Es una obviedad que la revolución Xavi va camino de ser un éxito. No tengo ninguna duda de que la Liga es la competición que marca la evolución de un equipo, el trabajo de toda una estructura técnica, desde los que fichan a los que preparan a los jugadores y el que decide cómo se juega y quiénes juegan.
Pues bien, este título ya está en el bote y es el que avala el trabajo de un entrenador que ha sabido enterrar los vicios del pasado para hacer un equipo prácticamente nuevo y competitivo en tiempo récord. Xavi tenía que conjugar el cambio manteniendo el estilo que caracteriza al Barça y recuperando los buenos resultados que se habían perdido.
El reto era, y es, monumental y Xavi lo ha afrontado con inteligencia y forjando un vestuario comprometido que lo da todo por él. Mucho se ha hablado de tácticas, ADN y resultadismo, que tienen una importancia vital, claro que sí, pero, acaso, el secreto mejor guardado de Xavi haya sido la gestión del vestuario, que no se ve, pero se nota.
UNA PIÑA
Los hechos demuestran que el grupo es fuerte como una roca. En esta plantilla van todos a una con una convicción, entrega, esfuerzo y compromiso excepcionales. Es clave en el éxito, máxime cuando la herencia que recibió Xavi era para echarse a temblar, con leyendas en el declive de sus carreras pero unos contratos multimillonarios que debían rebajarse.
Un ambiente terrible para un entrenador sin experiencia en la elite y que, por si fuera poco, había sido compañero de muchos de los que había que licenciar. Xavi fue listo: transparencia y firmeza. A Piqué le dejó claro que no sería titular y Piqué y se ha retirado a mitad de temporada. Habló claro a Alba y ahora éste es el suplente más implicado. Se comprometió en la renovación de Dembélé y le recuperó.
Dio confianza a De Jong y no dejó que suplentes como Sergi Roberto o Kessié se acomodaran en el banquillo. A todos les motivó y con todos hipotecó la palabra que les había dado. Y todos le han respondido. La clave es que no ha engañado a nadie, la única manera de hacerse con la confianza del grupo y hacer una piña indestructible.
La clave
La gestión del vestuario, por inteligente e impecable, también es clave en el éxito del equipo.
