Laporta quiere protagonizar una segunda revolución en el Barça. El presidente pretende construir un equipo campeón a toda costa. Y sabe que con la transformación que ha efectuado en el vestuario en el último año y medio no hay suficiente. A pesar de haber invertido más de 200 millones de euros en fichajes, no ha bastado para competir en Europa. Al doble fracaso de la Champions y la Europa League se ha unido ahora la dolorosa eliminación en la Copa. Tres debacles que han obligado a Laporta a reaccionar.
El triunfo en la Supercopa de España y el más que probable título de Liga (12 puntos de ventaja a 11 jornadas del final) permiten calificar la temporada de buena. Sobre todo teniendo en cuenta de dónde venimos. Pero se precisa más. Porque la versión 2.0 del círculo virtuoso necesita mayores éxitos para rodar con fuerza. El Barça debe poder competir con los grandes equipos continentales. Y debe mejorar mucho su plantilla para lograrlo. De ahí que Laporta esté trabajando a marchas forzadas en esta nueva revolución que será tremendamente difícil de gestionar por los condicionantes económicos a los que se enfrenta el club blaugrana.
Este verano no valen las palancas. Los ingresos deben llegar de la venta de futbolistas al mismo tiempo que se rebaja en 200 millones la masa salarial para conseguir el ‘fair play’ indispensable para hacer posible la inscripción de nuevos jugadores. Con el regreso de Messi en el horizonte como bandera de esta segunda revolución, Laporta debe presentar un plan de viabilidad que Tebas acepte. No será nada fácil. Pero el presidente ya se ha acostumbrado a hacer ‘magia’ en estos tiempos de crisis.
MÁS TALENTO EN ATAQUE
Mejorar el ataque es uno de los principales objetivos. Xavi quiere delanteros desequilibrantes y talento en el centro del campo. Más calidad en la creación y en la definición para conseguir un equipo más solvente en los compromisos de gran nivel. La goleada sufrida ante el Madrid en el Spotify Camp Nou quitó, definitivamente, la venda de los ojos a los que creían que este Barça ya estaba completo y solo le faltaba rodaje en la Champions. Nada más lejos de la realidad.
El 0-4, errores individuales aparte, fue un aviso definitivo que hizo saltar todas las alarmas. Hay que seguir ahondando en la transformación de la plantilla hasta que adquiera el nivel imprescindible para competir en condiciones en Europa. Será una tarea compleja que implicará de mucha imaginación… y mucha suerte.