La Guardia Civil llora una gran pérdida. La del agente de la agrupación de Tráfico Dámaso Guillén, fallecido a sus 49 años tras ser atropellado por un delincuente a la fuga en Beifar (Pravia, Asturias). Los compañeros, que le recordarán para siempre como un hombre “alegre y extrovertido”, han sido golpeados por la tragedia, que segó la vida de Dámaso cuando cumplía con su deber escoltando en su moto una prueba ciclista de jóvenes.
Y precisamente en el cumplimiento de su deber falleció heroicamente, logrando evitar que el delincuente que huía con un coche robado en sentido contrario a la carrera ciclista, tras hacer caso omiso de otros agentes, se estampase directamente con el pelotón de deportistas. “Evitó una tragedia mayor, si no hubiese frenado contra él, si no hubiese parado el coche, hubiese matado al otro compañero que estaba con él y a la mayoría del pelotón, en el que iban unos treinta chicos de cadete”, cuenta un compañero.
“Salvó a muchas personas porque, si no llega a parar el coche, se hubiera llevado el pelotón por delante”, dijo el presidente de la Escuela de Ciclismo Santi Pérez de Grado, Manuel Prieto, organizador de la prueba ciclista, el Trofeo Santiago y Santa Ana de Ciclismo Junior. Unas declaraciones a las que también se sumó la Federación de Ciclismo del Principado de Asturias. “Fue una actuación heroica”, destacó Prieto.
Nuestro más sentido pésame para la familia, compañeros y amigos de Dámaso, guardia civil de la Agrupación de Tráfico de #Asturias fallecido hoy en acto de servicio mientras protegía una prueba ciclista.
Duerme en paz, Hermano. pic.twitter.com/KVYSbjksw0
— Guardia Civil 🇪🇸 (@guardiacivil) 1 de abril de 2023
Dámaso Guillén era natural de Jaén, aunque desde 2008 se encontraba destinado en el cuartel de Rubín, en Oviedo, en el destacamento de Tráfico. En la ciudad era una persona muy conocida por su carácter “alegre y extrovertido”, recuerda un compañero. Estaba casado y su mujer trabaja en los quirófanos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Deja una hija. En la memoria deja un recuerdo alegre como compañero y amigo, pero triste por su prematura y heroica partida.