Las alfombras, ese elemento que tenemos en nuestra casa para embellecer el suelo, darle más calor al ambiente y hacer de nuestro hogar un espacio más acogedor. Pero también ese elemento que requiere de especial limpieza, mantenimiento y no pocas veces nos genera algún que otro quebradero de cabeza.
Hay quienes prefieren simplificar el mantenimiento e higiene de su vivienda. O simplemente aquellos que prefieren tener el suelo de su casa desnudo. Para estos, la alfombra es un elemento prescindible. Pero otros muchos se mantienen fieles al tejido que dota a los hogares de mayor calidez.
Trucos tan insólitos como eficaces
En cualquier caso, siempre hay trucos de limpieza para muchos elementos. Algunos de ellos muy inesperados, pero igualmente eficaces. Es el caso de poner laurel debajo de la almohada, una práctica en extensión por todas las propiedades que tiene esta planta.
También hay quien coloca papel higiénico dentro de la nevera. Se trata de preparar una pequeña mezcla de bicarbonato de sodio y agua, empapar un rollo de papel higiénico por arriba y por abajo y meterlo en la nevera. El bicarbonato absorberá cualquier mal olor que se forme con el tiempo y nunca olerá nada.
También hay quien introduce una esponja en la lavadora, truco eficaz para aquellos que tengan mascotas y se encuentren con problemas por los pelos que estas pierden.
Espolvorear café en la alfombra
En el caso de las alfombras, hay un problema que con cierta frecuencia pasa con ellas: cuando desprende malos olores pese a que la hayas limpiado o lavado. Porque hay olores, como el de humedad, que son especialmente persistentes.
Cuando ocurre esto, se puede espolvorear algo de café molido por la alfombra y dejarlo actuar durante diez minutos. No te preocupes, no va a quedar ahí ensuciando tu bonita alfombra persa, ya que una vez se deje actuar, hay que aspirar los granos de café molido. En principio, esta técnica conseguirá atrapar o neutralizar los malos olores que desprenda el tejido.