Las dudas que surgieron en el Nápoles tras la doble derrota ante el Milan, una en Serie A (0-4) y otra en la Liga de Campeones (1-0), crecieron este sábado con el empate sin goles ante un Hellas Verona que pelea por la salvación, en un partido que dominaron los ‘azzurri’ pero en el que se marcharon solo con un disparo entre los tres palos.
Con un once pensando en el definitivo encuentro ante el Milan en Liga de Campeones, sin Kvaratskhelia, Osimhen, Zielinski, Rrahmani, Mario Rui y Lobotka, el Nápoles estuvo falto de chispa en el último tercio ante un combativo Hellas Verona que luchó las embestidas de un líder de la Serie A que atraviesa su peor racha justo en el momento más importante de la temporada.
Sin ‘Kvara‘ y sin Osimhen está claro que este Nápoles es menos Nápoles. Pierde fluidez arriba, pierde el ingenio del georgiano y el olfato goleador y la energía del nigeriano. Y lo pagó caro ante el Verona en su propio estadio, en un Diego Armando Maradona que, aunque esté pensando ahora mismo en la ‘Champions’, está deseoso de que los suyos certifiquen matemáticamente el ‘Scudetto’, algo que cada vez se retrasa más.
Los hombres de Luciano Spalletti dominaron el encuentro con suficiencia, con la autoridad que les otorga una campaña de ensueño y la calidad que les ha permitido erigirse como una de las revelaciones del fútbol europeo. Pero no consiguieron materializar la abrumadora autoridad y el dato al descanso fue igual de abrumador. Cero disparos a puerta por parte de los ‘azzurri’.
Y eso que los partenopeos consiguieron abrir el marcador, pero rápidamente se levantó la bandera del asistente señalando un fuera de juego posicional que rebajó al euforia en el Maradona y mantuvo el empate al descanso.
Ya con el runrún en la grada y con Spalletti más nervioso de la habitual viendo que se mantenía el dominio pero también la inoperancia ofensiva, fueron entrando poco a poco los hombres claves de este equipo. Primero ‘Kvara‘ y Zielinski. Unos minutos más tarde hicieron lo propio Lobotka y un Osimhen que, recuperado de la lesión que le apartó de los terrenos de juego desde finales de marzo, se llevó al ovación de su afición, recibido con honores y con la esperanza de que fuera capaz de alumbrar la oscura tarde.
Simplemente con su mera presencia, el internacional nigeriano acercó al Nápoles al gol. La defensa del Verona tuvo trabajo doble con un Osimhen que agitó completamente el partido y que a punto estuvo de convertirse en el héroe de la tarde con una volea desde la frontal del área que se estrelló en el larguero.
Pero esta vez ni el impacto de Osimhen, ni la lucidez que aporta Di Lorenzo desde el lateral diestro, ni la entrada de ‘Kvara‘, Lobotka y Zielinski evitaron que el Nápoles tropezara en casa ante un Verona que gozó de la más clara del partido con un mano a mano en los pies de un Ngonge que no pudo definir peor y que desparovechó la ocasión perfecta para colocar a los suyos a un punto de la salvación, que ahora se queda a tres.
El ‘Scudetto‘ se retrasa en Nápoles, pero eso es lo de menos con un colchón de 14 puntos sobre el segundo clasificado, el Lazio. Lo único que importa ahora en la ciudad sureña es el partido del próximo martes ante el Milan, un partido decisivo por unas semifinales de ‘Champions‘.