“Encontré por accidente que los rayos penetraban el papel negro. Luego utilicé otros papeles, madera y libros, pero todavía seguía creyendo que era víctima de un engaño. Por último, utilicé papel fotográfico y el experimento fue culminado con éxito”. Con estas palabras se dirigía Wilhelm Conrad Röntgen al auditorio de la reunión de la Sociedad Físico-Médica de Würzburg celebrada la noche de 23 de enero de 1896, semanas después de la publicación de sus hallazgos en el volumen del año 1895 de las Sitzungsberichte der Physikalisch-Medizinischem Gesellschaft es decir, las Actas de la Sociedad Física-Médica de Alemania.
Röntgen descubrió los rayos X la noche del viernes 8 de noviembre de 1895 -a los cuales nombró con la letra que designa la incógnita para subrayar el hecho de su naturaleza desconocida- mientras realizaba experimentos con tubos de vacío y un generador eléctrico. Durante la citada reunión, Röntgen exhibió varias imágenes tomadas por rayos X, entre ellas, las de varias pesas en una caja, una brújula, un cable enrollado en un trozo de madera, su propia escopeta o la imagen de una mano humana como la que apreciamos en esta fotografía, perteneciente a su esposa, Anna Bertha Ludwig. Seis años después, en 1901 recibió el Primer Premio Nobel en física, por su gran contribución al avance de la ciencia. También en su honor recibe su nombre la unidad de medida de la exposición a la radiación, establecida en 1928.