Cartulinas de colores colocadas en el suelo invitan a los presentes a escribir mensajes de apoyo a la familia de Iván. La primera la rellena una joven que escribe “Mucho ánimo, Iván. Por el derecho de todas las personas a decidir sobre su cuerpo y los tratamientos y terapias. Sin excepciones!”.
Casi un centenar de personas se congregaron este martes en la compostelana Praza do Toural para exigir que se detenga el tratamiento con terapia electroconvulsiva (TEC) que se está aplicando al joven arzuano ingresado, en contra de su voluntad y la de su familia, en la unidad de psiquiatría del Hospital Provincial de Conxo. Mientras el padre de Iván continúa con la huelga de hambre que inició el sábado a las puertas del hospital para exigir el traslado de su hijo a otro centro, los asistentes, convocados por la Asociación de Pacientes y Usuarios del CHUS, denunciaron lo que consideran una “violación” de la autonomía del paciente.
Hasta la fecha, Iván ha sido sometido a nueve electroshocks. Los presentes en la concentración defienden que existen terapias alternativas para tratar al joven, que permanece ingresado desde principios del mes de febrero en el Hospital de Conxo tras ser atendido por un cuadro psicótico, el primero que sufría según su padre. Dada su situación, evaluada por los psiquiatras en el hospital, y ante el “altísimo riesgo para su vida” que supone la “grave patología” que padece, según asegura un auto emitido por el magistrado del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Santiago, se determinó su ingreso judicial en el Hospital de Conxo, así como que se le aplique un tratamiento de electroshocks.
“Queremos que de una vez por todas dejen de aplicar los electroshocks y que le permitan salir del hospital. Lo que nos une hoy aquí es el apoyo a la familia de Iván. Ninguna persona con sentido común entiende el auto del juez (que autorizó la terapia). Hay una clara vulneración de los derechos del paciente“, dice Lidia, una de las asistentes, situada junto a una gran pancarta que reza “Liberdade para Iván. Stop electroshocks”. A su lado, Miguel Anxo pide al juez “que revise al auto”. “Este caso es difícil de entender. La OMS dice que la terapia electroconvulsiva sólo debe aplicarse con el beneplácito del paciente. A lo mejor el magistrado, con la vorágine del día a día, dio la razón al médico”, añade.
Rosalía, otra de las presentes, asegura que en Galicia “se vulneran derechos fundamentales” de pacientes con problemas de salud mental y pone el foco en los informes elaborados por el Defensor del Pueblo en noviembre de 2021 tras una visita al Hospital Psiquiátrico de Conxo, que denunciaban una serie de “irregularidades” como la falta de información clínica y social de los pacientes. Le cuesta hablar de la familia del joven arzuano sin emocionarse. “Juan Carlos (el padre de Iván) lleva sin comer desde el sábado por la mañana. Está sin fuerzas”, dice.
La asociación de pacientes, por su parte, destaca que la terapia electroconvulsiva no se utiliza en centros de Ourense ni de Pontevedra “por razones éticas”. También considera que la resolución judicial que autorizó los electroshocks no ampara “el derecho del paciente al consentimiento informado y lo priva de la tutela judicial, al no considerar válida su negativa al tratamiento e indagar sobre otras posibles alternativas de atención que concilien el derecho a la salud y la autodeterminación personal”.