El agua siempre fluye en favor de la gravedad. Es precisamente por ello que resulta irónico que la mayor cantidad de agua dulce en nuestro planeta, exceptuando los casquetes polares, se encuentre acumulada en forma de hielo en las regiones de alta montaña de la Tierra. Así, se calcula que entre glaciares, lagos o humedales de alta montaña, más del 50% del agua dulce empleada por los seres humanos en la actualidad procede de las regiones montañosas de nuestro planeta, entre las cuales, por excelencia, la más abundante en el preciado recurso es la cordillera del Himalaya.
De hecho, del Himalaya depende en la actualidad el suministro hídrico de cerca de 1.900 millones de personas; aproximadamente un cuarto de la población mundial, por lo que el derretimiento de sus glaciares siempre ha sido un motivo de preocupación para los científicos.
Ahora, un nuevo estudio acaba de revelar que la pérdida de hielo anual en estos glaciares es mayor de la que se esperaba, algo que no resultan buenas noticias. Entre las conclusiones de la investigación, publicada en la revista especializada Nature Geoscience, el equipo dirigido por Zhang Guoqing, del Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana destaca que hasta ahora el deshielo anual en la región había sido subestimado entre un 6,5% y un 10%, un descuido que los científicos achacan a las limitaciones de las imágenes satelitales empleadas en este tipo de estudios, en las cuales resulta imposible predecir que cantidad de hielo se estaba derritiendo bajo los lagos glaciares.
Así, entre los años 2000 y 2020, los lagos glaciales de la región aumentaron un 47 % en número, un 33 % en superficie y un 42 % en volumen. Esta expansión resultó en una pérdida estimada de masa glaciar de alrededor de 2,7 Gigatoneladas, el equivalente aproximadamente a 550.000 pirámides de Giza; una pérdida no considerada por estudios previos ya que los datos satelitales utilizados solo pueden medir la superficie del agua del lago, pero no el hielo submarino que es reemplazado por agua.
“Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para comprender el impacto de los recursos hídricos regionales y las inundaciones repentinas de los lagos glaciares”, explica Guoqing. David Rounce, de la Universidad Carnegie Mellon y coautor del estudio señala por su parte que “a largo plazo, la pérdida de masa de los glaciares que terminan en lagos puede seguir siendo un factor importante que contribuye a la pérdida de masa total de hielo a lo largo del siglo XXI, ya que los glaciares con una pérdida de masa significativa pueden desaparecer más rápidamente en comparación con las proyecciones existentes.”
Ahora al tener en cuenta con mayor precisión la pérdida de masa de los glaciares, los investigadores pueden predecir mejor la futura disponibilidad de recursos hídricos en una región montañosa de la que depende la mayor cantidad de personas en el mundo.