El caso de los suplentes del Real Madrid empieza a tener muchas similitudes con la temporada 2016-2017 en el conjunto blanco. Las actuaciones ligueras de los suplentes en aquella campaña fueron tan prodigiosas que fueron un factor clave para la consecución del doblete Champions – Liga.
Entonces Zidane usó una costumbre de excelso resultado. En Liga jugaba un equipo (el plan B) plagado de suplentes con olor a equipazo titular: Achraf, Theo Hernández, Nacho, Kovacic, Danilo, Pepe, Lucas Vázquez, Morata, James, Mariano, Asensio… Suficiente para ir derrotando rivales y dejar frescos para la Champions al plan A, los Keylor Navas, Ramos, Varane, Carvajal, Marcelo, Casemiro, Kroos, Modric, Bale, Benzema o Cristiano Ronaldo.
Ahora Ancelotti ha empezado a rotar de forma masiva hasta generar un efecto similar que, atención, podría darles esperanzas en la consecución, ya no sólo de un doblete (Champions y Copa), sino también de un triplete al que añadir LaLiga. Porque el Barça, líder indiscutible, se está desinflando, y aunque mantiene una ventaja de 11 puntos, el próximo fin de semana recibe a un Atlético de Madrid desatado que, de asaltar el Camp Nou, podría ayudar a que el Real Madrid se colocara a ocho puntos.
Margen suficiente para agitar los siempre eficaces ánimos de remontada merengues. Por ahora, los pronósticos de Betfair insisten: el FC Barcelona es clarísimo favorito a ganar el título. Pero con un potencial renacer merengue, se podría desatar una cuota a favor de los blancos. En Champions, por ahora, los merengues son los segundos favoritos detrás sólo del City. Que el Madrid vuelva a ganar la Champions se paga a 5.5€ por euro apostado y sólo está por delante en predicción el Manchester City que cotiza a 1.91€ por euro apostado. La tendencia del conjunto blanco es muy positiva.
Del caso Isco al caso Ceballos…
En 2017, cuando más se hablaba de posibles marchas del club, como ocurrió con Ceballos el pasado verano, apareció la magia en las botas de sus protagonistas para desvirtuar todos los rumores. Le sucedió a Isco como principal beneficiario. Como Nacho ahora o, por ejemplo, en el último partido ante el Cádiz, Lucas Vázquez o un estelar Marco Asensio.
Aquella ocasión la competición doméstica no comenzó, por ejemplo, para el mismo Isco, al igual que ha pasado con Ceballos, como él hubiese deseado. Zidane repetía una y otra vez que si Benzema, Bale y Cristiano Ronaldo estaban disponibles no iba a variar el sistema. La BBC era intocable. Además, el brasileño Casemiro era vital para el equilibrio del equipo. Con las alineaciones así, Isco no tenía hueco como parecía ahora que sucedía con Ceballos o Asensio. En las primeras 6 jornadas, Isco tan solo disputó 55 minutos y en el 10º partido solamente había jugado los noventa minutos en dos ocasiones, contra Alavés y Betis a domicilio.
La política de rotaciones de Zidane fue creciendo y el equipo lo notó. El juego del Real Madrid se beneficiaba y conseguía remontar situaciones adversas. Si hubo un jugador de la plantilla que se vio beneficiado por la mala suerte de algunos como Bale, ese fue Isco, como ahora puede serlo Ceballos con las bajas del conjunto blanco (véase cuando la lesión de Tchouameni se antojaba dramática). La realidad fue que ese hueco que el malagueño no tenía en el once, de repente se abrió. Ceballos ahora parece aprovechar también su oportunidad y reforzar un centro del campo que parece agotado.
… del caso Asensio al caso Rodrygo
El caso Asensio es otro éxito de la dosificación óptima de Ancelotti. El goteo estadístico del balear contra el Cádiz es el mejor resumen de su actuación: empató a Benzema como el mayor generador de ocasiones (siete); sólo Karim le superó en remate (nueve a seis) y ambos empataron en los que terminaron entre los tres palos (tres); con 30, Asensio fue tercero en envíos completados en el último tercio del campo (Benzema -42- y Ceballos -37- le superaron); acertó el 91,1% de sus pases (41/45); completó el único regate que intentó y realizó más centros que nadie (siete). Uno de los grandes culpables que el cántaro de David Gil terminase rompiéndose.
Carletto reconocía, cuando el mercado daba los últimos coletazos, que Marco buscaba una oferta que le sedujera. Un tramo, el inicial, en el que perdió peso hasta el punto de quedarse a cero entre la jornada 3 y la 5 de Liga. Tres partidos sin minutos y en el último, contra el Mallorca, tuvo un feo gesto al quedarse sin jugar. La afición le pitó en el siguiente duelo, contra el Leipzig, pero Marco comenzó la cura con un gol. Una terapia que ha mantenido y potenciado, tanto a tanto, hasta alcanzar esta versión al alza actual.