Nuevo mazazo europeo para el PSG en una noche de VAR

El VAR se erigió como el principal protagonista de la victoria del Wolfsburgo sobre el París Saint-Germain (0-1) en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones marcada por dos jugadas clave con una diferencia de apenas un par de minutos: de un posible penalti no pitado en un área, se pasó a otro que transformó Dominique Janssen, autora del único tanto del duelo.

La línea para pasar de la euforia a la decepción a veces es muy fina. El PSG la traspasó en la segunda parte, cuando a falta de media hora pasó de celebrar la opción de marcar desde los once metros por un derribo dentro del área de Sakina Karchaoui a lamentar una mano de Élisa Almeida que concedió la árbitro Rebecca Welch. Janssen no falló y los fantasmas europeos volvieron al Parque de los Príncipes.

Y es que, con el mal recuerdo del primer equipo masculino, el PSG femenino se presentó en su estadio con ganas de dar una alegría a sus aficionados, decepcionados una vez más en Europa hace apenas un par de semanas. La cima continental se le ha escapado a las dos secciones año tras año e incluso ambas han perdido finales.

En el caso del París Saint-Germain femenino, sucumbió frente al F.F.C Fráncfort en la temporada 2014/15 y ante el Olympique Lyon en los penaltis en la edición de la 2016/17. De momento, no han vuelto a presentarse en otra final y las sensaciones no eran buenas para el cuadro francés después de una fase de grupos complicada.

Superadas por el Chelsea, sólo fueron capaces de ganar con claridad al débil Vllaznia de Albania. Se jugó el pase con el Real Madrid y pasó por los pelos. Todo lo contrario que el Wolfsburgo, más consistente y fiable para conseguir el liderato del grupo B por encima del Roma con un arma poderosa: Ewa Pajor.

La delantera polaca y sus siete goles que la convierten en la máxima goleadora de la Liga de Campeones, era la principal amenaza para el París Saint-Germain. Las centrales Élisa de Almeida y Grace Geyoro tenían una misión complicada entre manos, porque frenar a Pajor no es fácil.

Sin embargo, en la primera parte, ambas cumplieron con nota. Pajor, siempre buscada por sus compañeras, en ningún momento consiguió sobrepasar a las dos jugadores del PSG y el dominio del Wolfsburgo no se tradujo en ninguna ocasión clara. Mientras, el equipo dirigido por Gérard Prêcheur, al contragolpe, sí consiguió inquietar a la portería defendida por Merle Frohms.

La guardameta del Wolfsburgo frenó las dos únicas ocasiones del PSG. La primera, en las botas de Kadidiatou Diani, que lo intentó con un disparo manso al inicio del choque. Y, la segunda, a la media hora, cuando detuvo en seco a Ramona Bachmann, que después de sentar en el área a Marina Hegering se encontró con las piernas salvadoras de Frohms.

A Hegerin aún le esperaba otro sobresalto al inicio de la segunda parte. La central del Wolfsburgo chocó pierna contra pierna con Karchaoui y el Parque de los Príncipes celebró un penalti que el VAR retiró con muchas dudas. El Wolfsburgo se salvó por los pelos y, prácticamente en la siguiente jugada, el VAR se decantó de nuevo del lado germano.

Welch, tras ver unas imágenes por una posible mano de Élisa de Almeida dentro del área, señaló una pena máxima que no falló Janssen. El PSG pasó en un momento de la gloria a la decepción y con una jugadora menos por la expulsión de De Almeida (vio dos amarillas) apretó sin éxito hasta el final.

En el palco, Nasser Al-Khelaïfi, con cara de circunstancias, tal vez barruntaba otra eliminación en la Liga de Campeones. El Wolfsburgo inició el camino para recoger el testigo del Bayern Múnich y, de momento, si no hay remontada en la vuelta, dos equipos alemanes amargarán la existencia continental al PSG. En esta ocasión, el VAR fue decisivo.

 

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