Valerón: “Pedri hacía cosas con 18 años que yo era incapaz a esa edad”

Juan Carlos Valerón (47 años, Arguineguín) reconoce secuelas de su etapa como futbolista cuando se levanta de la cama. Es habitual entre los exjugadores: molestias que conectan con un pasado de éxitos pero también de lesiones. Algunos cuando cuelgan las botas no quieren saber nada más de la pelota. Otros como Valerón siguen jugando algún partidillo para matar el gusanillo y deciden volver al verde como entrenador.    

Como futbolista tenías una vida organizada y mucha popularidad, ¿cómo fue el proceso de colgar las botas y pasar a esa especie de kilómetro cero? 

Todos los jugadores pasamos por esa fase y no es sencillo. Al principio cuesta porque llevas una vida muy marcada y dejas de hacer lo que ha definido toda tu vida. Entonces te pones a pensar: qué hago ahora, dónde voy, cómo me reorganizo. Yo tuve la suerte de que pude seguir trabajando en Las Palmas y me pude sacar el título de entrenador. A partir de ahí, cuando tuve claro que entrenador quería ser, empecé a caminar.

¿Tus entrenadores te imaginaban en los banquillos?

[Sonríe]. Habría que preguntarles. Por mi forma de jugar y entender el juego muchos entrenadores me decían que tenía posibilidades. Fernando Vázquez me dijo: ‘tranquilo, sólo tienes que desarrollar lo que tienes en la cabeza’. Esas cosas ayudan porque no estoy aquí con la intención de triunfar por triunfar sino de ofrecer algo mío.

Hay técnicos que son flexibles con el estilo y otros que son radicales ¿qué fútbol siente el Valerón entrenador?

Un entrenador tiene que apostar por lo que siente. Si no te lo crees, no te seguirán los futbolistas. Tuve la suerte de estar con Guardiola en Manchester por mi trabajo final del curso de entrenador y hablamos de eso. 

¿Fue un encuentro muy largo?

No, fue una charla pequeña pero muy productiva. Tampoco tuvimos mucho tiempo, simplemente quería conversar un poco con él. Tuve la suerte de tenerlo de compañero en la selección y todos los que han estado cerca de Pep te dicen lo mismo: ya se le veía que tenía sus ideas y ahí está. Lo que más le pregunté fueron consejos de cuando empiezas y tratas de ordenar tus ideas; sobre cómo entrenar para que el equipo se comporte en el campo cómo quieres. Me habló de sentido común y de crear un contexto para que los jugadores puedan expresarse de la mejor manera. Al final son las habilidades de los jugadores las que van a resolver las situaciones que te plantean los rivales.

¿Cuál es el gran reto de un entrenador? 

Creo que tienes que estar preparado para ajustar tu propuesta constantemente, porque el fútbol de hoy es muy dinámico. Todos tenemos nuestras ideas, pero lo más importante es hacer lo que más te interesa en función de los jugadores que tienes. Más que un sistema lo importante es ocupar los espacios de forma racional y crear sociedades en el campo.

Míchel, el técnico del Girona, destacaba hace unas semanas la soledad del entrenador y cómo trabajaba con un psicólogo ¿Has trabajado con alguno?

Como jugador nunca tuve la necesidad de acudir a un psicólogo, aunque pasé por situaciones complicadas. Al final va con la persona. Cuando te metes a entrenador, tienes que saber a lo que te vas a enfrentar. Sé que voy a estar solo y voy a tener que gestionar talentos y personas. Construir un equipo es gestionar relaciones personales.

Cuando preguntas a alguien por Juan Carlos Valerón, todo el mundo dice que eres un trozo de pan. ¿Hay que ser un poco cabrón para ser un buen primer entrenador?

[Sonríe]. No, no creo que haya que ser un poco cabrón para nada en la vida. Yo tengo mi personalidad. Los conflictos forman parte de la profesión pero cada uno tiene su forma de hacer las cosas. Lo importante es tener las ideas claras para que te sigan. 

¿Pedri tiene cosas de Valerón? 

[Se lo piensa]. Siempre me cuestan las comparaciones. Pero sí que es verdad que los jugadores canarios tenemos características similares. Silva, Pedri, Moleiro… Lo que hace a Pedri especial, que yo era incapaz, es hacer lo que hacíamos en nuestra madurez, pero con 18 años. Eso es lo más difícil. 

¿Moleiro tiene potencial Barça?  

Potencial seguro. Sí es verdad que se adapta al estilo Barça y, con la línea que lleva, va a ser difícil que esté muchos años en Las Palmas. Como Pedri son jugadores especiales, diferentes, de los que todo el mundo está buscando.

¿Qué lo hace especial?

Todos los que conocemos esta profesión sabemos lo difícil que es crear desajustes, encontrar espacios y encima ser eficiente. Moleiro es ese tipo de jugador.

¿Por qué hay ese patrón con los jugadores de Las Canarias?

Aquí siempre hemos sido mucho de fútbol en la calle y la playa. El clima te permita jugar mucho y eso condiciona las características de los futbolistas. Es un poco lo que pasa en la propia península: los jugadores del sud tienen unas características distintas a los del norte. 

Una tanda de preguntas rápidas sobre tu etapa como futbolista. La primera: el jugador que más te costaba superar…

Me acuerdo mucho de Mario cuando jugaba en el Valladolid, que luego lo fichó el Barça. No podía con él, no había manera y no necesitaba hacerme ni una falta. 

El jugador más bromista…

Capdevila. Es el compañero que he tenido que cuenta los chistes más malos, pero te reías igual. 

El futbolista con el que más te has entendido…

Siempre he tenido una relación muy especial con los delanteros. Por mi forma de jugar, seguramente, Tristán y Makaay.

Tristán aseguró en una entrevista a ‘Relevo’ que se llevaba la mala fama de ese Deportivo, pero que salía todo el equipo, ¿Valerón salía?

Cuando eres joven, claro que sales. Lo que pasa es yo lo que hacía cuando se podía. Pero el fútbol ha cambiado: ya no es solo ir a entrenar y jugar los partidos. Es cómo te alimentas, cómo descansas. Si no haces estas cosas, no te llega.

El futbolista que te ha impresionado más…

Roberto Carlos. Lo tenía todo. Impresionaba esa mezcla de potencia y calidad. Jugaba con una marcha más.

El jugador en el que te has visto más reflejado….

Me marcaron mucho futbolistas que jugaban en mi posición como Laudrup, Rui Costa o Aimar. Los que eran capaces de encontrar el pase en la zona más difícil del campo, ahí donde realmente aparece el peligro, donde dejas a tu compañero delante del portero. 

¿Cómo es jugar al lado de Djalminha?

Cuando llegué al Deportivo se me abrió un nuevo mundo porque ahí empecé a conocer jugadores de los que yo llamo élite. Con una mentalidad y unas características muy especiales. ‘Djalma’, Mauro, Naybet, Donato, Makaay, Fran… Ahí aprendes un poco el oficio. Djalma transmitía una gran tranquilidad: era capaz de estar rodeado de contrarios y encontrar soluciones. Aprendí mucho porque ocupábamos espacios parecidos y me fijaba en él. 

La camiseta que guardas con más cariño de un rival…

Pues mira, nunca fui de pedir camisetas. Por mi timidez me daba vergüenza. Y además siempre había en tu equipo los típicos que acaparaban. Pero tengo una camiseta de Iniesta muy especial para mí, de mi último año como profesional cuando fui a Barcelona. 

Una decisión de la que te hayas arrepentido en tu carrera…

He cometido errores, pero no me arrepiento de nada, porque siempre intentó ver para qué me han valido. Me quedo con lo que siempre me dice un amigo: la experiencia no es lo que te pasa, sino lo que haces con ello.

 

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