El Día Mundial del Riñón fue creado por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) en el año 2006. El objetivo, como no podía ser otro, fue concienciar sobre la importancia de la detección de cualquier enfermedad renal de forma precoz, con el fin de poder tratarla y evitar su progresión y las posibles complicaciones derivadas.
En España, uno de cada siete adultos convive con Enfermedad Renal Crónica (ERC). Es la segunda enfermedad cuya mortalidad y discapacidad más aumentó entre los años 2006 y 2016, tras el Alzhéimer.
Sin embargo, los especialistas advierten de que dos de cada tres pacientes no saben que la padece porque se trata de una enfermedad silenciosa, que no presenta ningún tipo de sintomatología hasta que la dolencia está muy avanzada.
Así lo explica a este diario Pilar Pasarón, Government Affairs Head para AstraZeneca España, durante la puesta en marcha de la campaña que lleva por lema El diagnóstico precoz parte de ti.
“No se diagnostica hasta que está en un estadío muy avanzado. La ERC está asociada a una alta mortalidad. Y es que, un 30% de estos pacientes fallecen a causa de alguna enfermedad renal”.
En este sentido, Daniel Gallego, presidente de la Federación Nacional ALCER, remarca que:
“Es esencial concienciar de la importancia de los riñones porque la enfermedad renal es una gran desconocida para la población en general”.
Por eso, es esencial realizar revisiones de forma habitual, especialmente a partir de los 50 años. En estos casos, también deben incluir análisis de orina, ya que está íntimamente relacionada con la edad. A medida que cumplimos años, la capacidad renal disminuye.
No obstante, tampoco hay que olvidar los hábitos saludables, una buena alimentación y ejercicio físico, así como evitar el tabaco y el alcohol.
La ERC constituye, por sí misma, un factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares (ECV) al igual que la Hipertensión arterial (HTA), Diabetes Mellitus (DM), la obesidad, el tabaco y otras.
Hay tanta relación entre la Enfermedad Renal Crónica y la insuficiencia cardíaca y la diabetes, que la presencia de una de ellas promueve el desarrollo de la otra.
Diabetes tipo 2 y ERC: ¿por qué los diabéticos tienen más riesgo?
La diabetes tipo 2, una enfermedad que suele aparecer a partir de los 45 años y que afecta a unos 6 millones de españoles, es la principal causa de la Enfermedad Renal Crónica (ERC). Está relacionada con los altos niveles de glucosa en sangre y la falta de adherencia al tratamiento (toma de medicamento, seguimiento dietético y actividad física).
Según los datos que maneja la Federación Española de Diabetes (FEDE), el 15% de los pacientes con diabetes tipo 2 desarrollarán a lo largo de su vida alguna complicación relacionada con el riñón, que es lo que se conoce como enfermedad renal diabética.
“Se puede prevenir con revisiones rutinarias (cada seis meses o una vez al año, dependiendo de cada caso) para una detección precoz y con educación diabetológica, es decir, todas las herramientas necesarias para un buen control de la enfermedad, que van desde la alimentación, el deporte, funcionamiento de los medidores de glucosa en sangre y cómo se administran los medicamentos”, explica Mercedes Maderuelo, gerente de FEDE.
Cómo evoluciona la Enfermedad Renal Crónica
Etapa 1: Daño renal con función renal normal
Etapa2: Daño renal con pérdida de la función renal leve
Etapa 3A: Pérdida de la función renal de leve a moderada
Etapa 3B: Pérdida de la función renal de moderada a grave
Etapa 4: Pérdida de la función renal grave
Etapa5: Insuficiencia renal terminal
Los pacientes con diabetes e insuficiencia renal son un grupo de mayor riesgo, ya que pueden presentar más morbimortalidad y más episodios de hipoglucemias (nivel bajo de glucosa sanguínea) y de enfermedades cardiovasculares.
La enfermedad renal diabética es la principal causa de acabar necesitando un transplante.
Y además de estar asociada a una disminución de la calidad de vida, también aumenta las probabilidades de padecer otras enfermedades como
InfeccionesCáncerMuerte prematura.
Esta enfermedad afecta a la mayoría de las funciones del organismo, pero es muy probable que no produzca ningún tipo de síntoma durante un tiempo prolongado.
Y cuando se detecta, el estado de la enfermedad y suele ser muy avanzado, lo que conlleva tratamientos más agresivos y una pérdida de la calidad de vida para el paciente y sus familiares.
Una vez que la enfermedad ha avanzado, los pacientes pueden presentar una sintomatología muy diversa:
Hipertensión arterialFalta de apetitoSensación de falta de aire PicorFatiga.
Aunque la situación clínica sea estable, la diálisis es uno de los tratamientos que se deben empezar cuando la función renal está entre un 8-12%.
Pero, como destaca Maderuelo, es “uno de los factores más limitantes y discapacitantes”, porque las personas tienen que abandonar su vida, e incluso dejar de trabajar, además del “duro impacto psicológico” que supone para los pacientes.
De ahí la importancia del diagnóstico precoz y un abordaje integral. Y es que, una vez que se han superado los diez años desde el diagnóstico de la diabetes, se deben aumentar las revisiones para evitar las posibles complicaciones de la enfermedad.
Insuficiencia cardíaca: otro factor de riesgo para la ERC
Existe una relación directa entre las enfermedades renales y las cardiovasculares. Cecilia Salvador, representante de Cardioalianza señala que padecer estas dos patologías “empeora nuestro pronóstico”.
Esta paciente aboga por “campañas de screening precoz para contribuir a la detección precoz de estas enfermedades y, por consiguiente, disminuir la carga de complicaciones”.