Una “zona cero” y control de matrículas blindará los partidos del Barça en Montjuïc

Ayuntamiento de Barcelona y FC Barcelona ya están inmersos en los preparativos de seguridad y movilidad que requiere el traslado temporal del club al estadio Lluís Companys de Montjuïc. La Guàrdia Urbana ha recibido la misión de coordinar una serie de reuniones operativas, que empezaron el pasado miércoles 29 de marzo, y que aúnan diversas áreas municipales y responsables blaugranas. Las citas no tienen periodicidad fija y se convocan una a una, pero lógicamente se acelerarán a medida que se acerque la mudanza del Barça. El primer partido en Montjuïc no tiene fecha anunciada pero se espera para el mes de septiembre.

Las reuniones no parten de cero, sino que liman detalles y concretan las medidas de un plan preliminar que el consistorio encargó a la consultora Doymo. El documento, al que ha tenido acceso El Periódico, del grupo Prensa Ibérica, se actualizó este febrero e incluye desde estrategias de aparcamiento y lanzaderas hasta el blindaje de seguridad del estadio con una zona cero muy restringida.

“Es un borrador, una primera propuesta que nos sirve de base para empezar a trabajar”, detalla Manuel Valdés, gerente de Movilidad e Infraestructuras del Ayuntamiento de Barcelona. Como ya se ha publicado este marzo, la gran hipótesis inicial es que asistirán al estadio unos 55.000 espectadores cada partido, además de trabajadores de la Anella Olímpica y jugadores y técnicos. Y que tres cuartas partes de la afición llegará sin vehículo propio: a pie (17%), en metro (31%), bus (8%), tren/FGC (4%), taxi o VTC (4%) o en el autocar de una peña u otros colectivos (11%).

Un millar de autorizados

Pero aún queda un 25% de asistentes previstos que querrán acceder –o acercarse, al menos– a la montaña en coche (15%) o moto (8%). El último 2% de público de este puzle son los únicos privilegiados que podrán llegar hasta el estadio en su propio vehículo. Y es que club y consistorio están de acuerdo en permitir el paso a dos colectivos que supondrán alrededor de 1.100 personas por partido: los VIP y las personas con movilidad reducida. El propio club será quién determine quién integra el listado VIP, que incluiría seguro a los jugadores y cuerpo técnico y a personal del club.

¿Cómo filtrar este acceso restringido? Éste es uno de los temas a debate. La consultora Doymo propone 3 cámaras móviles de control de matrículas, ampliables con 11 más a posteriori. Este dispositivo ya se usa en la ciudad, por ejemplo en el carril exclusivo para vecinos de la Rambla o en la Zona de Bajas Emisiones de las rondas. No son radares ni videovigilancia, solo ‘ven’ números de matrícula.

Preguntado por estos dispositivos, Valdés avisa que no son la única opción sobre la mesa: “No es seguro que habrá cámaras, porque el control de acceso se puede hacer bien también con otros métodos, como vigilantes de zona con una PDA, logotipos en los vehículos autorizados…”. “Elegiremos el método que sea más efectivo para comprobar los permisos y más ágil para evitar colas”, promete.

La decisión deberá estar tomada “antes del verano”, pero Valdés avanza que “del primer partido al segundo pueden haber correcciones” porque la puesta en práctica será determinante. Además de los VIP futbolísticos, el gerente de movilidad municipal abre la puerta a que residentes en la montaña y trabajadores de otros equipamientos cercanos también puedan entrar en la zona de acceso limitado.

Zona cero confinada y checkpoints

Lo que sí está claro es que el entorno más inmediato del estadio será inaccesible, quedará totalmente confinado. Tres cortes de tráfico estratégicos, con barreras ‘New Jersey’ de hormigón en el asfalto, impedirán el acceso de cualquier vehículo para proteger la masa de atropellos y atentados. El perímetro podría ser un poco más amplio que los días de grandes conciertos y acontecimientos, en los que ya se aplica esta metodología de blindaje.

La propuesta de la consultora es impedir llegar al paseo Olímpic desde la avenida Miramar y la calle Doctor Font i Quer, y cortar la avenida del Estadio a la altura del Jardín Botánico. La ubicación definitiva la decidirán Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana. “Las ‘zonas cero’ son una metodología que ya se aplica en grandes concentraciones de personas para evitar riesgos, de hecho también se usa en el Camp Nou al cortar la Travessera de les Corts”, indica el gerente.

Como segunda corona de restricción, Doymo prevé ocho puntos de control de tráfico que funcionarían a modo de checkpoint. Estarían en rotondas o intersecciones, para poder desviar a quién no pase el filtro. Solo podrían cruzarlos los 1.100 vehículos de la lista autorizada y las lanzadoras públicas, los autocares de las peñas blaugranas y los taxis y VTC, colectivos que deberán dirigirse a zonas de estacionamiento específicas. En este sentido, el plan identifica hasta 9 solares y 4 tramos de calle aptos para un uso temporal como parking.

En definitiva, la mudanza del Barça invita a ensayar cambios de movilidad en Montjuïc. En especial la continuidad del tráfico privado, que está llamado a reducirse progresivamente de aquí a 2029, cuando se conmemore el centenario de la Exposición Universal. Sin buscarlo, el Barça se erige como palanca para el revulsivo que la montaña espera desde hace tantos años.

 

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