Hace un año, el propio Laporta admitía en New York que “me siento en deuda con Messi. Deseo que el capítulo aún no haya terminado en el Barça y es nuestra responsabilidad conseguir que siga abierto y tenga un final mucho más esplendoroso de cómo fue”. A finales del pasado mes de diciembre ya aparecían titulares en la prensa sobre la voluntad de Joan Laporta, presidente del Barcelona, de buscar un acercamiento con Leo Messi para su regreso al club.
El Barcelona lleva tiempo alimentando la vuelta de Messi en el FC Barcelona. El último episodio fue el protagonizado por Rafa Yuste, el vicepresidente, que admitía que “estamos en contacto con la familia, sí” para provocar la vuelta de Leo Messi.
Todo ello año y medio después de su salida por la puerta trasera de la entidad tras muchos años de éxitos. La razón de su marcha fue la obligación del club de rebajar la masa salarial, disparada. Era la única manera para aligerar ese peso, dijeron.
Han pasado mucho tiempo y seguimos con el mismo escenario. La Liga obliga al Barcelona a rebajar la masa salarial con unos 200 millones de euros y, paradójicamente, el Barça habla sin tapujos de la vuelta de Leo Messi. ¿Cómo es que hace dos años no fuera posible que Messi siguiera y ahora, con similar escenario, sea posible? ¿Qué ha cambiado cuando las exigencias de la Liga parecen ser las mismas?
Hay que tener en cuenta que la Liga busca un equilibrio económico entre los ingresos y los gastos. Si la losa de las exigencias de la Liga sigue siendo tan pesada es que durante estos dos años el club no ha sabido encontrar respuestas económicas para aumentar sus ingresos.
¿Y por qué no han aumentado los ingresos? Debe haber muchas razones pero una, sin duda, es la ausencia de un jugador insignia con el que los sponsors quieran asociar su imagen. Y es que es muy diferente que Messi esté en el club o no lo esté. El Barça perdió más que ganó con la marcha de Leo.
De hecho, Florentino renació al Madrid fichando galácticos para atraer sponsor y aumentar así sus ingresos. Y lo logró. El Barça, por su parte, echó a su bandera. Una mala solución de la que, dos años después, todavía se pagan las consecuencias. Ahora parece que se han dado cuenta del error tanto económico como sentimental, según las declaraciones de unos y otros.
Pero el primer paso para que Messi decida retomar su camino en Barcelona debe ser la llamada del presidente, algo que todavía no se ha producido. Entonces… ¿por qué el Barça lleva más de un año diciendo un cosa que luego no hace?