¿Podrán escapar los corales al cambio climático?

Los arrecifes de coral están en peligro. El cambio climático está provocando un declive significativo de estas estructuras, que juegan un papel vital en la biodiversidad y los ecosistemas marinos. Un nuevo estudio muestra resultados muy preocupantes: a pesar de la gran capacidad de adaptación natural del coral, incluso un calentamiento global moderado podría provocar la destrucción de los arrecifes.

“Descubrimos que la capacidad de adaptación natural de los corales no es suficiente para evitar que los arrecifes se erosionen debido al cambio climático“, resalta Christopher Cornwall, de la Universidad Victoria de Wellington (Nueva Zelanda).

No será posible salvar a los corales “a menos que dejemos de emitir gases de efecto invernadero de inmediato y comencemos a desarrollar técnicas para eliminar los gases de nuestra atmósfera“, advierte el biólogo.

Las colonias de coral están sostenidas por un esqueleto rígido de carbonato de calcio, de estructura similar a los huesos de los vertebrados, rodeado de ‘pólipos’ blandos que parecen anémonas. Dentro de estos pólipos viven algas diminutas y microscópicas que proporcionan nutrición al coral.

Si bien el coral tiene un tiempo de generación muy largo (de años a décadas) que limita su capacidad de evolucionar en respuesta al estrés climático, las algas tienen tiempos de generación mucho más cortos que permiten una evolución rápida. Algunas algas tienen una tolerancia térmica más alta y los corales podrían ‘elegirlas’, absorbiendo las más tolerantes al calor.

Arrecife de coral. | unsplash

El artículo con el resultado de las investigaciones, publicado en la revista ‘Global Change Biology’, revela cómo la producción de carbonato de calcio podría cambiar bajo la influencia del cambio climático con y sin la evolución del coral, y la tolerancia de los arrecifes al calentamiento del agua de mar.

Confirmados los peores augurios

Los investigadores analizaron cómo se vería afectada la producción de carbonato de calcio en tres escenarios de emisión –y por lo tanto de calentamiento y acidificación– diferentes entre 2050 y 2100: el moderado (entre 0,7 y 0,98°C), el más probable (entre 0,87 y 1,59°C) y el pesimista (1 y 2,43°C).

Los resultados muestran que el crecimiento promedio de los arrecifes de coral a nivel mundial en los sitios examinados solo se mantuvo positivo bajo un calentamiento moderado, por debajo de 0,98ºC. Pero con matices.

“Solo entre el 9% y el 35% de los arrecifes seguirán creciendo en 2050 en escenarios moderados, pero en los océanos Atlántico e Índico todos se estarían erosionando. Y solo del 9% al 13% seguiría creciendo para 2050 si no se reducen de inmediato las emisiones de gases de efecto invernadero.

La investigación confirma los peores augurios: “La capacidad de adaptación natural del coral solo podrá garantizar tasas de crecimiento ligeramente mayores en escenarios de emisiones más bajas”, recoge el informe.

“Bajo los peores escenarios, sólo sobrevivirían 6 de los 201 arrecifes que examinamos”, alerta Cornwall. Así que existe una “necesidad inmediata” de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para conservar los arrecifes a largo plazo.

La Gran Barrera de Coral, en Australia. | Getty Images

Conservar los arrecifes de coral es fundamental para la biodiversidad: son parte crucial de los ecosistemas en las regiones tropicales y subtropicales, brindan hogar a casi una cuarta parte de la vida marina y ayudan a proteger las costas de la erosión, creando una barrera entre el océano y la costa.

“Ya hemos visto muchos daños con los eventos de blanqueamiento masivo de corales causados por las olas de calor marinas, pero su capacidad para persistir y continuar creciendo se verá fuertemente influenciada por el calentamiento continuo”, expresa el biólogo.

Especies más tolerantes al calor

Muchos corales no podrán adaptarse lo suficientemente rápido, y podríamos perder casi o la totalidad de su función ecológica en todo el mundo”, expone. Una solución podría ser propagar especies más tolerantes al calor con altas tasas de producción de carbonato de calcio en los hábitats de mayor riesgo.

“El desafío es que las especies más tolerantes al calor tienden a ser las que crecen más lentamente, y las que crecen más rápido son las más sensibles al calor. Así que, realmente, la mejor solución –quizá la única– es mantener el calentamiento por debajo de 1,5ºC e invertir en la eliminación de CO2“, indica Cornwall.

Entre los impactos del cambio climático en los corales destaca el blanqueamiento, que ocurre cuando expulsan a las algas simbióticas (zooxantelas) que viven en sus tejidos y les proporcionan nutrientes y color. Sin ellas, los corales pueden volverse más susceptibles a enfermedades y morir.

El aumento del CO2 en la atmósfera provoca la acidificación del océano, ya que se disuelve en el agua del mar, formando ácido carbónico. Esto reduce la disponibilidad de carbonato de calcio, esencial para la formación de los esqueletos de los corales, lo que dificulta su crecimiento y desarrollo.

El calentamiento global también contribuye al aumento del nivel del mar, lo perjudica a los corales y sus arrecifes, ya que reduce la cantidad de luz que llega a a las zonas superficiales y limita su crecimiento vertical.

El aumento de la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, como tormentas tropicales y huracanes, pueden causar daños físicos a los corales y a sus arrecifes.

Como resultado de estos factores, muchos arrecifes de coral se encuentran en estado de estrés o han sufrido daños graves, y se ha observado una disminución de la biodiversidad y de la cobertura coralina en muchas regiones.

Informe de referencia: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/gcb.16647

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