“La minería submarina destruye los fondos oceánicos, pone en peligro la subsistencia de animales marinos y especies aún por descubrir y empeora la crisis climática“, asegura Greenpeace, que ha lanzado la campaña de firmas ‘Stop minería submarina’. En apenas unos días, ha conseguido más de 368.000 rúbricas. El objetivo es llegar al millón.
“El fondo marino parecía la última frontera. Pensábamos que sus ecosistemas estarían a salvo de la avaricia de las grandes corporaciones. No ha sido así”, alerta Greenpeace en la página web en la que recoge las firmas. “Quieren hacer lo impensable: destruir los fondos marinos para extraer materiales valiosos. Ecosistemas perdidos a cambio de sus beneficios”, añade.
Greenpeace alerta de que un grupo de países se ha aliado con algunas empresas mineras para convertir esa zona inexplorada en su nueva fuente de ingresos. “Para hacerlo, no dudan en sacrificar la vida que alojan, su importancia en el control de los niveles de CO2 del planeta y la sostenibilidad de los ecosistemas marinos en conjunto”, denuncia.
“Usando un atajo legal, quieren obtener permiso este año para bajar enormes excavadoras y perforadoras al lecho marino para empezar a extraer los valiosos minerales que atesora”, critica. “Quieren hacer en las profundidades marinas lo que ya han hecho en tantas zonas del planeta: destruirlas por su interés económico. Y esta vez, no podemos permitirlo”, clama la ONG.
España y el resto de países que conforman el ISA (Autoridad Internacional del Fondo Marino) tienen el poder para evitar la “devastación de nuestros fondos marinos antes de que sea tarde. Y deben hacerlo”, señala el colectivo conservacionista. Pero las negociaciones habidas en las últimas semanas en el seno de la ISA no han dado el fruto que esperaba Greenpeace.
Daños irreparables
“Las negociaciones (de la ISA) no han abordado las preocupaciones de los científicos y los pueblos indígenas y ahora, incluso en ausencia de normas y reglamentos, los intereses de la minería submarina pretenden obligar a los gobiernos mediante un controvertido proceso legal a considerar y aprobar provisionalmente una solicitud de minería submarina, en cualquier momento después del 9 de julio”, señala.
Tres son las razones principales que Greenpeace expone en contra de la actividad minera en el lecho marino:
1 “Producirá un daño irreparable a uno de nuestros mejores aliados contra el cambio climático, ya que los fondos marinos son un almacén “muy importante” para el denominado “carbono azul”, el capturado por los océanos, los ecosistemas costeros y los organismos que viven en ellos, y se almacena en forma de biomasa y sedimentos en el fondo del mar”.
2 “Impactará en la cadena alimentaria y las pesquerías, ya que el daño generado en las especies marinas afectaría a toda la cadena alimentaria oceánica, e incluso podría provocar la extinción de especies únicas. La minería submarina podría reducir las capturas de la flota española como consecuencia de las nubes de sedimentos provocadas por esa actividad”.
3 “Dañará irreparablemente las especies marinas, pues en las profundidades oceánicas se encuentran auténticos ‘oasis’ para ellas. Algunas especies dependen de estos sustratos para vivir, como ocurre con las especies de corales y esponjas. También generará columnas de sedimentos que dañarán distintos hábitats, incluso a kilómetros de distancia”.
Las advertencias de Greenpeace coinciden con las conclusiones de un estudio científico que acaba de publicar ‘Fauna & Flora Internacional’. Según esta investigación, los daños causados por la minería en los fondos marinos serían “extensos e irreversibles: una vez perdida, la biodiversidad de aguas profundas será imposible de restaurar”.
Un año crítico para los océanos
“Este es un año crítico para el futuro de nuestros océanos“, alerta Catherine Weller, directora de Políticas Globales de Fauna y Flora, que sostiene que en 2021 se acordó una moratoria para la minería en aguas profundas hasta que se comprendieran los riesgos “en su totalidad” y se pudiera garantizar “una protección eficaz”.
“Nuestra investigación demuestra inequívocamente que esto aún está lejos de la realidad y, por lo tanto, instamos a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos a evitar que se otorguen contratos mineros prematuramente y adoptar otra moratoria sobre la minería en aguas profundas“, añade Weller.
La presión de las grandes empresas del sector para impulsar la minería subterránea se debe a la creciente demanda de metales, como el litio, el cobre y el níquel, y al agotamiento de los recursos terrestres.
Los científicos advierten de que esa actividad comporta severos riesgos e impactos, no solo en los ecosistemas marinos, también en el importante papel del océano en la regulación del clima. La minería submarina podría contribuir a la crisis climática a través de la alteración de los depósitos de carbono en los sedimentos marinos y la interrupción del ciclo del carbono y los procesos de almacenamiento.
“Sabemos menos sobre las profundidades marinas que cualquier otro lugar del planeta; más del 75% del lecho marino sigue sin cartografiarse y menos del 1% de las profundidades oceánicas ha sido explorado”alerta Sophie Benbow, directora de Marina de Fauna y Flora.
“Sin embargo, lo que sí sabemos es que el océano desempeña un papel fundamental en el funcionamiento básico de nuestro planeta y, por lo tanto, proteger su delicado ecosistema no solo es fundamental para la biodiversidad marina, sino para toda la vida en la Tierra“, concluye.
Recogida de firmas contra la minería submarina: https://es.greenpeace.org/es/que-puedes-hacer-tu/peticiones/stop-mineria-submarina/
Informe de ‘Fauna y Flora Internacional’ sobre la minería submarina: https://phys.org/news/2023-03-deep-seabed-extensive-irreversible-reveals.html
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