Desde hace dos meses y medio, desde el 3-1 que lo eliminó de la Copa del Rey frente al Real Madrid en la prórroga, el pasado 26 de enero, el Atlético de Madrid había sido invencible para sus diez rivales, con ocho triunfos y dos empates que lo han elevado al mejor nivel de la temporada, hasta su derrota de este miércoles en el partido solidario contra el Besiktas, una prueba fallida con muchos matices.
El partido benéfico con el que el equipo rojiblanco contribuyó solidariamente en las ayudas a los afectados por el terremoto del pasado 6 de febrero que causó unos 45.000 muertos en Turquía y Siria no tiene la energía de la competición. Ni la presión. Ni la responsabilidad. Nada que ver.
Simeone dio 65 minutos a todos sus habituales suplentes, los primeros, con un 1-0 en contra, y 25 a sus titulares del pasado domingo ante el Rayo y del próximo domingo ante el Almería, cuando más se acercó al gol, pero también cuando encajó el 2-0, en un error de Savic cuando se propuso ceder la pelota a Ivo Grbic.
Hay más. El Atlético se trasladó este mismo miércoles (cuatro horas de avión para el encuentro, que hará de nuevo ahora a la vuelta tras la finalización del choque). Oblak ni siquiera disputó ningún minuto. Y muchas circunstancias más para una conclusión: el 2-0 no es ninguna referencia para nada. O no debería serla para hacer una proyección de futuro del conjunto rojiblanco, enfocado en la segunda posición.
Eliminado de la Liga de Campeones, fuera de la Copa del Rey, el Atlético sólo juega ya competición semana a semana. Tan consolidado como ésta el once de Simeone, que casi se recita de memoria (Oblak; Molina, Savic, Giménez, Hermoso, Carrasco; Llorente, Koke, De Paul; Griezmann y Morata, ahora que Memphis está lesionado) salvo alteraciones mínimas de uno a otro duelo, con el esfuerzo del domingo pasado ante el Rayo y el que se avecina el domingo ante el Almería, fue el turno de la titularidad del resto. Los que juegan menos, poco o nada.
Un recorrido de 65 minutos de acción para todos ellos. Para el portero Ivo Grbic. Para Matt Doherty, que había jugado 12 minutos sólo en los nueve choques disponible desde que llegó en el mercado invernal. Para Kondogbia, inédito los últimos ocho encuentros, sin una sola participación en el esquema desde el 29 de enero, cuando jugó 3 minutos con Osasuna.
También para Reguilón, con apenas 98 minutos desde que aterrizó cedido el pasado verano desde el Tottenham. Este miércoles reapareció en escena tres meses después. No jugaba desde el 15 de enero, desde aquella expulsión en Almería. Entre las decisiones técnicas de Simeone, con su suplencia en los siete encuentros más recientes que ha estado disponible, y una lesión muscular que lo ha apartado de cinco duelos, no había disputado ni un solo minuto desde entonces. Ni siquiera con la baja de Reinildo Mandava, su competencia aparente en el carril zurdo, que es de nuevo de Carrasco.
También fueron más minutos para Witsel o Sául, como centrales los dos de inicio junto a Marco Moreno, aunque luego el ilicitano, con el 1-0 en contra, subió su puesto a la banda derecha. Witsel y Saúl son más habituales para Simeone que los anteriores, pero no son titulares casi nunca en los últimos tiempos.
Lo son menos que Lemar, cuya apreciable secuencia de titularidades coincide con una irrelevancia demasiado repetitiva. También jugó de inicio Barrios, cuya potente irrupción en el primer equipo ha reducido su impacto en las últimas citas. Y Carlos Martín y Marco Moreno, del filial. Y Correa, el más ‘titular’ de todos ellos.
Entre el dolor y el drama del fallecimiento de su madre el pasado jueves, baja el domingo ante el Rayo, entre el apoyo de sus compañeros y del público en Vallecas y reincorporado el martes a los entrenamientos, este miércoles regresó al terreno como capitán, en la delantera, con ganas, activo, rápido, insistente, protagonista de las dos primeras ocasiones de su conjunto, ambas en el minuto 5, las dos paradas por el portero.
También fue el designado para el balón parado. Un córner suyo lo cabeceó Witsel contra el poste. Ya perdía por entonces el Atlético por 1-0. En el minuto 25, el conjunto rojiblanco lo hizo todo mal en la salida del balón y en la defensa posterior. Saúl cayó en la ‘trampa’ del Besiktas. Su pase al medio a Kondogbia fue la señal que necesitaba su adversario para la presión de hasta dos jugadores. Perdió la pelota el centrocampista, no cerró tampoco bien Saúl después, Witsel fue driblado por Ghezzal y por el otro lado corría Gedson Fernandes.
No alcanzó Doherty, víctima del despropósito anterior de la jugada de sus compañeros, a su adversario, que batió a Grbic por raso, en la primera ocasión -una de las dos, las más claras, que dispuso en todo el primer tiempo- del conjunto turco, a la espera de qué era capaz el Atlético, al que aguardaba en su territorio para lanzar el contragolpe.Ya lo había sufrido en el 1-0. Y reincidió: esta vez surgió Grbic, su rodilla y Marco Moreno.
En el minuto 65, Simeone cambió casi todo su once, menos el portero. Siguió Grbic. No jugó Oblak, indiscutible siempre. De su alineación titular este miércoles (suplente el próximo domingo contra el Almería) a la suplente en este amistoso pero que será la que jugará de inicio ante el conjunto andaluz en la vuelta a LaLiga Santander: Molina, Savic, Giménez, Hermoso, Carrasco, Llorente, Koke, De Paul, Morata y Griezmann. Los mismos del 1-2 al Rayo. Los once que componen el equipo tipo que maneja en sus actuales 12 choques invencible y en las cinco victorias consecutivas que acumula en LaLiga Santander.
Ya había reaccionado el Atlético, pero la ‘revolución’ fue un impulso más. En cuatro minutos, tres ocasiones. Llorente, Griezmann, Hermoso… Al filo del gol del empate, que no entró por milímetros en esos momentos, los mejores del equipo. Tampoco suficientes para alterar la derrota, que fue un hecho irrebatible en el minuto 87, cuando Savic regaló el 2-0 a Nkoudou para cerrar el partido benéfico en Estambul. El domingo es otra historia.