Griezmann orquesta la victoria del Atlético

Una vez más, Antoine Griezmann se vistió de etiqueta y tomó la batuta para dirigir la victoria del Atlético sobre el Almería. El delantero francés, omnipresente en todas las zonas del campo a lo largo del partido, supo estar en el lugar indicado para el golpe de gracia a las dos jugadas que terminaron siendo los dos goles del partido. Con esta victoria, los rojiblancos siguen a la caza del Real Madrid, que también hizo los deberes en Cádiz, y dejan al cuadro almeriense al borde del descenso.

El ímpetu arrollador con el que salió el Atlético invitaba a pensar que eran ellos, y no el Almería, quienes necesitaban los puntos. Tras varias llegadas peligrosas, Correa peinó un saque de esquina para que Griezmann cabecease a placer al fondo de la portería. Apenas habían transcurrido 5 minutos, pero el partido se ponía muy de cara para los de Simeone.

Las llegadas seguían sucediéndose y Correa, inflado de valentía, se atrevió con una rabona que a punto estuvo de convertirse en el gol de la temporada. Quizás este exceso de confianza explica por qué, minutos después, el argentino lanzó un pase atrás peligrosísimo que terminó en los pies de Baptistao. Sin haber generado peligro hasta ese momento, el Almería se encontró con el empate gracias al brasileño, cuyo disparo contó con la colaboración de Giménez antes de convertirse en gol.

El resultado no hacía justicia, pero Griezmann no tardó en reestablecer el orden natural. El atacante francés volvió a aparecer en el lugar indicado para poner la puntilla a una maravillosa acción colectiva. La celebración vino con suspense, ya que Díaz de Mera anuló el tanto en primera instancia por fuera de juego de Correa, pero el VAR terminó rectificando su decisión.

El ritmo no decayó tras el paso por vestuarios, y Griezmann no tardó en probar los reflejos de Fernando con un potente cabezazo. El francés buscaba el hattrick con insistencia, por lo que se frotó las manos cuando Samu interceptó un envío de Correa con el brazo despegado en el interior del área. Las gradas del Metropolitano explotaron cuando Díaz de Mera decretó que la acción no era merecedora de penalti.

El Atlético supo canalizar la frustración tras la decisión arbitral para convertirla en un aluvión de ocasiones. Llorente, Carrasco y Griezmann gozaron de varias oportunidades para ampliar distancias, pero las intervenciones de Fernando y los palos, salvadores hasta en dos ocasiones, mantuvieron con vida a los andaluces, que pusieron el partido patas arriba en el tramo final.

Sin nada que perder, Rubi dio entrada a jugadores de marcado perfil ofensivo en busca de, por lo menos, el empate. El Almería se vació ofensivamente y arrinconó al Atlético, que se limitó a alejar el peligro de su portería. En una de estas aproximaciones, los andaluces reclamaron enérgicamente penalti por mano de Giménez. Pareció serlo, pero las protestas quedaron en nada al encontrarse Luis Suárez en fuera de juego.

 

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