmado ahora por los archivos del registro catastral a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, pero historiadores y cronistas de la zona llegaron a apuntar que aquellos terrenos se convirtieron en un centro operativo de escuchas del Servicio Federal de Inteligencia (en alemán BND), la agencia de inteligencia extranjera del Gobierno alemán, con el beneplácito de la dictadura de Francisco Franco.
Posteriormente, los terrenos pasarían a titularidad del Ministerio de Defensa, que ahora mantiene el máximo secretismo sobre la base. Los documentos catastrales sí especifican que las fincas del recinto, levantado en 1965, están consideradas agrarias, pero son “improductivas”, y cuentan con “inmuebles de distinta clase [urbano y rústico]”
