No son buenos tiempos para Ferran Torres y Ansu Fati, futbolistas que estaban destinados a marcar diferencias. El primero, por las expectativas que se originaron motivadas por el alto coste de su fichaje (55 millones fijos más 10 en variables) y el canterano, porque su irrupción en la élite fue estratosférica, aunque después de la maldita lesión no ha vuelto a ser el mismo.
El origen
Puede haber un antes y un después de Getafe. La lesión de Ousmane Dembélé a finales del mes de enero obligó a Xavi Hernández a replantearse el 4-3-3 con extremos que hasta ese momento siempre había utilizado. Empezó a entrar Gavi desdoblándose entre el ataque desde la izquierda y la función como cuarto centrocampista, mientras fue Raphinha el que empezó a ganar la partida como el único acompañante arriba para el intocable Robert Lewandowski.
Sobre todo Ferran fue perdiendo protagonismo, pues Ansu ya estaba contando con pocos minutos desde el principio de temporada. Eso sí, participando en todos los partidos, pero casi nunca como titular.
El oasis de Elche
Raphinha, con buenos números sumando goles y asistencias, apenas les dejó espacio, pero llegó la visita liguera al colista Elche y el brasileño no pudo participar por acumulación de amarillas. Y Xavi apostó por los dos, por Ferran Torres y por Ansu Fati, en una vuelta a los orígenes.
Los dos respondieron a la oportunidad. Sin hacer quizás un partido para enmarcar, pero ambos vieron puerta. Para el de Foios, el gol fue el fruto de su insistencia en ataque, para el de Guinea-Conakry, recuperar la sonrisa días después de las explosivas declaraciones de su padre.
Desde el Martínez Valero, el Barça, que no ha logrado marcar ni un gol, se ha medido al Real Madrid en la Copa del Rey, y a Girona y Getafe en la Liga. Ansu solo fue titular en el derbi catalán, mientras Ferran, en ninguno de ellos.
Vuelve Dembélé y un futuro incierto
Lo peor para la moral de ambos llegó en Getafe. Xavi volvió a apostar por las bandas abiertas, pero ni Ferran Torres ni Ansu Fati tuvieron cabida en el once titular. El egarense ubicó a Alejandro Balde de extremo por delante de Jordi Alba en un partido espeso de todo el equipo en general.Aunque no le salió bien a Xavi el ‘experimento’, el mero hecho de su propuesta ya fue muy sintomática. Ferran y Ansu tuvieron minutos saliendo desde el banquillo sin poder variar el rumbo del partido ni de sus situaciones personales. Incluso, el valenciano ni siquiera jugó en una de las tres posiciones de ataque, sino que lo hizo más retrasado.
Si en la ausencia de Ousmane Dembélé, ni uno ni otro no han logrado aprovecharlo, ahora que el francés está cercano al regreso, se antoja todavía mucho más complicado que le puedan dar la vuelta a la tortilla.