Mercedes González: guerrera, azote del PP y fiel a Pedro Sánchez

Hace solo tres semanas, Mercedes González parecía haber perdido su última batalla en Madrid. La aún delegada del Gobierno en Madrid y secretaria general del PSOE en la ciudad de Madrid tuvo que ceder en la elaboración de la lista para la candidatura a la alcaldía de Madrid que lidera la ministra Reyes Maroto. Era la última pieza a la que podía agarrarse tras haber sido desbancada como número uno de la lista hace unos meses, pero Pedro Sánchez ha sabido recompensar con creces los sacrificios de González por el partido.

La ya ex delegada del Gobierno presenta como hoja de servicios para la Dirección General de la Guardia Civil su experiencia municipal y su labor al frente de una administración de la que solo se oye hablar cuando algo marcha mal. Manifestaciones descontroladas, actuaciones policiales puestas en cuestión y también polémicas por el intercambio de declaraciones y mensajes cruzados con sus rivales políticos en Madrid. 

Proyección mediática

La ahora directora general de la Guardia Civil pasó de edil en el Ayuntamiento de la capital a delegada del Gobierno con el objetivo de que este cargo le sirviera para ganar presencia, espacio mediático y proyectar así su imagen como posible alternativa a José Luis Martínez Almeida. Lo intentó, protagonizó incluso varios rifi rafes públicos con el propio alcalde y con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con quien nunca ha conseguido la sintonía que sí logró con Almeida tras seis años como concejal en el consistorio. Pero las encuestas internas no traducían esa exposición en conocimiento ni valoraciones suficientemente buenas como para que Sánchez apostara por ella como estaba previsto.

Así, González perdió la oportunidad de convertirse en candidata al Ayuntamiento de Madrid. Su cercanía con Pedro Sánchez, su relación personal, hacía pensar en la propia formación que no la dejaría caer, pero finalmente la elegida, tras semanas de incertidumbre, fue Reyes Maroto. Esta decisión se sumaba a una serie de decepciones en la carrera de González que ella ha intentado siempre que no salpicaran a Ferraz ni al partido, aunque su malestar fuera evidente.

Decepciones en Madrid

La primera de ellas llegó en 2019, cuando Sánchez prefirió a un paracaidista como Pepu Hernández para liderar las listas contra Almeida. En aquel momento, el ahora alcalde tenía una popularidad y un conocimiento entre la opinión pública muy inferior al de ahora, y González pensó que podría tener posibilidades.

Pero no fue así. De ahí, una vez que quedó en evidencia que Hernández no repetiría, saltó a la Delegación del Gobierno. Quiso desde allí, según revelaron entonces fuentes socialistas, dar el salto directamente a la secretaría general del PSOE de Madrid, pero Ferraz evitó que la competencia por ese puesto se convirtiera en una escabechina interna y consiguió que ella no se presentara y solo Juan Lobato y Javier Ayala concurrieran a las primarias. Una vez que ganó las primarias, Lobato no tuvo problema en aceptar que González asumiera la responsabilidad máxima en la agrupación de Madrid ciudad. Pero eso no garantizaba necesariamente la candidatura al ayuntamiento, algo que ella misma repitió en varias ocasiones en aquel momento.

Listas de Madrid

Y efectivamente, a finales de 2022 Ferraz optó por otra candidata. Aún cabía la opción, en cualquier caso, de trabajar en las listas para que si la aún ministra no obtenía un buen resultado González tuviera el control del grupo parlamentario colocando a sus afines en los puestos de salida. Otra batalla perdida.

El borrador de la lista se filtró y empezó la revuelta interna, Maroto entendió que no era una buena manera de afrontar la candidatura y, según fuentes del partido, asumió como propias las recomendaciones de su directora de campaña, la también edil Enma López y el diputado autonómico Enrique Rico. “Las posturas están enfrentadas”, recalcaban en la formación apenas un día antes de que tuviera que ser ratificada en el comité regional. Al final, mediación de Lobato y Ferraz mediante, Maroto logró imponerse y presentar una lista feminista con la ex secretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo, como número dos y persona de confianza. González empezó en ese momento otra carrera que la llevaba lejos de Madrid pero la acercaba al Gobierno de la nación: la Dirección General de la Guardia Civil.

 

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